Recién hacía remembranza con un viejo amigo acerca de cómo era visto la actividad deportiva en el país y de lo poco que las políticas de gobierno ayudaban a la difusión, fomentación y logística del mismo. Era todo un calvario para los atletas conseguir uniformes, viáticos, logística y ni pensar en fogueos nacionales mucho menos internacionales. La actividad deportiva era un maquillaje social. Fue visto como algo que se ayudaba a los jóvenes como por decir que se hacía algo para ayudar a la formación de ciudadanía, pero nunca fue visto como una importante actividad fortísima y valiosa en el entramado social para la dignificación de los hombres y mujeres que desde sus espacios colaboran en la formación de Patria. Eso quiere decir que no había una inversión social ni en deporte, no había política deportiva.
Fue Chávez quien bautizó a esta camada de muchachos y muchachas como la generación de oro, una generación que ya dio una medalla de oro con el tirador Rubén Limardo de la esgrima nacional. Además de todas las actuaciones internacionales donde Venezuela ya no va por tan sólo competir y cumplir con los postulados románticos del barón de Coubertin por allá a finales del siglo IXX, con el inicio de los juegos olímpicos modernos; sino que ahora Venezuela participa por dejar en lo más alto los colores patrio. El pundonor, la vergüenza nacional, el sano orgullo deportivo, la garra libertadora, son características emocionales que estimulan la autoestima de nuestros jóvenes que dan el todo de sí mismos para demostrar sus habilidades, destrezas, inteligencia y fortaleza en cada una de sus competiciones. Chávez, siempre Chávez viendo al pueblo como a un todo y viendo a todo como un pueblo; dándole la inversión, el tratamiento y el acompañamiento justo y merecido…, es decir sí hay una política social.
Concluido los Juegos Panamericanos de Toronto 2015, Venezuela se apoderó de un decoroso octavo lugar con un ramillete de 50 medallas en total. Fueron ocho preseas doradas que vinieron a satisfacer la alegría del suelo patrio, 22 de plata y 20 de bronce. Toda una cosecha que nos estimula a seguir dando todo por el todo para que la patria joven siga sumando voluntades y preparándose para las exigencias de las venideras olimpíadas de Brasil 16. Pueblo y Gobierno acompañando a los deportistas en todos sus ciclos olímpicos, concentrados y preparándose en los mejores espacios de cada modalidad, viajando en las válidas y fogueos necesarios para seguir construyendo la generación de oro y la patria soñada potencia de paz y de amor enrumbados a ser la patria potencia en todo y para todo tal cual como se dibuja en el Plan de la Patria
Estamos en un punto de competitividad admirable. Más de 20 medallas de oro se cayeron en las finales o dicho de otro modo, más de 20 oportunidades Venezuela estuvo en las finales por el oro panamericano. Se estuvo cerquita donde una milésima, un movimiento oportuno, una destreza fugaz, una pegada concreta, decidía; pero esta vez la balanza fue hacia el otro lado. Son detalles que se irán revisando, puliendo, acoplando y perfeccionando, para que en vendieras competiciones internacionales sigamos el rumbo hacia la cúspide, hacia el pináculo del éxito deportivo donde la patria buena desea llegar y ver a sus hijos e hijas en lo más alto del pódium de los laureados. Nuestra Venezuela ya no es la cenicienta ni el hazmerreír, somos un país con identidad propia y sentimiento nacional
Congratulaciones a todos los atletas; pero no sólo a los que nos representan sino a todos esos jóvenes que se forman en los diferentes centros deportivos del país, a todos los semilleros, a sus entrenadores, a los dirigentes deportivos y padres y madres que día a día se esmeran por la formación de sus pequeños y pequeñas para, con amor y paz, servir a la patria que se levanta gigante y camina a pasos de vencedores. Junto a Chávez el comandante de amor, deportivo, el comandante amigo.