Desde ayer cuando participaba de la concentración y marcha a la
Fiscalía y la Asamblea Nacional convocada por los trabajadores de
Mitsubishi, reclamando para que se haga justicia en el caso de los
trabajadores asesinados en esa planta y de los dirigentes sindicales de
Aragua ajusticiados por sicarios a finales del año pasado, quiero expresar lo siguiente.
Creo que la nacionalización de Cargill, de su planta arrocera, es un paso positivo.
Es un hecho que las multinacionales en conchupancia con la oligarquía
criolla siguen en su política de desabastecimiento de los principales
productos de la canasta básica. Mientras tanto en los grandes
centros comerciales donde compra la oligarquía los anaqueles están
repletos de productos de lujo. Usted puede conseguir arroz perfumado,
perfume francés y todo tipo de artículos de lujo, pero en los barrios y en los mercados no hay arroz, aceite y papel higiénico.
Por eso me parece muy positiva la iniciativa del nuevo ministro de Comercio Eduardo Saman interviniendo las arroceras.
Y, la investigación sobre el desabastecimiento y saboteo empresarial
debe llevarse hasta las últimas consecuencias. Habría que agregarle a
nuestro entender, la participación en el control y la gestión de los
trabajadores de manera permanente y directa. Así los
trabajadores acompañaríamos gustosos con nuestra movilización activa,
la advertencia del presidente Chávez de expropiar a todas las plantas
de la empresa Polar porque Lorenzo Mendoza no va a dejar de conspirar
ni armar guarimbas económicas ni de financiar conspiraciones políticas
contra el proceso revolucionario. Por eso es bochornoso, leer
o escuchar declaraciones como las que han hecho dirigentes sindicales
de Carabobo como Jhonny Magdaleno, Freddy Padrón y otros acompañantes,
en donde después de decir que es "fuente de preocupación permanente
el desabastecimiento que viene produciéndose a nivel nacional en
numerosos artículos de la dieta diaria desde finales de 2007",
salen descaradamente a defender sus patronos del grupo Polar, critican
que vayan a tener al Estado como un solo patrón. Es decir, ellos
quieren seguir teniendo a Lorenzo Mendoza de patrón, importándole poco
que sea este uno de los principales responsable de ese
desabastecimiento.
El marco en el que tenemos
que ver estas medidas de expropiación e intervención de plantas y la
necesidad de que se profundicen como planteamos desde Marea Socialista,
es el de la crisis mundial. Aquellos que piensan que la crisis no nos afectará viven de una ilusión.
Ya mismo nos está afectando y muy fuerte, y además de manera
silenciosa, porque los medios no hacen publicas medidas como los
cierres temporales de empresas, el incremento de la tercerización, los
despidos en contra de la Ley de inamovilidad laboral, el congelamiento
de la discusión de contratos colectivos.
Nuestra Revolución Bonita, permitió hasta ahora la convivencia vergonzosa entre las más elementales necesidades del pueblo y el auge de las Hummer. ¿Cuántas familias se alimentarían por año con lo que cuesta una Hummer? Llegó
la hora de resolver esta lucha de clases inequívocamente para el lado
de los trabajadores y trabajadoras y el pueblo venezolano. Así
se combatiría la corrupción, el burocratismo y la ineficiencia que
cuestiona el presidente Chávez y que está enquistada en áreas del
gobierno.
Creemos que debe haber una adaptación del Plan
Nacional Simón Bolívar para enfrentar la crisis. Al mismo tiempo,
creemos que el pueblo revolucionario, el poder popular de la
revolución, los trabajadores con nuestras organizaciones, debemos ser
llamados a debatir un plan de emergencia que garantice que los costos de la crisis la paguen los capitalistas. Entre otras cosas, en esta situación transicional, se debería limitar las ganancias de los patronos en un 10%.
Se ha demostrado la utilidad que tuvimos todos los movimientos sociales
y las misiones para el triunfo de la enmienda. También tenemos el
derecho de opinar como se debe enfrentar la crisis, y de articular para
poner en píe una enorme maquinaria de movilización obrera y popular
revolucionaria que le demuestre a la oligarquía y al imperialismo que
no vamos a permitir que descarguen las consecuencias de la crisis sobre
nuestras espaldas ni que intenten conspiraciones ni guarimbas.
Nuestro llamado al presidente Chávez, es que
sepa que estamos por profundizar la revolución, para que la crisis la
paguen los capitalistas, y también estamos listos para desarrollar un
plan de movilización nacional de defensa de los derechos conquistados
por el pueblo revolucionario en estos días años. No puede ser
que no haya arroz o productos de primera necesidad para el pueblo, no
puede ser que se ataquen puestos de trabajo, que se congelen contratos
colectivos, mientras la oligarquía sigue haciendo negocios arrechos
pagados con el sudor y las carencias de los trabajadores y
trabajadoras.