Viernes, 12 de julio de 2019.-Yo no sé a ustedes, pero a mi me llama mucho la atención el férreo hermetismo en que se han mantenido las negociaciones entre el gobierno de Nicolás Mauro y la oposición de derecha.
Severa la actitud, nadie dice nada, sueltan retacitos que no llevan a ninguna parte.
Lo que mas me llama a reflexión es la aparente indiferencia con la muchos miran a este dialogo hermético, parece que a la mayoría no le preocupara, no le interesara, actuamos como si la cosa no fuera con nosotros, con el nada que ver colgado de la indiferencia.
Hay una apatía que nace de la decepción, del desengaño, del aburrimiento ante tanta injusticia acumulada, ante tanta irresponsabilidad, hablan y no informan, ergo, nuestra opinión no les importa.
Fueron seleccionados por no se sabe quien para manejar nuestro destino y el futuro de nuestros hijos, de nuestros nietos y no dicen nada.
No informan, ¿quién les diría que el resto del país, la mayoría del país, pues, escogió no saber, no estar informados?
Tiene todo este evento secreto un cierto tufo mafioso, tipo Cosa Nostra.
Y si de todo este silencio sepulcral, de todo este hermetismo monástico pudiésemos sacar algo, sería la forma en la que se pusieron de acuerdo, ambos bandos, los dos, muy de acuerdo para no hablar del asunto que están tratando, que a todos nos impacta, que a todos nos afecta.
Un muro de Silencio.
Pienso, si se pusieran de acuerdo de la misma forma, con la misma severidad, para atacar y solucionar los problemas que nos aquejan, sobre todo el problema económico, donde cada vez se hace mas difícil poner el pan sobre la mesa a todos los que aquí vivimos y luchamos, si usaran esa misma rigidez muchos de los graves problemas de todo tipo que nos tienen al borde de la locura colectiva, se irían solucionando.
Yo no sé a ustedes, pero a mi todo este hermetismo me da un olor fétido.