En los ojos de Nora, Lídice, Alba y Juanita me sonríen Ellas

Muchas veces, las personas que vivimos con el feminismo popular en el alma y que creemos en el Socialismo como esa casa grande que nos puede acobijar para vivir en la Matria humanista y libre de la opresión del sistema Patriarcal, nos sentimos ahogadas y ahogados o cansaditas, para decirlo con el sentimiento que le corresponde, de la lucha del día a día.

El Patriarcado, el machismo, tiene muchos años oprimiéndonos, tantos que para dar un pasito hacia adelante hay que dar días para atrás y tomar el impulso necesario para avanzar y hacerle entender incluso a nuestros cumpas (hombres y mujeres) de trabajo, estudios y de la vida que es posible vivir en equidad e igualdad entre los géneros, sobre todo desde la práctica.

Digo desde la práctica porque hay muchos y muchas que en el discurso tienen muy claro lo del "Feminismo socialista" ese que tanto nos habló el Presidente Chávez acompañado de guerrilleras y lideresas revolucionarias en los actos presidenciales, pero se quedan en el discurso aprendido, en el caletre de las consignas repetidas mil veces en los actos de masa. Al momento de militar, de ponerlo en la práctica cae el peso sociocultural masculino aprendido y callan, o en las discusiones de los partidos políticos dejan esos "temas de mujeres" para otro momento porque hay prioridades económicas, ideológicas y políticas que atender.

Sobre prioridades económicas, políticas, ideología, educación popular y liderazgo nos han enseñado muchas luchadoras de los derechos de las mujeres y del feminismo venezolano. En ésta oportunidad compartiré mi aprendizaje de cuatro de ellas: Nora Castañeda, Alba Carosio, Juana Delgado (Juanita) y Lídice Navas.

Recientemente, como parte del programa de formación de las trabajadoras y trabajadores del Banco de Desarrollo de la Mujer (BANMUJER), Alba me invitó que la acompañara como facilitadora de algunas clases sobre "Género, Mujer y Participación popular". Sé que ya habían vivido la experiencia de formarse empleando la metodología de la investigación- acción. A la memoria de esa experiencia, decidieron ponerle como título "Una escuela para la construcción del socialismo desde lo pequeño". Cuando se refieren a "desde lo pequeño" es porque el aporte de éste Banco, a diferencia de otras concepciones bancarias, es el otorgamiento de micro financiamientos a mujeres en condiciones de pobreza. Poder acceder a un microcrédito significa, tanto para la mujer como para su familia o comunidad, una razón para creer en sus propias capacidades, en lo que se construye con su trabajo. Esos aportes, no son un plan populista, empujan, literalmente, de abajo hacia arriba a nuestras mujeres que por momentos sienten que la soledad y el abandono son sus mejores amigos.

En los dos primeros encuentros que hemos tenido en BANMUJER con los trabajadores y trabajadoras, nos quedan testimonios de las y los participantes que trabajan allí, expresando que no ha sido cosa fácil. Porque a diferencia de lo financieramente establecido por el sistema bancario, las formas de relacionamiento, asignación, seguimiento y cierre de los casos de microcréditos no puedan medirse sólo con indicadores cuantitativos. Dignificar a las mujeres en situación de pobreza de nuestra Matria, no es sólo darles el microcrédito y ya. Hubo que buscarlas a sus casas, oírlas, ir a las comunidades, hacer levantamiento de datas, formarlas, aprender de ellas y hacerles saber que tienen en sus manos la capacidad productiva, tanto para el bien individual como el colectivo.

"Luchar contra el Patriarcado y Capitalismo no es fácil, profesora" me dijo una trabajadora de la Casa Bancaria de las Mujeres, continuó "No sabe todo lo que nos ha costado. Ha sido un aprendizaje el tener que hacerle entender a los de la Banca Pública que hay que considerar las solicitudes desde el ámbito humanista, porque no son cosas ni empresas que responden al Capitalismo, son mujeres víctimas de un sistema que las ha explotado históricamente. Pero poco a poco lo fuimos logrando…"

Recordemos que BANMUJER nació el 8 de marzo del año 2001, mediante el Decreto 1.243 de la Presidencia de la República, publicado en la Gaceta Oficial número 37.154. Ese día de reivindicación de los derechos de las mujeres, el Presidente Hugo Chávez anunció su creación y nombró a Nora Castañeda como su Presidenta.

Una espera que cuando a una compañera, que se auto define feminista, la nombran en un cargo gubernamental, ella lleve a la realidad lo que tanto hemos discutido en las asambleas y encuentros de mujeres. Que no olvide la agenda de lucha, que nos atienda y que no se masculinice para mantenerse en el Poder. En realidad cuando se llegan a esos cargos, se hace lo que se puede, y yo creo que Nora, lo hizo y lo seguirá haciendo porque quiere y puede. La inteligencia emocional y revolucionara que lleva adentro no le permite otra cosa.

Nora, ha ejercido un liderazgo respetable, ha sido una militante socialista y feminista toda su vida, y se ha acompañado en sus equipos de trabajo con gente tan comprometida como ella, entonces allí es donde también me encuentro con Alba. Juanita y Lídice. Ellas tres, muchas veces calladitas sin ansias de protagonismo, han puesto años de sus vidas en darle impulso, rigurosidad científica, académica y revolucionaria a nuestro BANMUJER y a todos los espacios en que puedan estar. Yo las nombro sin el "señoras", porque son hermanas de lucha y el aprecio da para mucho.

Nora es economista, docente universitaria y militante feminista; Alba es filósofa, docente, escritora e investigadora del CEM – UCV, también es Coordinadora de Investigación del Centro de Estudios Rómulo Gallegos y activista de la Araña feminista; Lídice Navas es internacionalista, guerrillera, activista política y actualmente asume la Presidencia (E) y General del Banco de Desarrollo de la Mujer y Juanita es fundadora de los Círculos Populares Femeninos por más de tres décadas trabaja incentivando la organización popular y comunitaria y en BANMUJER asumió la responsabilidad de ser analista de la Sala Situacional, también es araña.

Sobre sus liderazgos y sus ojos

"El dar el ejemplo" es una de los principios que he aprendido de ellas. Cuando BANMUJER organiza actividades, ya sean de intercambio de saberes, políticos militantes o de corte cultural, no mandan a los y las trabajadoras a reunirse y que respondan a una orden superior. Ellas están presentes en las actividades. Si no pueden estar todas al mismo tiempo, porque las responsabilidades avasallan, se turnan, pero hacen lo posible por estar. Pero el estar no es para recibir a la Prensa o tomarse las fotos de rigor ni para abrir los espacios de encuentro- Ellas están en todas las actividades, callan, miran, luego preguntan, complementan información, interpelan a sus compañeros y compañeras, se autocritican y cuando una de ellas se queda en casa, o avisa que llegará un tilín tarde porque se sienten debilitadas de salud, en el receso se llaman o se mandan mensajitos, se cuidan y se dan afecto del bonito. Hasta se regañan entre sí para que no lo den paso a ninguna razón para enfermarse o bajar la guardia. También tienen sus capítulos de sentirse cansaditas, pero jamás para retirarse.

Imagínense pararse en un aula de clases con tres lideresas, maestras, al frente y con una al lado como compañera de trabajo. Un compromiso iluminador y único. Como ellas también han pasado por mi vida, en diversas épocas, referentes feministas como Doris Acevedo, María Centeno, Migdalia Valdez, Lali Armengol, Eulalia Gilabert, María Santini, Morelba Jiménez y más.

Pasa algo curioso en los ojos de Nora, Alba, Juanita y Lídice, y en todas las feministas referentes con quienes he compartido, cuando una las miras a los ojos logras ver miles de mujeres sonriéndole a la vida. Son esos ojos de experiencia, llenitos de huellas que les ha dejado el Patriarcado y el Capitalismo. Son ojos que miran y siembran esperanza, que han luchado contra la misoginia de hombres y hasta de mujeres, que han sabido llevar con dignidad algunos atropellos de nuevos liderazgos excitados por el poder que la Revolución u otros espacios de gobierno les ha concedido.

En sus ojos encuentro mucho amor y fuerza. En sus ojos hay compañía hasta para quienes ellas ni siquiera recuerdan en éste instante, pero alguna vez se las cruzaron en sus caminos y les ofrecieron las palabras precisas para levantarse y seguir luchando. En sus ojos hay cientos de sonrisas, esas sonrisas me miran cuando las miro y seguramente cuando vuelva a ver a Nora, a Alba, Juanita y a Lídice y a mis amigas feministas, así sea por breves instantes, me llevaré la sorpresa de sentir más y más sonrisas de Ellas.

glara1602@gmail.com

@PORLAMATRIA



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