Sin pretender analizar con mayor profundidad el asunto, apenas pretendiéndome un mero opinador de oficio, después de leer al analista J Martorano coincido con lo que plantea en su última publicación del 2024. No habrá “incremento salarial” en el corto plazo.
Aunque parezca imposible a muchos, especialmente a los más afectados, la política que actualmente se impone en este sentido, ha dado los resultados esperados. Las cifras macroeconómicas así lo confirman y les aseguro que estoy entre quienes precisamente por ser de los afectados, detestamos la macroeconomía y especialmente su manía de considerar a quienes quedan en los márgenes de sus proyecciones y “maravillosos resultados” como meras bajas inevitables (hablando en argot bélico).
Dije antes que no entrare en profundidades, insisto que no lo haré. Que me perdonen los especialistas, pero opinare como mero afectado por la política salarial que mantiene a millones al margen y que, aunque no sean pocos los que la celebran hoy, insistiré en opinar desde mis frustraciones y de mis desencantos de afectado.
Quizás estas notas tengan un exceso de individualismo, estén plagadas de una visión subjetiva, parcializada y pesimista, no le quitare razón a quienes me acusen de ello, pero contienen la verdad de lo que pienso respecto a la política salarial que desde 2018 se impone a los trabajadores.
Insistiré en que dicha política, se enmarca en un cambio de modelo que está dejando al margen a millones y que retrotrae al país a épocas de un pasado que ya vivimos antes, es verdad que aquella fue una época donde los “medios de manipulación de masas” estaban a años luz de lo que están hoy.
No dejare de denunciar que se impone un relato sobre una “nueva economía pospetrolera”, pero que llama la atención que analistas serios no dejan de centrar sus análisis en lo que pase con la comercialización de petróleo, ya que este no deja de ser la fuente determinante de ingresos al país.
Insistiré en que si la educación y la salud públicas, que son las que abarcan al mayor universo de personas, no son atendidas como corresponde, la desigualdad entre venezolanos se profundizara a medida que el “nuevo modelo económico” haga su magia. La inversión del Estado en dichas áreas es fundamental en este sentido.
En esto días de navidad se viralizaron videos de locales y tiendas comerciales, en Caracas y otras ciudades importantes, abarrotadas de personas consumiendo (mercancías o servicios). Algunos han insistido en que estas son señales incontrovertibles del crecimiento económico y de la prosperidad del país, que al fin de cuentas, todos añoramos. Así mientras los comercios hicieron su agosto, no fueron pocos lo que se quedaron rumiando sus frustraciones y sus deseos de ser parte de un mercado que a pesar de dejar por fuera a la mayoría, ve saciadas sus ansias y sus números son positivos. Ya veremos que pasa en el primer trimestre del año 2025.
Pero como este escrito es de un mero opinador, no me aventurare en los escenarios inciertos del futuro, sencillamente cierro deseándole a quienes hasta aquí llegaron un mejor año.