9 abril 2014 - Las actividades académicas en la Universidad Central de Venezuela siguen suspendidas hasta nuevo aviso poniendo en riesgo la culminación del primero y único semestre programado para este año mientras las autoridades de la casa de estudio ya prevén la postergación del próximo curso hasta por lo menos enero del año próximo.

Así han dejado entrever autoridades rectorales y de facultades en las reuniones que realizan los representantes estudiantiles y de los profesores de los consejos de escuela ante la necesidad de reprogramar el semestre, producto de las consecuencias que ha acarreado la flexibilización de las actividades académicas que decidió la rectora Cecilia García Arocha.

“Estamos haciendo todo lo posible para que los estudiantes que quieren ver clases puedan hacerlo y sean evaluados, así como que aquellos que no han podido asistir por motivo de las guarimbas, no pierdan el semestre por ese motivo. Pero, al final, todo depende de lo que decida la rectora García Arocha y los representantes de la Federación de Centros Universitarios, que en definitiva están velando por los intereses de los partidos políticos de oposición a los que representan”, apuntó Yenifer Heras, secretaria general del Centro de Estudiantes de Sociología de la UCV.

Los universitarios arrastran ya más de un año con problemas para culminar el contenido curricular de las materias y mantener el cronograma que les permita completar su carrera.

El primer incidente ocurrió en el segundo ciclo académico del año 2013, cuando las autoridades académicas y de la FCU decidieron apegarse a un paro alegando problemas en el presupuesto universitario, en medio de fuertes críticas del estudiantado que acusó al movimiento de querer politizar una problemática existente pero no suficiente para la suspensión de actividades en la casa de estudios.

Heras explicó que desde antes del 12 de febrero de este año, cuando iniciaron las protestas de sectores de la oposición, la rectora Arocha y el presidente de la FCU, Juan Requesens, avalaron la suspensión de las listas de asistencia y aplicación de evaluaciones.

Las medidas que supuestamente buscaban proteger el derecho a la protesta y a la seguridad del estudiantado se han vuelto en su contra generando una mayor inasistencia en las aulas, situación que repercute en la vida académica de quienes sí han asistido a las aulas.

“Mira, la cosa es así, flexibilizaron el pase de asistencias, entonces los estudiantes vienen pero los profesores no pueden dar las clases porque no hay quórum suficiente para ver el contenido. Todo esto lo que hace es profundizar el ausentismo, porque el que está sumado a las protestas o no acude por motivos de seguridad personal no ve clases, pero los que sí pueden tampoco las ven”, aseguró una estudiante de la Escuela de Comunicación Social que no quiso identificarse, porque aunque no es afecta al proceso, teme por represalias que puedan ocurrir en su contra por manifestar su descontento a través de los medios de comunicación.

Y es que además de la problemática académica, ahora los estudiantes han tenido que lidiar con presiones y amenazas de parte de quienes aúpan el guarimbeo y la protesta como vías para exigir un cambio de Gobierno.

El pasado jueves, el estudiante de la Escuela de Derecho, William Muñoz, fue atacado por una turba que le robó sus pertenencias, le partió dos costillas, lo ató a un poste y amenazó con prender vivo en candela por ser militante de un movimiento que apoya al Gobierno Nacional.

En esa misma reyerta, estudiantes y profesores de la Escuela de Trabajo Social, sin distingo de su posición política, denunciaron haber recibido amenazas y ataques de grupos violentos que anunciaron una persecución “para matar a los malditos chavistas”.

Todo ello ocurrió en el marco de una protesta opositora que tenía como objetivo llegar hasta la sede de Pdvsa en La Campiña, pero que culminó con un enfrentamiento con la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) y la Policía Nacional frente del Jardín Botánico. Los voceros de los cuerpos de seguridad del Estado explicaron que los manifestantes no tenían autorización para marchar por el municipio Libertador. Más de 10 personas y otro tanto más de uniformados fue el saldo de heridos, luego de horas de intensas confrontaciones por parte del movimiento opositor, así como de grupos armados que ingresaron a la UCV.

Se trató de la segunda ocasión en que una concentración derechista que nace en el interior de la casa que vence las sombras, intenta marchar hacia las calles del oeste de la capital sin la debida autorización de la Alcaldía de Caracas.

“La situación ha llegado a niveles tales que los mismos estudiantes opositores están reunidos con nosotros para ver cómo podemos reactivar las actividades académicas. Están preocupados ante la falta de respuesta de las autoridades rectorales y estudiantiles que son abiertamente a favor de intereses políticos”, apuntó Heras, quien también es coordinadora de la Corriente Radical Universitaria.

La representante estudiantil apuntó que todos los movimientos de izquierda en la universidad, así como estudiantes opositores están evaluando cómo reprogramar el semestre para no agravar la situación académica.

“Esto es un paro decretado por García Arocha y sus secuaces de los centros universitarios. Estamos hablando de grupos que dicen luchar por la democracia y la justicia, pero no asumen una posición por ello dentro del recinto universitario como el tema del vencimiento del periodo de las autoridades, tanto estudiantiles como rectorales, la reforma del pénsum académico, la rendición de cuentas sobre ingresos que sabemos están siendo malversados o por la reactivación de los servicios estudiantiles como el comedor y el transporte, que siguen sin funcionar”, concluyó la estudiante.