Delincuentes sin fronteras: La Delincuencia Venezolana en Modo Internacional e Imperialista

Continuando el desarrollo de la visión integral de la delincuencia, mas allá de lo policial, anexamos al análisis tradicional sobre la delincuencia que incluye a las causales internos social, económico, marginación, pobreza, la lucha del imperialismo por someter a su voluntad a todas las naciones que ha derivado hacia la utilización acentuada de grupos delictivos como instrumentos de ataque y como parte de una estrategia para debilitar a los organismos del estado.

Por lo señalado el análisis de la delincuencia debe ser abordado con una urgencia superior ya que la perspectiva es su vinculación no solo con factores internos, como la pobreza y la marginación, sino también con dinámicas internacionales y estrategias geopolíticas exige que sea reconsiderada a la luz de la influencia de actores externos y las estrategias de dominación imperialista.

Así que en este escenario la situación delincuencial en Venezuela no puede ser entendida ni atendida de manera aislada ya forma parte de un contexto regional donde el imperialismo ha utilizado a grupos delictivos como herramientas para desestabilizar gobiernos que perciben como amenazas a sus intereses.

Es necesario por lo tanto realizar investigaciones Históricas sobre la influencia de potencias imperialista y concretamente los Estados Unidos, impulsándola, organizándola, financiándola, entrenándola para que contribuya a desmantelar la cohesión de los estados nacionalistas o progresistas mediante la promoción de la violencia y el caos social. En este contexto, el uso de grupos delictivos se convierte en una táctica para debilitar a los gobiernos que desafían la hegemonía estadounidense.

Los casos de Colombia y México son paradigmáticos de esta estrategia. En Colombia, por ejemplo, el narcotráfico ha sido utilizado tanto como una herramienta de guerra como un medio para influir en la política nacional e internacional. La relación entre políticos y grupos criminales, como se ha evidenciado en el caso de Guaidó y su asociación con el narcotráfico colombiano, subraya cómo estas dinámicas se entrelazan. Esto no es un fenómeno aislado; es parte de una narrativa más amplia donde la delincuencia se convierte en un recurso para desestabilizar gobiernos y fomentar una agenda política que favorezca a actores externos.

En Ecuador y Haití, la intervención directa de actores imperialistas ha llevado a situaciones de inestabilidad crónica, donde la delincuencia organizada se alimenta de la pobreza y la marginación, pero también de la complicidad de sectores políticos. Esta relación simbiótica entre la delincuencia y la política crea un ciclo vicioso que perpetúa la violencia, la crisis social y los gobiernos de derecha.

El caso del Wilexis, al igual que El Coqui, nos muestra como las bandas apoyadas por la oposición antinacional pueden crear en Venezuela focos de desestabilización, durante muchos años increíblemente, dejando de ser simples delincuentes para escalar sus actuaciones con extorsión, secuestro, robo, drogas. Las autoridades venezolanas deben estar al tanto que este no es un caso único, pues en otros barrios se crean "gobiernos" de delincuentes que someten a toda la población de las barriadas, sean chavistas o no lo sean.

Además, es importante considerar el papel de los medios de comunicación en esta narrativa ya que siempre presentan en los medios internacionales a los líderes progresistas como autoritarios o incapaces, mientras que se minimizan o ignoran las conexiones entre la delincuencia y las intervenciones externas. Esta desinformación contribuye a la construcción de una imagen negativa que justifica la intervención y el desmantelamiento de estructuras estatales que resisten la dominación imperialista. Aun ahora en el caso del Wilexis los medios españoles dicen cosas como estas en Internet, según InSight Crime "La muerte de Wilexis se suma a lista de delincuentes que han sido perseguidos por no alinearse con los ideales del oficialismo", actuando así como cómplices impunes de los delincuentes. Hay que legislar. Además así justifican el delito pero no su represión.

Por lo tanto, para abordar de manera efectiva el problema de la delincuencia en Venezuela el enfoque integral antes planteado, debe contemplar los factores internos como las influencias externas. Esto implica reconocer que la lucha contra la delincuencia no puede ser únicamente una cuestión de seguridad pública, sino también una lucha social, política, por la soberanía nacional y la autodeterminación, en un contexto donde el imperialismo busca perpetuar su dominio a través de la desestabilización y el caos.

Oscar Rodríguez Estrada 16 de febrero de 2025



Esta nota ha sido leída aproximadamente 1471 veces.



Oscar Rodríguez E


Visite el perfil de Oscar Rodríguez E para ver el listado de todos sus artículos en Aporrea.


Noticias Recientes:


Notas relacionadas

Revise artículos similares en la sección:
Venezuela en el Exterior


Revise artículos similares en la sección:
Actualidad