Editorial #5, 24/03/2015
Entre el 10 y el 11 de abril próximo se reunirá en Panamá la Cumbre de la Américas. Este evento se realiza en medio de la más agresiva injerencia de Estados Unidos contra la Venezuela Bolivariana que se recuerde.
La OEA es un organismo anacrónico, funcional a la diplomacia gringa. UNASUR y CELAC, con todas sus limitaciones, son más representativos de la situación Latinoamericana de la última década.
Por eso es una reunión que marcará un antes y un después de los nuevos organismos. O UNASUR y CELAC empiezan a ser instancias de superación de la injerencia gringa y de toda dominación extranjera en la región, o quedarán a un paso de convertirse en instituciones fallidas, abriendo camino a nuevos intentos neocoloniales y dando un importante triunfo diplomático a Estados Unidos.
Por sus brutales características, la Orden Ejecutiva de Obama es una herramienta que ha resultado, hasta ahora, cada vez que fue utilizada en el pasado, el preludio de una escalada injerencista que casi siempre ha llegado a la intervención militar directa.
Aunque una agresión de ese tipo es impensable en la Suramérica de hoy, no lo es el escenario de una escalada, que incluya acciones violentas indirectas, para golpear la gobernabilidad del presidente Maduro en la búsqueda de desalojarlo del gobierno y de liquidar el proceso Bolivariano, esto es lo que busca Estados Unidos como paso necesario para recuperar toda su influencia en la región. Por eso la gravedad de la situación, una vez que ha iniciado la escalada no se sabe cuál puede ser su desenlace.
Se debe profundizar el rechazo a la injerencia con medidas antiimperialistas concretas
El gobierno del presidente Maduro ha dado un paso al activar una mayoría popular contra la agresión imperialista. El impacto positivo en la popularidad del gobierno, que ya empiezan a medir algunas encuestas, es una prueba de ello.
Sin embargo, si el discurso que denuncia la injerencia no es acompañado de medidas concretas, antiimperialistas en el contenido, se corre el riesgo que la reactivación de una mayoría de pueblo en defensa del Proceso se deteriore y se pierda.
La llamada “guerra económica” y la crisis complican al extremo la vida cotidiana de la población. Por otra parte las evidencias de desfalco, corrupción descarada e impunidad criminal, continúa su labor de desmoralización del pueblo que vive de su trabajo.
Es un hecho demostrado por varios estudios que no han sido desmentidos, que parte importante del desfalco fue realizado por empresas transnacionales, la mayoría de ellas norteamericanas. En este sentido es un lamentable error que el ministro Marcos Torres anuncie en este momento un acuerdo con la transnacional Ford que seguramente incluirá entrega de dólares en las mismas condiciones que se le han venido entregando, sin solicitarle estructuras de costos ni involucrando a los trabajadores y a sus organizaciones sindicales para hacerle seguimiento al uso de esos dólares entregados. Cualquier acuerdo con las transnacionales norteamericanas debe ser cónsono con el discurso antiimperialista, debe estar supeditado a la exigencia de revocatorio por parte del gobierno de Estados Unidos de la Orden Ejecutiva que agrede y amenaza a nuestro país y a nuestro pueblo. Nadie nos ayudará si nosotros mismos no nos ayudamos.
4 propuestas para enfrentar la escalada injerencista
a. Realizar una fuerte campaña diplomática para lograr un contundente rechazo a la injerencia en la reunión de la OEA. Los organizadores de la Cumbre de las Américas en Panamá han anunciado que al día de hoy, 26 jefes de estado confirmaron su participación de la misma.
Se ha perdido lamentablemente la posibilidad de realizar una acción mancomunada de los países latinoamericanos para no participar de la Cumbre, si antes el Sr. Obama no retira la Orden Ejecutiva. Esta propuesta hecha pública por Atilio Borón era correcta y pertinente para hacer sonar las alarmas en Washington.
Al parecer irreversible la participación en la Cumbre incluso de los países del Alba, es necesario que el gobierno bolivariano realice, en los días que quedan hasta la reunión, una intensa labor diplomática y pública para lograr que de manera unánime los países de UNASUR Y CELAC exijan al gobierno norteamericano que cese la injerencia hacia Venezuela como punto inicial de la Cumbre.
b. Desmantelar con medidas revolucionarias la justificación que esgrime Estados Unidos para la agresión. Mientras que las denuncias sobre violación de los Derechos Humanos contra López y Ledezma no han encontrado eco en la mayoría de la población, las denuncias de corrupción contra altos funcionarios han logrado impacto.
Existe en nuestra población la certeza de que la corrupción se ha convertido en un cáncer y que no se podría haber desarrollado sin la complicidad de sectores de la alta burocracia del Estado y del partido.
El impulso de una Auditoría Pública y Ciudadana que revise el otorgamiento de dólares preferenciales para la importación, la cuestionada legitimidad de la deuda pública, la fuga de capitales y el desfalco a la nación, atacando de raíz el cáncer de la corrupción, le quitaría al gobierno yanqui una excusa para avanzar con la Orden Ejecutiva, y moralizaría y uniría mucho más firmemente a nuestro pueblo para enfrentar la agresión.
c. Declarar la Emergencia Económica Antiimperialista. El pedido de Habilitante del Presidente Maduro es una “bala de plata”. Su presentación debe ser refrendada por la población como una forma de continuar movilizando la unidad popular contra la injerencia. Además se debe acertar en las propuestas que esa Habilitante tendrá para que ayude a la activación masiva de nuestro pueblo que debe sentir que las medidas que se aprueben por ese medio resolverán también los graves problemas por los que estamos atravesando.
En el marco de comenzar el desarrollo de un nuevo modelo productivo proponemos: Moratoria de la Deuda Soberana y de PDVSA. Ni un dólar más a la burguesía, Monopolio del Comercio Exterior bajo contraloría social y auditoría ciudadana permanente. Nacionalización del crédito y la banca. Control sobre el patrimonio, las cuentas y demás bienes de las transnacionales gringas, para poder actuar en reciprocidad si Estados Unidos avanza con las sanciones. Eliminación del acuerdo que prohíbe la doble tributación. Rechazo de las resoluciones que sancione el CIADI contra el país.
d. Construir un bloque patriótico, que incluya a todas las fuerzas políticas, movimientos, corrientes y personalidades destacadas del Proceso para participar de las elecciones de la Asamblea Nacional.
El Proceso Bolivariano es diverso, plural, contiene en su interior corrientes de distintos orígenes, tradiciones e ideas. La unidad en esta diversidad fue construida alrededor del liderazgo del presidente Chávez. Bajo su conducción y a pesar de contradicciones y choques, siempre se encontró la manera de que cada sector se sintiera incluido.
En este momento crucial es responsabilidad del actual liderazgo garantizar la continuidad de esa unidad. Si como hasta ahora, muchos sectores se sienten excluidos y marginados, o continúan siendo maltratados por parte de la conducción del Partido y del Proceso, la unidad que se alcance será débil, insuficiente.
Por esta razón Marea Socialista propone la construcción de un bloque patriótico que contenga a todas las expresiones activas del proceso, para que se sientan incluidas en las propuestas a la Asamblea Nacional, todas esas voces deben tener presencia, participación y visibilidad. Así se podrá potenciar la unidad necesaria en el marco del respeto de la diversidad de pensamiento y acción que contiene el Proceso.
Estamos atravesando una circunstancia decisiva. Un tiempo histórico. El Proceso Bolivariano y su liderazgo enfrentan su prueba de fuego.