Desde luego, no me refiero a la deuda externa de Colombia sino al saqueo y esclavitud económica y amoral a que EEUU somete a la sufrida Colombia.
No. No tampoco hablo de la deuda eterna que la hamponatocracia de gobiernos ladrones -en toda Latinoamérica- contrajo durante un siglo con las transnacionales del capitalismo salvaje.
Me refiero a la cancelación de la deuda personal de Uribe Vélez que, contrario a lo deseable y merecido, ya no será castigado en su país por la traidora, cobarde e indignante entrega del territorio de la patria al poder imperial yanqui (sobre todo porque Narco Uribe 82 no purgará cadena perpetua en una cárcel de yanquilandia, como sí le ocurrió al exmandatario de Panamá, General Noriega).
Y la razón de tanta impunidad es que Narco-Uribe 82 no se opuso como Noriega e incluso facilitó todos los medios a su alcance para que USA alcanzara sus fatídicos designios y lograra apoderarse de Colombia para dañar a Venezuela. Fue para saldar su deuda personal de narcotraficante que Uribe Vélez aceptó la jugada maestra del asesino Bush, artimaña maligna que hoy aplauden el conchabado de la Casa Blanca -Obama- y la próxima candidata demócrata a la presidencia de los estados unidos, Hilary Clinton. Porque el poder imperial norteamericano se regocija hoy por la ocupación militar que viola el honor y la soberabía de la hermana república neocolonizada.
¿O no fue Narco-Uribe 82, con su carita de monaguillo perverso, quien se doblegó y accedió a cuanto le ordenara su jefe, el capo Bush? ¿No violó Narco-Uribe 82 toda la jurisprudencia colombiana y autorizó la instalación de las siete bases militares en territorio neogranadino? Y lo peor del caso es que no lo hizo por una razón de Estado ni fue un pacto acordado mediante referéndum nacional sino a espaldas de Colombia.
Porque, entre otras marranadas es evidente que con la instalación de las 7 bases, Narco-Uribe 82 canceló su propia narco deuda. Y, a no ser que los patriotas colombianos lo enjuicien y lo linchen como lección histórica, Narco-Uribe 82 ahora se dedicará a "orientar y asesorar" a su narco-pupilo Santos, quien con su cinismo y bajeza inhumana indica que lamentablemente será el exministro de Uribe quien -para dolor de Colombia- consolide e instaure el narcopoder en la bogotana Casa de Narquiño.
Por eso los patriotas de la martirizada Colombia tienen que actuar de inmediato. Porque en Colombia todos saben que el acuerdo entre Uribe y Bush tiene -entre otras finalidades- el control absoluto del gran negocio de la cocaína (negocio que ya está financiando la contrarrevolución latinoamericana).
Y es que las bases militares que hieren y deshonran a Colombia no sólo atentarán contra la soberanía de Venezuela, sino que la estrategia de Bush-Obama-Hilary-Uribe es traer y ubicar en las 7 bases a los cientos de miles de soldados adictos a las drogas. ¿O es que acaso no es evidente que serán los soldados narcodependientes los que vigilarán y controlarán el gran negocio cocaínico? ¡Serán los soldiers gringorilas los que se encarguen del tráfico de cocaína entre el primer productor de estupefacientes del mundo (Colombia) y su aliado Bush-USA, el primer consumidor del planeta! ¿O acaso intervendrá la OEA-ONU-OTAN para impedir que el gran cartel (Bush-Uribe) invada y corrompa al resto del mundo?
Por eso fue premiado Narco-Uribe 82. Por permitirle al imperio gringorila adueñarse de la martirizada patria de Gaitán, del sabio Caldas y de los dos Camilos Torres. Ahora el delito de lesa patria quedará impune, pues Uribe, el narcotraficante 82, quedará libre y orondo.
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