Soledad, aniñamiento y victimización

La soledad como problema está sobrevalorada. Es una cuestión muy cuestionada. A fin de cuentas, las personas que están solas o se sienten solas, obedecen a causas propias, a estados anímicos y físicos autoimpuestos (excepto aquellos prisioneros a los que aíslan), a taras individuales, con niveles de exigencias rebuscados, exagerados y mezquinos, por el temor pueril hacia lo que pueda venir, con la falsa creencia hedonistas de que la vida es lineal o que lo ideal es perfecto y sin problemas.

No hay situaciones ideales. Toda soledad es buscada y bien ganada por dos grandes enemigos: el aniñamiento y la victimización.

Estos enemigos crecen y se fortalecen cuanto más ignorancia aprendida nos atapuzan desde los medios de incomunicación y desinformación masivos, en las llamadas redes sociales y en la literatura postmoderna especializada (¿?).

La adultez, muchas veces atrofia la juventud y la pubertad, porque, amable lectora y lector, ¿ustedes han visto púberes y jóvenes solos? No es lo común. Y si lo están o se sienten solos (menos del 5%), es porque han sido afectados por algún trauma o tara familiar y social.

La soledad prolongada en el tiempo y no deseada no es el estado natural del ser humano. Los humanos somos gregarios por naturaleza. Vivamos la alegría de ser gregarios, uno junto al otro, pegados, distantes o proxémicos, aunque sea mal acompañados, porque todo depende de la mismidad.



Esta nota ha sido leída aproximadamente 1161 veces.



Luis Alexander Pino Araque


Visite el perfil de Luis Alexander Pino Araque para ver el listado de todos sus artículos en Aporrea.


Noticias Recientes:

Comparte en las redes sociales


Síguenos en Facebook y Twitter



Luis Alexander Pino Araque

Luis Alexander Pino Araque

Más artículos de este autor