“Las masas pueden sacrificar su hoy por su mañana hasta un límite muy definido…”
(León Trotsky)
Esto son episodios de la revolución rusa, a propósito de la situación que hoy vivimos en Venezuela, estando muy consciente que no son las mismas condiciones de entonces. No obstante, la realidad es que el proceso bolivariano, necesita que el gobierno del presidente Maduro tome hoy las medidas económicas, políticas y sociales necesarias para enrumbar de nuevo la revolución iniciada con Chávez. Entonces, en otra oportunidad, en una próxima entrega o segunda parte, me referiré a la actual situación del país y las que considero deberían ser, algunas posibles medidas ante la crisis. Vayamos a la experiencia de la transición socialista en la URSS; su guerra civil; la economía de guerra; la Nueva Política Económica y los inicios del estalinismo.
Al borde del abismo.
Lenin en su intervención del X Congreso del Partido Bolchevique, en marzo de 1921, fue cuando llegó a decir ante el mundo, que en la revolución Rusa en algo “habíamos fracasado” porque estaba “al borde del abismo”. Uno de los mayores argumentos que esgrimió entre otros, era que la revolución no había logrado extenderse a otros países del mundo. Recién Rusia estaba saliendo de una cruel guerra civil, donde el Ejército Rojo, con Trotsky a la cabeza, había logrado derrotar al Ejército Blanco (la contra), quien estuvo reforzado con batallones de más de 21 países, durante esos largos casi 5 años de guerra civil, con 3 años sufriendo con la llamada “economía de guerra”, pero la derrota que se le propinó a la contrarevolución armada no pudo celebrarse.
Lenin escribiría tiempo después: "en el frente económico, en nuestro intento por dar un salto hacia el comunismo, hemos sufrido, en la primavera de 1921, una derrota más seria que la que nunca antes habíamos experimentado". El país se encontraba en una situación económica y social muy dramática. Reforzando a Lenin, Trotsky también hizo referencia sobre lo de “al borde del abismo” y afirmó: "El colapso de las fuerzas productivas superó todo aquello que alguna vez pudo ser presenciado por la historia. El país y, junto con él, su gobierno se encontraban al borde del abismo. "(León Trotsky, refiriéndose a como había quedado Rusia con la guerra civil y la economía de guerra).
El desastre económico
De 1917 a 1922, la población Rusa disminuyó en 16 millones. En ese registro, no se contabilizan las defunciones causadas por la guerra civil ni la emigración; en Moscú y Petrogrado, la población disminuyó en un 58,2%; entre 1918 y 1920, ocho millones de personas dejaron las ciudades para trasladarse a las aldeas; la producción agrícola disminuyó de 69 millones de toneladas en el período 1909-1913 a menos de 31 millones de toneladas en 1921 y la superficie cultivada bajó de más de 224 millones de acres en esos mismos períodos a menos de 158 millones; En 1920, la producción industrial fue igual al 20% del volumen anterior de 1918. ¡Un completo desastre!
El pueblo se subleva contra la escasés y el gobierno
Antes que terminara la guerra civil, empezaron sublevaciones espontáneas de campesinos y hasta en algunas de las pocas fábricas que se mantenían productivas a lo largo de todo el país. Eran en contra de la escasez y la centralización del gobierno. En marzo de 1921, se escenificó uno de los episodios más polémicos, tristes y lamentables, posterior a la guerra civil, como lo fue la rebelión armada en la base naval de Kronstadt, antigua fortaleza bolchevique. Los marineros, que en su mayoría eran los jóvenes militares conscriptos después de 1917, hijos muchos de ellos, de los principales cuadros del partido, terminaron simpatizando con las protestas. Los enormes esfuerzos del gobierno, que enviaron distintas comisiones y personalidades para persuadirlos en forma pacífica a que desistieran del alzamiento, no lograron ese objetivo. Al contrario, los marineros se radicalizaron más y constituyeron un Comité Revolucionario Provisional el 2 de marzo de 1921. Quince días después, una fuerza especial comandada por Trotsky, se vio en la necesidad de atacar esa base naval, acabando con la rebelión, pero dejando un saldo de muertos muy alto y un costo político muy grande, que en lo personal, muchos de los sobrevivientes no pudieron superar.
La Nueva Política Económica (NEP)
Este acontecimiento, que no era más que el retrato feo de la realidad política del país, aceleró las medidas conocidas como la Nueva Política Económica (NEP). Medidas de reforma a la economía de guerra, algunas de las cuales ya Trotsky, había planteado un año atrás en el Comité Central del partido en febrero de 1920, como la apertura a áreas del mercado. La NEP constituyó una decisión tardía, tan polémica como lo fue la respuesta a la rebelión de Kronstadt. Para muchos, las medidas de la NEP fueron una desviación hacia el capitalismo, pero la mayoría de los trabajadores y el campesinado ruso, la acompañaron y al verse rápidamente sus resultados, la consideraron como salvadora de la revolución.
La NEP introdujo cambios profundos: se permitió la tenencia privada de tierras; los campesinos tuvieron libertad para cultivar la tierra como quisieran y se les dio seguridad en cuanto a la posesión de ella; se eliminó la requisición de granos y la sustituyeron por un impuesto proporcional, primero en especie, luego en moneda; los productores podrían quedarse con una parte de su producción sobrante y venderla en los mercados que surgieron como resultado de la medida. Estos incentivos a la producción tuvieron efectos inmediatos: La cosecha de 1922 se recuperó notablemente y, para 1925, la producción agrícola alcanzó el nivel de antes de la guerra. Uno de los problemas que causó más dolor de cabeza, fue el surgimiento de una casta de intermediarios, reconocidos como los hombres de la NEP. Estos, se fueron enriqueciendo con la compra y venta de la producción excedente de los campesinos.
Sin embargo, donde las medidas fueron más duras y chocaban frontalmente contra importantes derechos fue en el sector de los trabajadores fabriles: se acabó la nacionalización de la industria; las empresas seguían perteneciendo nominalmente al Estado, pero eran arrendadas a individuos y puestas en marcha por administraciones privadas; se eliminaron los subsidios estatales a las empresas y éstas debían sostenerse sólo con el juego de la oferta y la demanda en el mercado; cesó el trabajo obligatorio y los salarios se empezaron a relacionar con la productividad, pudiéndose despedir trabajadores; se suspendió la planificación central y se volvieron abrir las cuentas en dinero y se introdujo un rubro de oro. Así, de 1922 a 1923, el comercio privado representó el 90% de la distribución de los bienes. Esta apertura duró hasta 1927.
Stalin y la colectivización forzosa
El 27 de diciembre de 1927, el XV Congreso del PCUS, bajo el control férreo de Stalin, adoptó medidas que significaron el término de la NEP y el principio del primer plan quinquenal. Esto significó la colectivización forzosa de la agricultura, nuevas restricciones a la ciudadanía y la eliminación de todos los derechos a los grandes agricultores (Kulaks). En 1927, la adquisición estatal de grano fue 2 millones de toneladas menos del mínimo requerido. El Comité Central designó a miembros locales del partido por sobre los campesinos para extraer las cosechas. La violencia stalinista fue tan brutal, que dicen historiadores que desaparecieron 5 millones de campesinos entre kulaks y productores medios con sus familias. La tierra y la industria fueron colectivizadas de manera forzosa y sangrienta.
¿Se pueden establecer similitudes entre estos hechos en Rusia y la situación de Venezuela en el 2016?