Politikon: El valor de la crítica: notas sobre el caso Chino y Nacho

Por estos días se ha levantado una cierta polémica sobre la participación del dúo Chino y Nacho en un evento promovido por la Alcaldía del Municipio Libertador (Suena Caracas), con la anuencia y el buen visto del Gobierno Nacional en la propia figura del presidente Nicolás Maduro. Las preguntas me surgen por todos lados, a mí también me asaltan las dudas, sobre todo porque uno supone que la voluntad crítica es uno de los elementos sobre los cuales se monta cualquier proceso revolucionario serio. Me preocupa (por decir lo menos) ver cómo gente que adhiere a un mismo proyecto ideo-político y partidista tengan visiones tan disímiles sobre el "asunto" Chino y Nacho. Así, por ejemplo, Marea Socialista (quien a mi modo de ver intenta "pescar en río revuelto") ha mostrado en una de sus figuras más representativas, Nícmer Evans, una actitud de reproche y, también a mi modo de ver, justificadamente crítica. En esa misma tónica sorprende la actitud del ministro del poder popular para la Cultura, Reinaldo Iturriza, quien sin empachos ni acomodos displicentes, se pronuncia, fuerte y claro, en las redes sociales, Fecebook por delante, sobre este mediático "caso".

Mi problema en particular no es Chino y Nacho; de hecho, creo que tienen saoco y guaguancó. Su música es pegajosa. El problema es más profundo y tiene que ver con las piezas de la hegemonía actuante. Chino y Nacho, al igual que Los Cadillac's, son un fragmento más de las formas hegemónicas que se naturalizan (cotidianizan diariamente) en nuestra sociedad. Es una operación muy compleja y potente; estos muchachos no tienen ni la menor idea de lo que son en términos de su papel tributante al orden del capital.

Estas expresiones musicales y dancísticas son parte de lo mismo; no hay novedad, son un producto seriado que aplica las mismas manidas formas de obtener reputación dentro del mundillo de la farándula nacional (muy decadente por cierto) e internacional. No hay distinciones mayores entre este producto manufacturado a partir de fórmulas que se posicionan muy bien en las redes sociales, en los programas de TV, en la juventud, en la moda…todo lo cual es parte de un mismo orden hegemónico. Orden que no demanda adherencias forzosas, filiaciones fingidas al modo de las formas pseudo políticas (electoralistas/propagandísticas/cortoplacistas). De tal manera que Chino y Nacho no difieren de Barbie o Bob Esponja, estas expresiones son todas tributarias de la hegemonía actuante, con una que otra variante, pero el fin es el mismo: consume, compra, despójate de tus valores identitarios, sé masa, no tengas consciencia de tu rol histórico-político. Barbie y Chino y Nacho son como tú, no hay problemas, seamos felices; bailemos al son de Mi niña bonita o Eres mi bombón, de Los Cadillac's. Despójate de ti mismo, sé masa, votante y nada más.



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Johan López


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