Tiempo de cambios

Contribución a la paz en Colombia

Es inmensa la expectativa que se ha generado en Colombia luego de que tanto el gobierno del hermano país como la mayor agrupación guerrillera, las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, FARC, aceptaran la mediación del presidente venezolano Hugo Chàvez Frìas para encontrar caminos que conduzcan a la soluciòn de al menos el elemento màs inquietante de ese conflicto, como lo es el de la gran cantidad de rehenes capturados por los movimientos armados, entre ellos la ex candidata presidencial Ingrid Betancourt, a cambio de hallar alternativas que conduzcan a la liberación de decenas de insurgentes presos en las cárceles colombianas.

Una solucion positiva a esta situación implica, obviamente, concesiones de las partes involucradas en este conflicto que se remonta a màs de sesenta años, cuando el asesinato del candidato liberal Jorge Eliécer Gaitán recibió los impactos de bala que abrieron el camino a una interminable confrontación armada que no ha tenido un desenlace militar. La entrega de los rehenes en manos de la guerilla y la satisfacción de las demandas de la insurgencia en cuanto a la liberación de los presos abriría nuevas perspectivas para ensayar fórmulas conducentes a inaugurar un nuevo período en la sociedad colombiana, en el cual los grupos guerrilleros se incorporen a la vida polìtica, con garantías que impidan la repetición de la trágica experiencia vivida con la Unión Patriótica, agrupación de ex combatientes que fue exterminada a sangre y fuego por paramilitares.

Pero para llegar a ese escenario serà necesario atravesar caminos saturados de obstáculos, por lo cual el éxito de la mediación que apenas està iniciando el presidente Hugo Chávez va a a depender en buena medida de la real voluntad política tanto del gobierno del presidente Alvaro Uribe como de la guerrilla, y de que otros actores del conflicto colombiano, como los paramilitares, o factores externos no ejerzan maniobras tendientes a impedir la concreción del acuerdo humanitario. Los familiares de quienes se encuentran privados de su libertad tienen las esperanzas puestas en el papel que el presidente venezolano pueda cumplir para lograr que sus seres queridos regresen a casa.

A Venezuela le interesa que Colombia encuentre una salida a su conflicto histórico. Queramos o no, aquí padecemos diariamente los coletazos de esa situación y por ello es imposible no calificar de demagógica e irresponsable las voces de quienes, como siempre por antichavismo extremo, no encuentran mejor respuesta al llamado solidario de la sociedad colombiana que la crìtica irracional a la iniciativa de incorporar al presidente Chávez como factor de facilitaciòn de al menos el aspecto más urgente del caso, como lo es, repetimos, el reencuentro de rehenes, presos y sus respectivas familias.

Claro, al Chávez actuar como interlocutor entre el gobierno colombiano y los movimientos armados, quedan desechas las acusaciones sobre los supuestos vínculos del gobierno venezolano con las FARC, el ELN u otros grupos armados. Es obvio que el mandatario colombiano no aceptaría la mediación del presidente Chàvez si existiera siquiera un indicio serio de que esos nexos tienen asidero real. Lo real es que la expectativa reinante frente a lo que pueda hacer el mandatario bolivariano se basa en la esperanza de que, ahora sí, se haga realidad el sueño de numerosas familias colombianas, que llevan años esperando el retorno de padres, hijos o hermanos, víctimas de una confrontación para la cual no parece haber salidas en el plano militar.

Si la gestión resulta positiva, como espera la sociedad colombiana, y se avanza en el intercambio humanitario, se habrá abierto, de nuevo, una rendija a la paz. Que así sea.


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Vladimir Villegas

Periodista. Ex-presidente de VTV, ex-viceministro de Relaciones Exteriores para Asia.

 vvillegas45@gmail.com      @VladiVillegas

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