Hace pocos días, por la fecha que observo en el audiovisual que realizó Luis Olavarrieta, le hicieron una entrevista nuestra estrella venezolana en el exterior a Gustavo Dudamel (1).
Si bien el título de la entrevista es "El Sistema es para Todos", no dejó de resonarme de forma extraña su última frase luego de una hora de conversación, sentado cómodamente allá en su casa de Los Ángeles (supongo), donde lucía un bello piano negro que pareciera ser de media cola.
Siempre es interesante escuchar a nuestro, ya no tan joven, venezolano, barquisimetano, convertido en un extraordinario protagonista en el exterior donde dirige la Ópera Nacional de París y continua además en sus labores artísticas para La Filarmónica de Los Ángeles.
Inevitable mencionar al maestro José Antonio Abreu, creador del Sistema Nacional de Orquestas y Coros infantiles y juveniles de Venezuela, llamado simplemente "El Sistema", donde Gustavo Dudamel empezó a la edad de cuatro años (2).
En gran parte, la entrevista trató de la reciente ejecución de "Fidelio", de Beethoven, el pasado mes de abril, donde aprendo que fueron invitados el Coro de Manos Blancas de El Sistema, además de un grupo de jóvenes artistas sordos que, junto al coro y orquestra, de alguna manera sintieron y transmitieron la belleza de la música a través de gestos y de una coreografía llena de energía (3).
Por supuesto que Luis Olavarrieta intentó llevar la conversación al tema político que muy hábilmente, Gustavo Dudamel evitó. Inevitable el comentario de parte del entrevistador sobre la muerte del joven violista ocurrido en 2017, dentro de uno de esos muy lamentables episodios de las mal llamadas güarimbas.
Y aquí recuerdo a mi amigo secreto Diogenes, a quien siempre le llama la atención las palabras venezolanas que contienen la sílaba "gua": güarimbas, guanábana, Guayamurí (que también, extrañamente, tiene semejanza con el dialecto napolitano como referí en un artículo anterior), guachafita, etcétera.
Ya me referí al episodio sobre la muerte del joven músico, en la oportunidad de comentar sobre orgullo que nos causó a los venezolanos y venezolanas el Record Guinness obtenido en noviembre 2021 por El Sistema (4): "Gustavo Dudamel pasó, desde su posición de figura pública ejemplar, como aliado importante para el gobierno, a convertirse en el venezolano que, reconocido internacionalmente, se desligaba notoriamente del gobierno de Nicolás Maduro."
Sinceramente no sé si esta sea la causa que le impide a Gustavo Dudamel venir a Venezuela, aunque sea por breves períodos. Por supuesto que estoy segura de que no se trata de una persona declarada "non grata" por el Gobierno Bolivariano, todo lo contrario. Hasta voy más allá: Nicolás Maduro lo recibiría con los brazos abiertos, tal cual ocurre en la parábola del Hijo Pródigo narrada en los Evangelios.
Y traigo esto a colación pues hacia el final de la entrevista, siempre muy interesante, ya que durante un buen espacio trató de evadir elegantemente a su entrevistador y al sesgo político que traía, Dudamel les habló a aquellos artistas venezolanos en el exterior que tocan en el metro de París, o de Madrid, en las plazas públicas, mostrando un gran talento y pidiendo limosnas con sus sombreros. Jóvenes artistas que desearían entrar en una gran orquesta, siguiendo la estela de luz dorada que deja el maestro Dudamel a su paso.
Pero no sólo les habla a ellos, a los artistas venezolanos de la calle que llevan a todo el mundo el altísimo nivel musical venezolano, también a los afortunados que están en grandes orquestas en lo que se ha dado por llamar mundo occidental. Ese Occidente que Vladimir Acosta cuestiona muy bien en recientes artículos (5,6).
Apreciados lectores, no se trata únicamente de los jóvenes artistas que andan por ahí generando lástima y pena ajena. Se trata de miles de jóvenes que han migrado de Venezuela y la gran mayoría sin un arte en sus manos, sin medios ni recursos para echar adelante. Sólo la voluntad, empuje y gran optimismo del venezolano. Y que terminan, como recientemente una lindísima chica, asesinada y quemada por su pareja, allá en Colombia. Solo para citarles un caso doloroso muy reciente, de cientos que tenemos en el tema migración (7).
De nada vale que, a través de estas páginas, pida con anhelo a la Primera Combatiente (8) o a nuestra artista deportiva Yulimar Rojas (9) que usen su influencia, su carisma, su poder mediático para inventar programas que logren frenar la migración para nuestras niñas y jóvenes, también de sexo masculino, por supuesto, pero siempre pondré por delante al llamado sexo débil, más frágil, más vulnerable.
Declara Gustavo Dudamel, lo mismo que dicen la gran mayoría de migrantes venezolanos en el exterior (y nosotros los venezolanos naturalmente), que Venezuela es maravillosa, que personalmente él tiene una gran fe, un enorme optimismo y los invita a todos a que sí será posible, más temprano que tarde, regresar a Venezuela, a tocar música en el país que nos vio nacer.
¡Incluyéndose él mismo!
Apreciados lectores que me siguen: ¿será que Gustavo Dudamel piensa regresar al país para dirigir, desde lo alto del podio magnífico que se ha creado para su arte, la gran orquestra de El Sistema? ¿Tomando el ejemplo memorable de su tutor José Antonio Abreu? ¿Para enseñar a niños y niñas de Venezuela? ¿Incluso de Nuestra América? ¿Para ayudar a nuestro país desde su arte excepcional? ¿Podrá renunciar a cargos tan exquisitos como los que tiene en este momento, para regresar a un país que muchos no dudan en llamar "del tercer mundo" pero que es el país más maravilloso que muchos otros?
De ser cierta esta interpretación aventurada, se trataría de un extraordinario ejemplo de humildad y sabiduría, que elevaría de mucho su calidad humana y no desmerecería su altísima calidad artística.
Tal como asegura Dudamel de su maestro José Antonio Abreu: transcendería lo mundano, lo terrestre, hacia lo espiritual enseñando a la humanidad que sí es posible agradecer los dones inmensos recibidos para ayudar a otros.
Tal como ayer mismo escuchaba, en una clase del maestro Enrique Dussel, hacían los indígenas guaraníes agradeciendo el don inmerecido de la vida (10).
Finalmente, Luis Olavarrieta le hace entrega de dones venezolanos: una caja de chocolates, el mejor chocolate del mundo (mas no así la marca que escogió) y el mejor ron del mundo marca Santa Teresa, con botellas personalizadas con su ilustre nombre.
Termina Gustavo Dudamel diciendo "disculpa lo malo". Él, uno de los mayores artistas del mundo actual, en la cima del éxito. ¿Qué será lo malo? ¿Haber toreado las respuestas políticas que el entrevistador solicitaba?
¿Estar en Los Ángeles, o en París, mientras aquí sus connacionales humildes, como fue él un día, están pasando roncha y en bruto? Un "cuento largo", como lo contaba Madeleine García, de Telesur, en el programa de Pérez Pirela, el pasado jueves (11).
Pero un "cuento" que no debe, no puede ser contado de manera jocosa como en gran parte lo hace Madeleine, porque hubo muertos, hubo mucho sufrimiento, dolor, escasez, hambre y, sobre todo, mucha migración hacia otros países que no quieren a los venezolanos. Asesinados y vejados en otras tierras.
¿Disculpa lo malo Gustavo?
- https://youtu.be/bgM7ECXYwGU
- https://elsistema.org.ve/que-es-el-sistema/
- https://www.noticias-ahora.com/gustavo-dudamel-cautivara-fidelio-walt-disney-concert-hall/
- https://www.aporrea.org/actualidad/a307524.html
- https://www.aporrea.org/tiburon/a311866.html
- https://www.aporrea.org/tiburon/a312281.html
- https://venezuela-news.com/venezolana-es-asesinada-y-quemada-por-su-pareja-en-colombia/
- https://www.aporrea.org/actualidad/a255731.html
- https://www.aporrea.org/actualidad/a304728.html
- https://youtu.be/qYtGXOG0E_s
- https://youtu.be/qrzfcWCg4_4