A veces, nos da verdadera vergüenza descubrir cada día el hecho que mucha gente de la oposición no ha sabido distinguir entre el país y el gobierno, con quien mantienen una lucha a muerte por cuestiones ideológicas y de intereses económicos.
Por todas partes, en donde haya un congreso o cualquier evento de trascendencia internacional o mundial, allí aparecen los agentes de la oposición con sus intentos de frenar las inversiones, a tratar que Venezuela sea condenada de una u otra forma.
Lo mas reciente ha sido los esfuerzos hechos para que Venezuela no sea aceptada en el MERCOSUR. Lo mas ridículo recientemente, fue lo hecho en la a Octava Conferencia de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), celebrada en Ginebra, Suiza. Fueron por lana y resultaron trasquilados.
Treinta y siete sindicatos del mundo les dieron una respuesta contundente a los políticos oposicionistas venezolanos, quienes en alianza con empresarios y patrones, buscaban la condena de Venezuela, para convertir esta en un arma política de desprestigio de nuestro país. No contaban con el hecho que se enfrentarían a gente preparada política e ideológicamente, verdaderos sindicalistas representantes reales de los trabajadores que votaron por ellos y ellas.
Una cosa es la diferencia política e ideológica y otra cosa es el país, anteponen sus frustraciones y ambiciones. Sin capacidad a reflexionar en el bien del país y el bienestar de nuestra economía, atentan contra la inteligencia de la gente. Su odio al Socialismo, los hace cometer errores y a hacer el ridículo ante la prensa internacional. La Malinche despierta, en cada acción de esta oposición irreflexiva.
Se hace necesario que surja un nuevo tipo de oposición y que no sea precisamente, la misma gente que ahora se agrupan para revivir la mil veces derrotada Coordinadora Democrática. Siempre con el mismo discurso y las mismas acciones violentas que desde hace diez años han hundido el barco de una oposición frustrada y torpe.
Diez años de oposición mas lo que les espera en un largo periodo revolucionario, la frustración de no tener mas con ellos al cuerpo represivo de un ejercito al cual habían logrado infiltrar desde los partidos políticos, les ha puesto en una posición de indefensión desastrosa.
Ahora no les queda otro camino más que el de conspirar, ofreciendo las riquezas que una vez hicieron suyas el imperio y las trasnacionales, sueñan con unos procesos de desnacionalización de todas las empresas del estado.
El guión siempre es el mismo, un grupo de personas carentes de inteligencia y de ideología convocan a otra gente, en la pretensión de manipular el miedo que ellos mismos sienten por todo aquello que consideran socialismo, comunismo y liberación.
Solo tienen el argumento de la defensa de la propiedad privada de una elite, propiedad privada que no les pertenecen a quienes integran estas delegaciones.
La defensa de quienes por año han estado saqueando y explotando los recursos de todos los venezolanos y venezolanas. Como es el caso de Globovisión, en el cual las propias victimas de la disociación sicótica, van a recoger el dinero en las calles que permitirá a los dueños de esta televisora- partido político, siga enfermándoles a través de su manipulación mediática.
Vendrán otros movimientos de desestabilización externa contra nuestro país. Para eso están financiando a grupos y a personalidades nacionales y del exterior. Políticos e intelectuales que prestaran su imagen y sus palabras para llamar la atención contra nuestro país.
Intelectuales que una vez fueron supuestamente de izquierda y políticos de derecha de largas trayectorias en nuestros piases. La malinche reencarnada en muchos que dicen ser venezolanos o latinos vendidos al imperio y a las trasnacionales, gente inmoral que no tiene ningún sentido de patriotismo.
Se nos quedó el
maleficio de brindar al extranjero
Nuestra fe, nuestra cultura, nuestro pan, nuestro dinero.
Y les seguimos cambiando oro por cuentas de vidrio
Y damos nuestras riquezas por sus espejos con brillo.
(Maldición de Malinche. G. Palomares)
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