Sistematizando los saberes sociopolíticos

De un Estado Burócrata organizado para la élite a un Estado organizado para la participación contralora del pueblo

La capacidad (auto) crítica y propositiva de nuestro pueblo resulta un elemento clave para la emancipación y la transformación del Estado. Desde esas capacidades se revela un pueblo inconforme pero también optimista que evalúa con criterios reales y alternativos, asumiendo la complejidad e incertidumbre ocasionadas por todas las condiciones y factores presentes en su entorno. Sin embargo, no todos comprenden las bondades de estas capacidades cuando hay rechazo por parte de líderes políticos e instituciones de la crítica, desdeñándola y censurándola como un factor oposicionista y anti-revolucionario, lo que ha hecho que muchas personas se autocensuren e impiden la autocrítica. La crítica pública no debilitará a la revolución, muy al contrario, le permitirá estar en buena salud. Además, esta la atenuante de la necesidad de la crítica constructiva y autocritica porque el rol que hace el oposicionismo no deja otra alternativa. Se trata entonces: o combatimos la corrupción o liquidaremos la revolución.

“¿Por qué es tan importante la presencia de lo profético dentro de la Revolución? El profetismo tiene que ser para la Revolución una “terapia de shock”, una curación a través de la sacudida que produce poner al descubierto la realidad ambigua o corrompida allí donde se encuentre y, sobre todo ello, la difícil esperanza que vincula la justicia y equidad revolucionarias al hacer honesto y apasionado de sus dirigentes. Sin el elemento profético, el revolucionario se vuelve amorfo, no sabe exactamente para que exista, pierde su orientación y el sentido de su misión. El revolucionario necesita de lo profético como el pan de la levadura”.


No basta la quejadera típica del venezolano, la crítica tiene sus límites cuando es sesgada, es decir, busca sus propios intereses en detrimento de las mayorías o no busca en el fondo la resolución de los problemas planteados porque no se compromete o espera que otros lo hagan. Es hora de tomar acción, aportar soluciones, organizarse y hacer valer sus derechos. Si se siente afectado por el mal servicio como usuario o consumidor ya sea del sector público y privado. La crítica y la autocrítica deben ser el pan nuestro de cada día de los que sirven y son servidos. No puede ocurrir esto: “Sabemos que en muchas oportunidades nos mordemos la lengua ante las evidencias de lo que está ocurriendo”


Se trata más bien de ser “irreverentes en la discusión, pero obedientes en la acción. La imposibilidad de mantener grupos de discusión o de estudio en la administración pública está al orden del día. Pero en los momentos de crisis se acude a las 3R o a las 3 al cuadrado, para que al final se quede en buenas promesas e intenciones o como el pueblo a veces lo afirma: en regaños. Las criticas y las autocriticas a la ineptitud no debe hacerse en forma abstracta sino con nombres de responsables y con las evidentes acciones ineficaces e ineficientes  de la gestión gubernamental.


Las presentadas a continuación están orientadas en el marco de la Contraloría Social para el uso eficiente y eficaz del erario público en miras a la felicidad suprema y frente a los cambios y transformaciones que le exige el país a las instituciones públicas y privadas. Pero que debido al papel del Estado como regulador y legislador del ámbito privado, el Estado tiene doble responsabilidad para cumplirlas cabalmente.

a) Crítica al Estado Burgués, corrupto y burocrático

La corrupción, el burocratismo, la ineptitud y negligencia de los funcionarios públicos son unas de las acciones mayormente criticadas por los articulistas de Aporrea debido a su inmoralidad y perjuicio, pues mengua el erario público y lo privatiza, enemiga del pueblo porque lo despoja o hacen uso ineficaz e ineficiente de sus pertenencias, convierte de pronto a nuevos burgueses a partir del enriquecimiento ilícito, no hay una respuesta a las necesidades, intereses y expectativas del pueblo, busca el lucro de unos pocos con los bienes de todos y se aprovechan del proceso revolucionario, llamados a estos robolucionarios pues su riqueza súbita los pone en evidencia.


Siendo el burocratismo, la ineptitud y la negligencia graves problemas, el énfasis lo ponen en la corrupción, tanto que debe ser considerado un delito contra los derechos humanos para que no prescriba. 


En este aspecto la corrupción es abordada como una consecuencia de la supremacía del capital impuesta por el capitalismo, quien al configurar el Estado burgués con el apoyo de las leyes han mantenido esta situación y es por ello que no bastan las leyes y la necesidad de revisarlas exhaustivamente. Mientras la lógica del capitalismo subsista habrá corrupción Aún cuando se entiende la corrupción como parte del sistema alienante el pueblo alerta sobre la degradación moral a todos los niveles y que corroe a toda la sociedad, incluso en vínculos con otras anomalías como el narcotráfico mundial. El poderío de la corrupción dentro del Estado actúa en redes ya sea locales, nacionales e internacionales.


La corrupción siempre se ha ligado a la política, atribuida a la administración pública, al manejo de fondos o tráfico de influencias. Pero la Corrupción se encuentra en todos los ámbitos de la vida social. En el sector privado lo que se denomina Delincuencia privada o de Cuello Blanco. Como el Estado es el mayor contratador la corrupción se hace por dos vías la empresa privada nacional e internacional. Por tanto el saqueo de nuestras riquezas se hace por parte de las trasnacionales y las empresas privadas.


Licitaciones y contrataciones de bajo, medio y alto nivel dependiendo de las instituciones que va desde una institución de bajos recursos o al contrario de manejo de recursos inimaginables como PDVSA: Compras sin planificación, pérdidas cuantiosas en dólares y en recursos, evasión de impuestos, omisión de procedimientos por amiguismo.


La corrupción de la administración pública con la empresa privada está íntimamente ligada con la democracia representativa cuando se inicio Fedecámaras. Quien demostró en el tiempo su capacidad parasitaria pues como entidad productora dejo mucho que desear, y prefirió el camino fácil recibir de cada gobierno las concesiones o el dinero para comprar en el extranjero y vender al pueblo como si constituyera sus propias inversiones.


Funcionarios públicos de los altos cargos y empresa privada unidos para delinquir. En los años 90 Fedecámaras adquirió todo su poder en el Estado para su privatización. De allí la concurrencia de trasnacionales extranjeras (prestan sus empresas los venezolanos) que se hacen rico de la noche a la mañana, roban, especulan, y luego sacan los capitales y no los invierten los dólares como está establecido. Sin todavía incluir los magnates o empresarios extranjeros que utilizan y explotan a los venezolanos, a través de sus empresas.


Una manera de estimular la corrupción para hacerse de los contratos y licitaciones del Estado son las comisiones bajo la mesa, aún cuando en muchas oportunidades ellos los únicos que pueden dar el servicio, ya sea por la tecnología o el conocimiento implícito de su servicio, sin importar las consecuencias como son los sobreprecios, licitaciones viciadas, contratos a dedo, utilización de materiales de segunda y tercera calidad, compras innecesarias, obras asignadas a familiares, métodos todos estos heredados del pasado.


La reproducción de prácticas de la corrupción tiene una vieja data lo peor está en que se ha legitimado en todos los niveles, en el proceso bolivariano persiste estas prácticas y se han profundizados debido a dos situaciones claras, la retoma del Estado de sus obligaciones, como la actividad petrolera, la salud, la educación y la infraestructura, espacios de inversión clave. Y por otro lado, la política petrolera del Presidente, que trajo de nuevo al país ingresos que permiten el desarrollo del país, no obstante, la posibilidad de “robar” por parte de quienes ofertan al Estado sus servicios. El Estado volvió a retomar su poder y es por esta razón que todas las demás fuerzas económicas (productivas, financieras, bancarias, etc.) se alinean a ella como fuente de recursos “inagotables”.
 

b) ¿Qué hacer ante este flagelo?


No siempre es posible demostrar lo que es necesario dar pruebas pues el que es corrupto sabe ocultar su acción delictiva. El que denuncia puede ser fácilmente criticado o callado, ya sea porque pierde el trabajo o salen detractores de las críticas. Si se acusa, se desacredita al acusador, al que tiene poder no se le investiga, tareas de inteligencia y de investigación., Urge tomar previsiones para proteger al denunciante. Al ciudadano común le he es difícil encontrar responsables.


Hay muchas maneras de delinquir y no son los mismo modos de detectar la corrupción dependiendo de la actividad administrativa: en la empresa petrolera, tributarias, etc.  Urge caracterizar los modus operandi de las nuevas prácticas de corrupción y los procedimientos fraudulentos en el saqueo de los recursos de todos los venezolanos. Una tarea es caracterizar la problemática del burocratismo, corrupción, etc. y esta caracterización debe estar sometida a un proceso dinámico.


 ¿Cómo hacer contraloría a funcionarios públicos de alto nivel? O cuando las cuentas son astronómicas. ¿Quien hace Contraloría al dinero "bajo el colchón" por los vaivenes de los precios del petróleo? ¿Cómo se activa la corrupción cuando los ingresos petroleros aumentan?
Ahora bien se ha señalado la corrupción de alto nivel pero esto no niega el que medio y bajo nivel donde los supervisores y empleados públicos buscan manera de lucrarse, sembrando trámites engorrosos y colas interminables. Hay que implosionar la burocratización y de ese modo se fractura la corrupción desde el funcionario de un cargo sencillo hasta los altos funcionarios con cargos de confianza.


Hay que superar la debilidad institucional en cuanto a la corrupción y el Estado debe ser el primero en escuchar y hacer seguimiento de las denuncias aún cuando estas no son presentadas con todos los detalles exigidos muchas veces por la Ley y observarse a sí mismo para su revisión y evaluación permanente. No se puede ocultar ni desconocer que funcionarios inescrupulosos ponen en jaque el proceso y en entre dicho el proceso de cambio: la revolución se puede perder por causa de la corrupción.


Es necesario redimensionar la lucha contra la corrupción y adecuarlo a los tiempos donde la tecnología cumple un papel importante, a objeto de sistematizar y darle organicidad al sistema de evaluación y monitoreo y en la cual debe considerarse estos cinco ejes: participación ciudadana, acceso a la información pública, rendición de cuentas y control, modernización de la gestión pública y sanciones para afrontar la impunidad.


Ejes que invitan a la elaboración y ejecución de una Política de Anticorrupción como forma de gobierno, el empleo de hombres honrados aunque sean enemigos,  células anticorrupción, satanización al corrupto e institucionalizar la persecución pública a la corrupción, donde el Poder Moral y Ciudadano y sus instituciones comporten un protagonismo y lucha sin descanso conjuntamente con los otros poderes: Poder ejecutivo, legislativo, judicial y electoral. Esto implicaría la reorganización del mismo Estado en función de los intereses del pueblo soberano y un discurso persistente acompañado del ejemplo y de la punidad. Aunque no bastan los discursos es necesario el diseño de discursos anticorrupción pero no debe ser enfocado como si fuese una epidemia que esta fuera de control y que es ajena a nosotros.


c) ¿Por dónde comenzar? ¿Qué teclas tocar?

Misión Diagnóstico: de todo el aparato estadal, de los servicios que se buscan garantizar. Es muy común encontrarse en la administración pública a funcionarios que no tienen verdadera conciencia de la necesidad de asumir con responsabilidad sus funciones, o llegar a una oficina pública donde pedir información es iniciar un viacrucis de estaciones de oficina en oficina. O de lo contrario, te piden que venga otro día cuando se encuentre el responsable. Pero se apunta equivocadamente, porque pone el mal en la “organización”, en el “estilo de trabajo”, y no en el Estado como tal. Chorrera de ministerios y misiones. Pretender los cambios desde una conciencia ingenua y sin conocimiento es comenzar mal. Dice el Che que si conocemos “las causas y los efectos de los males de la administración pública podemos analizar exactamente las posibilidades de corregirlos”.
Rescatar la conciencia histórica y superar las contradicciones históricas. Se trata de cuidarse del enemigo que no solo está afuera con el oposicionismo y en el exterior del país sino que deambula en el propio proceso. La corrupción como quinta columna y su coexistencia pacífica al interior de la revolución demuestra el carácter contrarrevolucionario del actual proceso, no elimina la amenaza del golpe porque su objetivo es ayudar a la oposición en el sostenimiento de la división por las esferas de influencia.


¿Cómo pensar que después de 12 años podamos estar hablando de corrupción en las instituciones de chavistas revolucionarios? Cualquier organización humana que carezca de disciplina, que funcione al garete, al capricho de unos y otros, o porque a alguien le da la gana, tiene sus días contados. Pero la burocracia es “tan eficaz” que resiste los cambios rápidos que la revolución requiere. Desde los cambios más elementales como los más complejos. El camino es uno la masificación de la participación popular en los asuntos públicos, para enfrentar la cultura de la ganancia y el provecho individual; la conciencia consumista y de competencia desenfrenada, propias del capitalismo, y que  son la base social de la corrupción. Es posible, sin duda, minimizar el burocratismo y los privilegios.
Si bien es cierto que el acento de las críticas están orientadas al sector público, no obstante, el sector privado con su especulación, acaparamiento y la anomia con que vienen actuando han tenido un sitial en los artículos de aporrea. Y debido a que la Ley de la Contraloría Social asume que los ciudadanos, las organizaciones sociales conjuntamente con el poder público y el poder popular tienen la función de prevención, vigilancia, supervisión y control no solo de la gestión pública y comunitaria, sino además de las actividades del sector privado que incidan en los intereses colectivos o sociales.


En este sentido hay que acotar que las percepciones de los venezolanos hacia el sector privado les resultan favorables. Esto debido al proceso neoliberal de los 90 en su intento de privatización de la cosa pública forjó toda una matriz de opinión sobre el Estado presentándose lo privado como lo mejor y la única opción: como lo fue el sector salud, educativo y alimenticio. Generalmente no se asume una crítica frontal, hacia este sector a no ser por eventos que son difíciles de ocultar como lo fue.


Acciones especificas a considerar planteadas por los articulistas sobre el cambio del Estado en materia de poder popular a partir de la Contraloría Social


d) ¿Cómo construir con las herramientas que tenemos una nueva lógica social que implique el cambio del Estado?


El poder popular es el ejercicio efectivo, a través de la organización y la participación real, de la amplia mayoría de un pueblo. Un gobierno de los trabajadores y el pueblo, debe comenzar por tomar medidas concretas que lleven a la práctica la democracia participativa y protagónica, en las decisiones de los asuntos básicos que le conciernen y en la forma de enfrentar el burocratismo y la corrupción.
Si no tomamos en serio la lucha contra la corrupción, contra el burocratismo y no tratamos de reconstruir un estado Revolucionario en el municipio, en las regiones o a nivel nacional, donde el pueblo, los obreros, campesinos, juventud y el estudiantado tenga poder real, este proceso no será más que un ensayo, entre otros.


El Poder Popular expone y propone acciones con dimensiones revolucionarias pero por desgracia, “los cuellos de botellas”, frenan tales iniciativas, sugerencias y deseos por conocer y actuar, entonces, toman rumbos extraviados en contra del Proceso Revolucionario. Las órdenes emanadas pareciesen que se dictan de acuerdo a conveniencias individuales y no al Proyecto Revolucionario. En la falta de Organización y en la Ausencia de una “Práctica Social” Permanente, Reflexiva y Sistematizada. La primera y más grave consecuencia del fortalecimiento del burocratismo (léase corrupción) es la desmovilización, el debilitamiento del naciente poder popular: bien sea desmontándolo, saboteando o corrompiendo su consolidación.


Preguntarse “¿cómo las instituciones pueden ponerse a tono con las comunidades? Se requiere una "Misión Eficiencia Bolivariana" Y esto presupone al menos tres condiciones: a) la incorporación más activa y decidida de todo el pueblo al proceso transformador, pues contrariamente al modelo representativo que dejaba en manos de las cúpulas las decisiones para facilitar sus negocios, ahora se requiere un consenso activo y participativo de todos, pues la fuerza transformadora radica en el pueblo y en la educación de su conciencia moral y ética; b) la lucha a fondo por la moralización del sistema judicial, apoyada en la participación de todos pero orientada intelectual, política y moralmente por la acción del gobierno y dirigida entre otros factores a poner fin a la impunidad. Quien violó la ley y e infringe la justicia tiene que asumir sus consecuencias; y c) la generación de una cultura de la honestidad en todos los terrenos de la vida social como una forma de crear las condiciones para recuperar un sentido de dignidad e igualdad social contraria a la impunidad reinante.”


Implementar conversatorios, debates hacia el interno de las instituciones, sincerar el dualismo de competencias entre las instituciones; atender a los problemas de gobernabilidad revolucionaria que generan las gobernaciones, hacer uso adecuado de la tecnología de Información y Comunicación (TIC) como el Gobierno on-line.


Despierta conciencia es el creador de una propuesta efectiva de nuevas estructuras y procedimientos para hacer cumplir las leyes y organizar el Estado, además, es el creador de la idea del Poder Ecológico un Poder con igual potestad que los demás Poderes de un Estado.

e) ¿Qué capacidad tienen el Estado en su función de fiscalización y contraloría interna?

En el marco de la corresponsabilidad del poder constituyente y el poder constituido la contraloría tiene dos vertientes: la interna y la externa. El poder Público (Ejecutivo, Legislativo, Judicial, Moral y Electoral) no tiene la visión de la propiedad social, existe una apatía e indiferencia el ciudadano hacia la institucionalidad y del funcionario público acerca de la institucionalidad en sí misma. Construir el Poder Popular desde el Estado pasa por el debate de la Institucionalidad para, desde y con el pueblo. Actualmente el Estado y sus instituciones están mellados por una visión burguesa de la economía. Aún cuando existen esfuerzos para superar este Estado no basta esta lucha desde un solo poder.


La actualización y adecuación de los procedimientos y la legislación son un punto de partida y la aplicación previa formación a los funcionarios públicos. Se debe asegurar que sean los funcionarios quienes estén realmente preparados sobre todo en el aspecto moral, ético, conciencia ciudadana y de solidaridad para con sus semejantes de la sociedad, independiente de la formación técnica. Internalizando que el servidor público no es más que un ciudadano al servicio de su pueblo. Actividades contraloras por parte de los ciudadanos, las comunidades y de los colectivos debe representar una actividad normal por parte de la institucionalidad.


Si bien es cierto que constitucionalmente los Poderes Públicos están sometidos a la fiscalización y contraloría interna, y que anualmente sus autoridades deben presentar la memorias y cuentas de su gestión, con la finalidad de dar a conocer aciertos y desaciertos, dar a conocer en que se invierte los recursos económicos que se presupuestaron, que hechos de corrupciones se evitaron y si existieron señalar quienes reciben o están por recibir las respectivas sanciones administrativas, morales, civiles o penales como lo determina las leyes, y así, entre muchas otras cosas que son evaluadas y sancionadas por los mismo órganos del Estado; es necesaria la intervención de los ciudadanos y ciudadanas en el ejercicio de Contraloría Social. Acción no siempre bien vista o evitada cuando no se dan las condiciones debida para hacerlo.


En síntesis, el Poder Público para someterse a la contraloría debe presentar memorias y cuentas al pueblo. Los ciudadanos y ciudadanas en el ejercicio de la Contraloría Social lo que deben hacer es recabar las pruebas que permitan interponer la denuncia correspondiente para que se sancione todo hecho ilícito que afecte a la colectividad de una comunidad, de una parroquia, de un Municipio, de un Estado o al pueblo venezolano en su totalidad. ¿Es suficiente su accionar bajo las nuevas condiciones y factores históricos?


Dentro de estos poderes públicos es el Poder Moral quien tiene un papel preponderante en los procesos que faciliten la generación de una cultura de control social, de igual modo, el Poder Legislativo para promulgar un reglamento que con toda la claridad necesaria establezca los procesos y competencias a las instituciones de los Poderes Públicos. Además de impulsar la participación de los trabajadores y trabajadoras en que se organicen y hagan Contraloría Social a las gestiones públicas, evitando así el tareismo y aupando la reflexión sobre la acción gubernamental.


Constituirse el pueblo en colectivos contralores a partir de los derechos y deberes constitucionales en vínculo con las instituciones públicas y privadas en forma permanente y constante permite abordar la complejidad e incertidumbre que involucra el acto contralor. Así como la futura creación de una plataforma de comunicación entre los distintos colectivos de fiscalización, que permita la optimización cierta del tiempo de estos, y no permitir que sobre una misma institución y sobre un mismo problema hayan más de un colectivo atacando, y así, poder poner la lupa contralora sobre todo el espectro social.
 
*Sistematizado por Alice Peña a partir de 400 artículos de Aporrea sobre el tema de Contraloría Social


alicesocorro2000@yahoo.es

 



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Alice Peña Maldonado

Profesora de la Universidad Bolivariana de Venezuela. Lic. en Comunicación Social Magister en Comunicación Organizacional. Dra. en Ciencias para el Desarrollo Estratégico.

 alicesocorro2000@yahoo.es

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