El narco-sionismo que domina a Estados Unidos controla el mercado
internacional de la guerra, el terrorismo y la destrucción. No ha
habido en toda la historia de la humanidad una alianza tan nefasta,
sangrienta, cruel y destructiva como la que con cinismo y prepotencia
ostentan Estados Unidos e Israel. Ambos países han acordado mantener
el mundo en zozobra mediante asesinatos masivos en distintos lugares
del planeta. Al parecer les place los ríos de sangre derramada, los
millones de asesinatos que cometen CIA, marines, Mossad y
narcoparacos.

Su estilo es el saqueo. El crimen militar su marca. CIA-Mossab-marines
y paramilitares colombianos ya no actúan por separado. En su enfermiza
agresión contra Palestina el narcoterrorismo colombo-yanqui-israelí
supera hoy el récord de ensañamiento y crímenes acumulados por las
guerras, las calamidades y los cataclismos ocurridos durante siglos.
Sus invasiones y su patológico exterminio de la humanidad es el
objetivo de esta otra "santa alianza" (no olvidemos que Bush habló con
el dios Sión de Israel para asesinar iraquíes).

Y hoy el pueblo latinoamericano se pregunta: ¿será cierto que
-inspirado en su jefe Bush- Uribe habló con el dios Sión y aceptó que
el Mossad entrene y dirija brigadas paracas especializadas en
exterminio para prestarlas a sus amos yanquisraelitas en su acoso
bélico contra Palestina? ¿Al frente de estas brigadas criminales irá
el escuadrón que asesina y mutila los cadáveres con sierras
eléctricas -como hace meses confesó impunemente uno de los capos
paracos? ¿Será que esta nueva y macabra modalidad del crimen satisface
a los psicópatas yanquisraelitas? Claro, algún día serán detenidos,
ojalá y para siempre. Algún día recibirán el astigo ejemplar que sus
crímenes de lesa humanidad

merecen. Porque el horrendo exterminio de judíos hecho por el
psicópata Hitler no se compara en odio y crueldad con el holocausto
que hoy sufre Palestina, agobiada por el crimen bélico yanquisraelí
(recordemos la despiadada operación "plomo fundido" y el inclemente e
incesante bombardeo de fósforo que contra la franja de Gaza realizó el
ejército israelí). Con la operación "plomo fundido" no sólo fueron
asesinados pobladores civiles indefensos sino destruida gran parte de
la infraestructura habitable e incluso una Escuela asistida por las
Naciones Unidas.

El drama que hoy vive la heroica Palestina es una muestra de la
masacre patética de que son capaces los narcoguerreristas
gringo-israelitas.

El mundo sabe que Estados Unidos e Israel y sus neocolonias integran
la banda criminal más despiadada que haya conocido la humanidad. Y es
que estos países guerreristas en realidad integran un sólo ejército,
un solo país, una misma aberración obsesiva. Porque el sionismo es
dueño de Estados Unidos y de otras naciones como Honduras y Colombia.
Es una maligna alianza invasora, expansionista, asesina; financiada
por el narcotráfico internacional, el gran negocio del sionismo.

Por eso el sionismo criminal yanquisraelita ha tratado por todos los
medios de arrasar con la heroica Palestina. Pero, a pesar de la
carnicera prepotencia bélica sanguinaria empleada por Israel,
Palestina sigue en pie, y sigue en pie porque el mundo entero la
apoya. Y Palestina no se rendirá jamás porque es el pueblo prometido y
serán los palestinos los que tarde o temprano detendrán a Goliat y
liberarán al mundo de la agresión criminal desatada por los marines,
el Mossad y los narcoparamilitares.

En Palestina triunfará la razón, la racionalidad, la lógica humana: ¿o
acaso esperará el mundo que el imperio yanqui-israelita acabe con el
planeta?

Palestina salvará a la humanidad. Costará mucha sangre y dolor, pero
la heroica tierra de Arafat liberará al mundo. Ésa es su misión, y
todos los pueblos del mundo entero se unirán a esta lucha para
adecentar al planeta Tierra. Porque el ejemplo de resistencia
indoblegable dado por el valiente pueblo palestino es la gran lección
para toda la humanidad. Y es que Palestina jamás será una colonia
yanqui-israelita.


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