El presidente de la República, Nicolás Maduro denunció este miércoles que la región sufre dos agresiones, una de carácter económico al derecho, al desarrollo, a la prosperidad de nuestros países y otra de carácter humano, civilizatorio contra nuestros migrantes.
"Hoy se vive una agresión que no dudamos en calificar en Venezuela como la agresión civilizatoria más grave desde la época del fascismo y nazismo contra los pueblos migrantes en Estados Unidos. Nuestros migrantes son perseguidos como delincuentes, pero de manera especial denunciamos desde el país, la aplicación de una ley contraria al derecho humano, como la Ley de Enemigos Extranjeros de 1798, una ley anacrónica que criminaliza a cualquier migrante para capturarlos y llevarlos a un campo de concentración en El Salvador. Actualmente vivimos dos agresiones, una de carácter económico y una de carácter humanitario contra nuestros migrantes", recalcó.
"¿Cuánto puede hacer la Celac? Si levantamos una voz común, ¿cuánto puede hacer la Celac si nos conformamos en un bloque poderoso de opinión, con propuestas, con acción común? Han tratado de dividirnos para que uno opine contra el otro, otro no opine nada, para que nos callemos y cada quien vaya por su lado a negociar y a conversar en silencio individualmente. Es tiempo de levantar y construir una sola voz. Es tiempo, hay tiempo para ello", añadió.
Durante su intervención en la IX Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), el jefe de Estado señaló que «la agresión es contra el mundo entero, la guerra comercial económica arancelaria contra 180 países, ha desatado lo que se puede calificar como el fin de la globalización occidental, queda herido de muerte el derecho comercial, económico, internacional, público, así como los acuerdos bilaterales y multilaterales en materia de comercio, ha quedado sepultada la Organización Mundial de Comercio».
El mandatario nacional recalcó que «la ofensiva que hay contra el mundo entero, contra nuestra región para tratar de imponer una época de dominación imperial, nos obliga a plantearnos un despertar colectivo de la conciencia de los pueblos y los gobiernos que amamos nuestra soberanía, nuestra autodeterminación, y tenemos un amor profundo por el sueño de un futuro en libertad, con soberanía e independencia, con prosperidad ganada y trabajada por nuestros pueblos en unión fecunda de nuestra región».
Sostuvo que «la unión de nuestros pueblos es una obligación y debe ser construida en base al patrimonio que hemos logrado aportar y acumular de propuestas, la Celac tiene que retomar con fuerza la realización de los consejos de ministros, como lo ha hecho Honduras con su extraordinaria presidencia».
Por otro lado, el mandatario nacional, recordó que, desde la significativa cumbre en Caracas en 2011 hasta los encuentros en La Habana, Santiago y Santo Domingo, «hemos forjado una comunidad llena de ideales. La Celac tiene grandes retos para reinventarse. Nuestra unión tiene que reinventarse y adaptarse de manera creadora a los tiempos que están en pleno proceso de desarrollo».
En última instancia, subrayó que la verdadera opción para nuestra América es avanzar unidos hacia una emancipación auténtica. «Ese no es el dilema. No es opción para nuestra América, un nuevo coloniaje, un nuevo esclavismo».
Además, reafirmó el compromiso con la Comunidad de Estados Latinoamericanos y caribeños. «Venezuela siempre a la orden de la construcción de nuestra poderosa Comunidad». De igual modo, aprovechó la oportunidad para felicitar al Gobierno de Colombia por asumir la presidencia pro tempore de este organismo. «Esperamos que sigamos avanzando a buen paso en la construcción de una América Latina y un Caribe unido, en paz y en libertad».
