[Conferencia brindada el 25 de abril de 2008 en el acto de clausura de las “Jornadas Bolivarianas” del Instituto de Estudios Latino Americanos de la Universidad Federal de Santa Catarina en Florianópolis, Santa Catarina, Brasil, los días 22-25 de abril de 2008]
I. La época de un imperialismo desesperado
II. La próxima elección presidencial estadounidense
III. La escalada de injerencia estadounidense en América Latina
IV. Conclusión y propuestas
I. La época de un imperialismo desesperado
Cómo ha dicho el presidente de Ecuador, Rafael Correa, “No estamos viviendo una época de cambios sino un cambio de épocas.” En Indo América Latina Africana -- o Abya Yala para evitar cualquier conceptualización euro-céntrica y reconocer el papel tan importante de los movimientos históricos y contemporáneos de los pueblos originarios – aquel cambio está marcado por un declive del imperialismo estadounidense frente al ascenso de fuertes movimientos sociales. Pesar de sus flujos y reflujos, estos movimientos se han demostrado que son capaces de iniciar procesos revolucionarios o elegir presidentes no apoyados por Washington.
Como consecuencia, se ha intensificado el conflicto entre los nuevos movimientos populares y la derecha internacional, o sea el imperialismo de Estados Unidos, sus aliados europeos, y sus lacayos locales de las clases dominantes. Durante los procesos de rebeliones y de intentados cambios a las constituciones en Venezuela, Bolivia, Ecuador, y otros países, el imperialismo ha tratado de fortalecer las oligarquías y elementos militares locales. Pero con algunas raras excepciones como Colombia, un virtual protectorado de EE.UU., y contrario a la tradición de mandar en su “patio trasero,” el imperio no ha podido controlar ni las fuerzas armadas latinoamericanas ni los resultados de las elecciones burguesas en la mayoría de las naciones, como fue manifestado de nuevo el 20 de abril en la elección del ex-obispo católico Fernando Lugo como presidente de Paraguay.
Globalmente, Estados Unidos se encuentra estancado en una guerra en Irak y Afganistán, recientemente llamada “una debacle” por un reporte del Instituto Nacional de Estudios Estratégicos del Pentágono. Se ha visto el reino mundial del dólar cayendo en picada y la economía estadounidense amenazada con lo que los oficiales de la Reserva Federal llaman una recesión “prolongada y grave” y el Fondo Monetario Internacional (FMI) describe como una recesión que tendrá un impacto fuerte sobre las economías de Europa. Según la CIA, en términos del PIB (GDP en inglés), la entidad política más rica es la Unión Europa, seguida por Estados Unidos, China, y Japón en esa orden.
Toda la crisis económica fue previsible. Tiene sus raíces en lo que Ernesto Mandel llamó la onda larga descendente del capitalismo desde 1973. Se caracteriza por la sobreproducción; la caída de la tasa de ganancias; y el fracaso de la intentada solución del neoliberalismo mundial basada en una intensificada explotación y fragmentación de las clases obreras e intermedias y la fiscalización aumentada del proceso de acumulación de capital. Debido en parte al debilitamiento de las regulaciones económicas estatales, el proceso de concentración y centralización de capital – o sea el capital monopólico que Lenin definió como el imperialismo -- ha llegado a altos niveles “record,” mientras la mayoría de la gente ya reciben una porción del ingreso nacional radicalmente menor que hace 25 años.
En Estados Unidos, la nación con más gente encarcelada per cápita en el mundo, están recibiendo “food stamps” (un descuento para alimentos) un record 28 millones de personas o casi 10 por ciento de la población. Uno de cada seis niños vive en la pobreza. No hay ningún seguro de salud para 45 millones de personas. Y mientras hay más gente blanca cayéndose en las filas de los pobres, la brecha racial es peor que nunca, con la “gente de color” sufriendo condiciones cada vez más inhumanas, como se ve en la trágica historia de las víctimas de los préstamos hipotecarios “subprime” y de las huracanes fatales Katrina y Rita. Los millones de inmigrantes y sus defensores en las comunidades latinas y otros lugares ya son el blanco de un resurgimiento del racismo, contra el cual ellos organizan y luchan.
Curiosamente, la descripción de la economía brasileña por Nildo Ouriques es aplicable a la nación con la deuda mayor del mundo, Estados Unidos: “las distintas fracciones de capital... productivos y financieros acumulan riqueza y poder con el endeudamiento del estado.” (1) En el caso estadounidense el poder se centraliza en las grandes instituciones financieras, la industria armamentista, y las instituciones militarizadas de la llamada “seguridad nacional.” Estas instituciones apoyan o toleran un proceso político que yo he caracterizado como “un golpe de estado por etapas, o por fases” llevado a cabo desde el golpito de la Corte Suprema en 2000 para elegir George W. Bush y, más claramente, después del 11 de septiembre de 2001. Este proceso golpista está guiado por los llamados neoconservadores y otros derechistas y tolerado por las fuerzas más moderadas de los dos partidos políticos oficiales.
Yo utilizo el término “golpe de estado” en el sentido de una eliminación de las tres bases de una democracia limitada y burguesa: derechos democráticos como la libertad de expresión; elecciones relativamente democráticas; y la capacidad de la opinión pública de influir las políticas del Estado. La Ley de Comisiones Militares de 2006, que autoriza el presidente a designar a cualquier persona (ciudadano o no) como un “combatiente enemigo ilegal” y a detenerla indefinidamente, así anulando el derecho democrático fundamental al habeas corpus, representa una importante escalada en los ataques a los inmigrantes y la “guantanamización” del país e impide que los funcionarios gubernamentales sean juzgados por crímenes de guerra o tortura. Es una ley más que facilita el golpe de estado por etapas.
Por cierto, hay divisiones en las clases dominantes y sectores de la gran prensa, como se ve en las editoriales recientes del New York Times que condenan la guerra en Irak y la desaparición de la democracia en Estados Unidos. Sin embargo, estas divisiones no han generado cambios reales en las políticas del Congreso o de la Casa Blanca.
El proceso golpista, junto con el genocidio gradual generado por la expansión global de las políticas económicas neoliberales (privatizaciones, Tratados de Libre Comercio, o TLCs, flexibilización de la fuerza de trabajo, etcétera) y las doctrinas de guerra preventiva y guerra permanente, amenaza a todo el mundo. Es más. Ya hay una crisis ecológica profunda y hambre mundial. En poco tiempo no habrá suficiente agua dulce, comida, o petróleo para mantener el patrón de acumulación de capital o el estándar de vida ni en las naciones más industrializadas. (2)
II. La próxima elección presidencial estadounidense
El gobierno de Bush, cada vez más impopular, se encuentra en una situación bastante desesperada. (3) La próxima elección no cambiará esa situación y tiene posibilidades de hacerlo aún peor. John “habrá otras guerras” McCain del Partido Republicano es más guerrero que Bush, mientras las promesas de Barack “bombardearé Pakistán” Obama y Hillary “aniquilaré Irán” Clinton del Partido Demócrata de retirar las tropas de Irak son engañosas. Obama y Clinton están de acuerdo con la posición de su partido en el Congreso que deja abierta la opción de mantener docenas de miles de tropas en Irak por muchos años. Ambos han llamado por incrementos en el número de tropas en las fuerzas armadas y una modernización militar. Obama y Clinton aceptan las doctrinas de la guerra contra el terrorismo y el derecho de Estados Unidos de invadir a cualquier “rincón oscuro” del mundo. Reservan el derecho de usar armas nucleares en cualquier momento. Ambos han votado en el Congreso a favor de la agenda Bush/Cheney en términos de los presupuestos por “la defensa” y las guerras. También han votado la línea Bush/Cheney en cuanto a la tortura, el espionaje interno, y otras violaciones de derechos civiles. Sus consejeros tienen fuertes vínculos con los oficiales militares más guerreros e incluyen “halcones” como Zbigniew Brzezinski y Anthony Lake por Obama y Madeleine Albright, Sandy Berger, y Richard Holbrooke por Clinton.
Por su parte, McCain tiene consejeros como los criminales de guerra Henry Kissinger y General Colin Powell, autor del informe de 2004 de la Comisión para Asistir una Cuba Libre (en inglés, the Commission for Assistance to a Free Cuba) que insiste en un "cambio de régimen," una verdadera declaración de guerra contra el pueblo cubano en nombre de la "democracia." El Segundo Reporte de la Comisión para Asistir una Cuba Libre, 2006, tiene un anexo secreto posiblemente con planes de actos militares y terroristas.
Ninguno de estos tres candidatos toca el caso de terroristas confesos protegidos por el gobierno, como Luis Posada Carriles. Tampoco menciona casos de presos políticos como Mumia Abu-Jamal, Leonard Peltier, varios Puertorriqueños, y los Cinco Héroes de Cuba. Los Cinco ya han estado injustamente encarcelados diez años por haber infiltrado los grupos terroristas de la mafia cubana-americana para proteger gente de Cuba, Estados Unidos, y otras naciones. Tampoco se menciona el sufrimiento de las familiares de los Cinco, o en los casos de Adriana Pérez O’Connor y Olga Salanueva Arango la cruel prohibición anual de visas con la resulta que nunca han podido visitar sus esposos encarcelados. Y claro que ninguno de los tres candidatos habla de la injusticia de la dominación de la colonia Puerto Rico u otras colonias que subsisten en el Caribe.
Aunque Obama a diferencia de McCain y Clinton está dispuesto a encontrar con líderes cubanos, la política de los tres acerca de América Latina es casi igual. Dicen que los gobiernos de Cuba y Venezuela no son democracias sino dictaduras, y habrá que cambiarlos. En cambio, dicen que la “democracia” del gobierno colombiano debe ser defendida contra los “terroristas” de las Fuerzas Armadas Revolucionarios de Colombia (FARC) y de Venezuela y Cuba. La buena disposición de Obama de permitir viajes de Cubano-Americanos y el envío de remesas a Cuba tiene que ver con un intento de establecer una “quinta columna” en Cuba entre sus millones de familiares para derrumbar el régimen socialista e introducir el capitalismo bajo el control de las corporaciones transnacionales y la mafia cubana-americana. Representa también una apuesta un poco arriesgada por los votos en Florida donde una creciente mayoría de Cubano-Americanos prefieran terminar el bloqueo económico contra Cuba. Pero la mafia cubana-americana todavía arregla la tabulación de los votos si el resultado esté en duda. Los tres candidatos están de acuerdo que los TLCs son fundamentalmente buenos, aunque habrá que poner atención a las cuestiones del ambiente y derechos laborales -- la misma línea del Presidente Bill Clinton cuando empujó y defendió el TLC con México y Canadá.
Es evidente que los políticos en Estados Unidos no tienen gran interés en América Latina, excepto la urgente necesidad de recursos petroleros, energéticos, y naturales, incluso el recurso de la mano de obra y los cerebros de los inmigrantes. Hay muchísimo más interés en el Oriente Medio, Asia, China, India, Japón, Rusia y, desde luego, la Unión Europa y la OTAN. Para Estados Unidos, los únicos “big players” al sur del Río Grande y el “muro de vergüenza” de 700 kilómetros son México, Venezuela, y Brasil, debido principalmente a sus grandes fuentes de energía.
Potencialmente los Latinos constituyen una décima parte de los votantes en la elección presidencial estadounidense pero es difícil para muchos de ellos llegar a los lugares de votación y se dice que más de un medio millón de las aplicaciones para la ciudadanía de inmigrantes no estarán procesados al tiempo para la elección el 4 de noviembre. Además, las redadas y deportaciones masivas han aceleradas en los últimos meses, creando un ambiente de temor entre mucha gente latina. Hay un incremento en la criminalización de todos los movimientos de protesta, una parte clave de la pérdida general de los derechos de libertad de expresión durante el proceso de golpe de estado por etapas.
En el sistema político estadounidense hay poca democracia y mucha corrupción. Ya existe una tradición de compra de votos; de computadoras que no funcionan o se manipulan fácilmente; de la injusta tabulación de votos en estados sin ganadores claros como Ohio, Florida, y New México; de no permitir que votan miles de personas “de color”; y de un sistema judicial que favorece la agenda conservador y hasta decide quien es elegido presidente como ocurrió en el año 2000. En abril de 2008 la Corte Suprema confirmó una ley del estado de Indiana exigiendo una carta de identificación para inscribirse como votante, un fenómeno nuevo en la nación. Más de 20 estados ya requieren papeles de identificación que millones de personas simplemente no tienen. Todo esto favorece votantes más ricos, blancos, y conservadores. Sirve muy bien el proceso de golpe de estado por fases. Por eso -- entre otras razones como el pequeño número de votantes el día de la elección y entre ellos el gran número de gente vieja y de personas creyentes en un cristianismo fundamentalista -- hay muy buena chance que McCain será el próximo presidente pesar de su programa más bushiano que lo de Bush.
La única esperanza para cambios reales en las políticas de los gobiernos de Estados Unidos existe en los relativamente débiles movimientos antiguerra, antirracista y antisexista, incluso el movimiento de inmigrantes que durante la primavera de 2006 llevó a cabo las manifestaciones mayores en la historia de las clases obreras estadounidenses y promete más protestas callejeras para el primero de mayo de 2008. El Sindicato Internacional de los Estibadores ha declarado que sus miembros no trabajarán 8 horas el primero de mayo para demandar un fin inmediato de la ocupación de Irak y el retiro de todas las tropas estadounidenses del Oriente Medio. Hay señales de un movimiento renovado contra la guerra en las escuelas y universidades. Muy significativo es el creciente movimiento antiguerra de soldados y veteranos de Irak y sus familias, que no recibe ninguna publicidad en los medios.
El papel de los grandes medios de comunicación, particularmente televisión, controlados por 5 corporaciones, es fatal. (4) No reportan nada de la candidatura presidencial independiente del ex-miembro del Congreso, la Africana-americana Cynthia McKinney, cuya coalición se llama “Poder al Pueblo.” Voces críticas como McKinney o Ralph Nader (candidato del Partido Verde) no se oyen. Los medios ignoran lo que está pasando en América Latina y otras partes del mundo o distorsionan las noticias para que la interpretación de Washington sea el pensamiento único. Diariamente repiten mentiras como “noticias” o dicen cosas con poco de la verdad y nada del contexto histórico o cultural, dejando un público sin acceso a la verdad o discusiones serias y sustantivos pero con mucha repetición de toda la mitología acerca del terrorismo y el peligro representado por inmigrantes u otras fuerzas amenazantes a la “American way of life.” El mal tratamiento de los gobiernos de Venezuela, Cuba, e Irán por los grandes medios es especialmente mentiroso y escandaloso. Además, fuerzas poderosas de los medios y las grandes corporaciones de comunicaciones, junto con el gobierno en Washington, tratan de controlar y manipular el acceso al Internet en todas partes del planeta, a veces con éxito.
Los capítulos III. La escalada de injerencia estadounidense en América Latina y IV. Conclusión y propuestas
los puede leer en www.mareasocialista.com
* James Cockcroft, es autor galardonado de 40 libros sobre Estados Unidos, América Latina y asuntos internacionales. Es poeta bilingüe. Como inmigrante canadiense, es miembro del Consejo Mundial del Proyecto José Martí de Solidaridad Mundial y Redactor Honorario de Latin American Perspectives. Participa en la Coordinadora Internacional de Redes en Defensa de la Humanidad; el Comité Internacional por la Libertad de los Cinco Héroes Cubanos; la Coalición Venezuela Estamos Contigo; y la Table de Concertation de Solidarité Québec-Cuba. Su página multilingüe es www.jamescockcroft.com
Notas
(1) Nildo Domingos Ouriques, “La modernización capitalista en Brasil de FHC a Luis Inacio Lula da Silva,” IELA, 19 de marzo de 2008, http://www.iela.ufsc.br/?page=latino_americano_artigo&id=292
(2) La incapacidad de comprar comida ha llegado no solamente a Haití pero a países no tan pobres, incluso Egipto e Italia. El Programa Mundial de Alimentación de la ONU estima que 100 millones de personas estarán sufriendo hambruna debido al precio alto de la canasta básica. El presidente del Banco Mundial Robert Zoellick, un ex-oficial de Washington quien fue el representativo principal para las negociaciones de los TLCs, atribuye una parte del problema al creciente uso de las tierras agrícolas para producir biocombustibles en vez de alimentos. Pero la causa principal es el neoliberalismo y sus instituciones internacionales como el World Bank y el FMI que favorecen a las grandes agroindustrias de Estados Unidos y Europa y eliminan la capacidad campesina de competir, o sea otra vez la monopolización de capital, el imperialismo. Expertos de la ONU han advertido que es urgente cambiar las políticas de las principales naciones en la producción agraria y los precios de alimentos para evitar una explosión social – y se debe agregar para evitar más intervenciones militares y matanzas como hemos visto en Haití. Debemos apoyar la demanda de muchas coaliciones de intelectuales y activistas del mundo que se retire de Haití la llamada Misión de Estabilización de Naciones Unidas (Minustah.)
(3) Según un sondeo del New York Times/CBS en los primeros días de abril, 81 por ciento de la población cree que la nación va en una dirección mala.
(4) Las 5 corporaciones son Time Warner, Disney, News Corporation (de Rupert Murdoch), Bertelsmann (de Alemania), y Viacom (ex-CBS).
(5) The National Security Archive, August 2, 2004, http://www.gwu.edu/~nsarchiv/NSAEBB/NSAEBB131/index.htm .
(6) En realidad, Washington ya había lanzado durante la primera administración bushiana una nueva guerra sangrienta contra los pueblos con una serie de intervenciones relativamente clandestinas bajo el mando de las operaciones secretas del SOCOM (Mando Secreto de Operaciones Especiales), famoso por haber dirigido la desestabilización e invasión de Irak. Se destaca la militarización de la frontera colombiana-venezolana, resultando en matanzas de sindicalistas y ciudadanos venezolanos llevadas a cabo por militares y paramilitares colombianos; el secuestro del representante de relaciones exteriores de FARC Rodrigo Granda en Caracas, en la manera de la Operación Cóndor; y un intento frustrado de golpe de estado en las afueras de Caracas por las mismas fuerzas de Colombia disfrazadas como militares venezolanos. Cómo una parte del Pentágono, SOCOM es la cúspide de las operaciones militares imperialistas, arriba del Comando Sur y del Comando Norte (que unifica las fuerzas armadas de Méjico, Canadá y Estados Unidos bajo el mando de oficiales estadounidenses.) El SOCOM y sus Fuerzas Especiales no tienen controles jurídicos y están financiadas para hacer lo que quieren en cualquier parte del mundo bajo el pretexto de una guerra “contra el terrorismo”. Véanse el artículo por Seymour Hersh en New Yorker, 24 y 31 de enero de 2005, y Thierry Meyssan, “Ojo del Pentágono,” Entorno, 17 de febrero de 2005.
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