A confesión de partes, tu libro “La Hojarasca” me persiguió por doquiera que iba luego de caer en mis manos por casualidad. Una vez concluido, indujo mi búsqueda de todo lo que habías escrito, y luego de lo que seguirías escribiendo… fue un impacto a primera vista, a segunda y a tercera.
Hoy, al conocer de tu partida, vuelven gratos recuerdos de aquellos años de mi adolescencia soñadora y de mis deseos de ser escritora, con esa ligereza en la pluma que te caracteriza, ralladora de líneas, como tú, contando la vida, describiendo caminos, sentimientos, sociedades, la magia del ser donde quiera que existe.
Hoy te reencontraste con Gabo, estuvo tu mente de receso, en los últimos años. Había que partir para empezar de nuevo. Te extrañaremos, con tu gracia y tu risa. Hasta la vuelta Gabo, dejas miles de corazones rotos y carretas de añoranzas que no paran en ningún camino, siguen su rumbo por caminos empedrados del alma…
Se divisa a lo lejos el comité de recepción que han preparado tus amigos poetas… feliz viaje y feliz reencuentro. Ya verás la delgadez entre uno y otro plano, y sacarás un chiste de seguro.
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