¡Basta ya! ¡Dejémonos de regateos
eufemísticos y asumamos de una vez por todas la cruda verdad que
esconde el presente para amenazar el futuro. ¿O
qué significa para nuestra América la narcótica implantación de las
bases militares estadounidenes en Colombia? No es sólo una amenaza
criminal fascista la traición que al continente latinoamericano le
causa el desgobierno de Narco Uribe 83. ¡Hablemos claro entonces, y sin
tapujos! Con la instalación de las bases militares se consolida
la invasión armada que Estados Unidos ha pretendido y planificado desde
hace décadas en América Latina. Y la invasión-ocupación militar es al
mismo tiempo la consolidación del narco-negocio más poderoso del
planeta (la cocaína) cuya ganancia hipermillonaria financiará la
contra-revolución...
Entonces, hasta cuándo haremos circunloquios
y rodeos verbales para no pronunciar sonora y abiertamente las palabras
exactas? Si Uribe Vélez es el narco 83 (y Bush el Nº 1), digámoslo
hasta la saciedad (sin miedo), y en vez de apodarlo Presidente o
mandatario de Colombia (¡pobre Colombia martirizada por la oligarquía
depredadora que cada día la desangra y la narcotiza más!) llamémoslo
Narco-Uribe 83, y punto. Porque ese narco-vasallo de Bush (Uribe 83)
fue el canciller de Pablo Escobar Gaviria en las más altas y
aspirantes esferas del poder norteamericano. ¿O no es evidente que
NarcoUribe 83 cayó en la trampa imperial de servirle al narcotráfico
encompinchado con narcoBush y ahora lo chantajean y estorsionan
obligándolo a entregar cobardemente el glorioso territorio de Colombia
que ahora más que nunca será vejado, humillado y prostituido como
jamás? Porque las bases militares serán el parapeto humano y
tecnológico que garantizará el monopolio de la cocaína entre el primer
productor del mundo (Narco Uribe 83) y el mayor consumidor de
estupefacientes del planeta: Estados Unidos.
El negocio redondo: NarcoUribe 82 elabora y narcoUSA devora.
Éste es el lema de la narcoalianza más
poderosa (y peligrosa) del mundo. Y una vez establecido el monopolio
exportarán el maldito vicio al resto del mundo, sobre todo a Europa,
continente narcopenetrado hasta lo incurable. Es que el negocio de la
cocaína, heroína, opio y otras yerbas produce más dinero que el
petróleo, el diamante y el oro juntos. E insisto: Lo más grave es que
con el dinero del narcotráfico el cártel USA-Uribe financiará la
contrarrevolución latinoamericana... Lo peor, lo que martirizará
todavía más a la ya descuartizada Colombia, es que más del 60 % de los
soldados y oficiales yanquiletis que ocuparán las bases militares en
nuestra hermana república son narcodependientes, consumidores adictos
de todos los psicotrópicos habidos y por haber. ¡Imaginemos entonces la
futura tragedia de Colombia inundada de soldados drogadictos! ¿O no es
el ejército narco-yanqui el más "aspirante" del mundo? ¿No fue el
drogosidente Bush quien aspiró profundamente y pudo hablar con Dios?
¿Cuánta droga consume diariamente cada soldier gringo para
emular a su exdrogosidente Bush?¿O acaso es mentira que el criminal
narco-ejército gringorila cuenta con la total inmunidad (impunidad) que
les concedió NarcoUribe 83?
Así que, ya, camaradas, dejemos de
hablar paja y en vez de eufemismos diplomáticos llamemos malandro a
Narco-Uribe 83 y aberrados narco-dependientes a los soldados yanquis
que tanta admiración provocan en la opusición venezolana
(digo opusición porque el Opus Dei aúpa y bendice la contra-revolución)
inspirada en Bush, el narcosidente yanquileti que se inspiró a fondo y
"aspiró" profundamente hasta que lo escuchó el Dios de su narco-socio
Israel. Entonces abramos los ojos y no hablemos más paja. Preparémonos
objetiva y racionalmente. Fortalezcamos la Revolución, pues sólo con
Patria y socialismo fuerte venceremos. Lo demás es gamelote y
blablablá.