Psicología de la guerra económica

  1. INTRODUCCIÓN

      Es por todos conocido que contra el proceso bolivariano cursa una Guerra Económica en donde se ataca en primer lugar al pueblo mismo. Resulta ingenuo creer que la situación crítica planteada a partir ésta es producto del azar, quiero decir; las colas y las compras compulsivas parecieran ser una consecuencia predicha. A mi manera de ver los laboratorios de guerra sucia y los Think Tanks han estado calculando nuestro comportamiento para poder llevar adelante ésta Guerra Económica.

       Los componentes psicológicos asociados a esta Guerra económica son: colas que generan incomodidad, ansiedad que generan compras compulsivas; miedo a perder; depresión con sus componentes tristeza e irritabilidad. Es fácil prever que con conductas depresivas que incluyen irritabilidad la violencia se haga posible.

       Los conceptos que a continuación expondremos nos sirven de base para lo anteriormente expuesto.   

  1. CONDUCTAS QUE SE PUEDEN PREDECIR

     Dan Ariely es un profesor de psicología y conductas económicas nacido en Estados Unidos y criado en Israel, y ha investigado sobre el tema de la Economía Conductual. Uno de los conceptos desarrollados por Ariely es el de “Coherencia Arbitraria”.  La idea básica de la este concepto es que aunque el precio que se asigna a un producto sea totalmente arbitrario e injusto, una vez que lo hemos fijado en nuestra mente, tenemos una tendencia a comparar el resto de los precios con éste. Es decir, ese primer precio se convierte en un anclaje a partir del cual valoraremos el resto de los productos. Esto determina la estructuración de un patrón. Con esta medida medimos los demás productos.

      Nos atrevemos a proponer que el concepto de Coherencia Arbitraria puede ser desarrollado a otros niveles. En este escrito creemos que si los precios exhiben una tendencia, el patrón que se estructurará en la mente de los consumidores en justamente esa tendencia (algo así como: “es que sube de precio todos los días”). Justamente lo que pasó con el dólar paralelo el cual todos los días iba subiendo paulatinamente de valor y éste servía de base (arbitraria) para fijar todos los demás precios de todos los productos. Como los productos exhibían una tendencia a subir de precio más o menos estructurada o más o menos definida, el consumidor asumió que esa tendencia (subir de precios) era lo natural y lo estructuró como patrón. Por eso se creó una “Coherencia Arbitraria” y el consumidor asumió como natural la subida de los precios llegando incluso a mostrar precios realmente exagerados y ridículos. Pero eso formó un patrón cognitivo y la tendencia de los consumidores se basa en lo que tenga almacenado cognitivamente como patrón. Por eso, vemos distorsiones graves como el sujeto que compra el día de hoy algo pagando un precio exagerado y lo compra contento y piensa: “menos mal que lo conseguí a ese precio, que aunque es alto, sé que mañana va a costar el doble”. A mi mañanera de ver la “Coherencia Arbitraria” explica esta aberración en la conducta del consumidor. Y creo que los laboratorios de guerra sucia ya se han paseado por este concepto para predecir nuestra conducta ya que, en palabras de Ariely, los consumidores somos “previsiblemente irracionales”. Así que creo que la conducta de hacer colas y de pagar precios exorbitantes ya estaba predicha.

     La coherencia arbitraria se apoya sobre patrones rígidos de conducta. Debemos aprender a ser flexibles y a no estructurar patrones de consumo que sean fácilmente predecibles porque pueden ser usados en nuestra contra.  

     Otro elemento que determina la aparición de las colas lo que llama Ariely “El gregarismo” que se refiere a repetir las conductas de los demás. Si queremos que una conducta se instaure en la población solo tenemos que hacer que un grupo de personas la repita. Las personas van a tener la tendencia a realizar las conductas que hacen los demás. Así, si vemos a un grupo de personas haciendo cola la tendencia general va a ser la de hacer cola con las demás personas. No es infrecuente ver a un grupo de personas haciendo cola antes de que abra un supermercado sin saber qué es lo que venderá ese día ese supermercado. Así, el gregarismo es otra variable que legitima las conductas que soportan la guerra económica.

     Un buen análisis acerca de nuestras verdaderas necesidades romperá con el patrón del gregarismo. Esto es, saber qué es lo que verdaderamente necesitamos les dará menos oportunidades de manipulación a los responsables de la guerra económica.

      Un concepto muy interesante que desarrolla Ariely es que los seres humanos tenemos la tendencia a sobrevalorar lo que tenemos. Así, si una persona tiene un determinado vehículo que se valora en, por ejemplo, Bs. 100. La persona tendrá la tendencia a creer que su vehículo vale más de Bs. 100 y con respecto a los demás vehículos de la misma categoría, creerá que valen menos de esa suma. Esta tendencia hace contacto con el dólar paralelo que nos dio a todos la falsa ilusión de que tenemos una pequeña fortuna. Así una persona que tiene un apartamento en una zona popular tendrá la tendencia a tasar su propiedad a dólar negro. Esto le hará sentir que su propiedad se revalorizó, cuando en realidad esta devaluando su moneda porque los demás también van a querer tasar su propiedad a dólar negro. Así, vemos distorsiones como alguien que cree que su apartamento en Caricuao vale 5 millones de bolívares porque una página anónima que no respeta ninguna ley de la república ni de la economía le dijo que el dólar valía Bs. 200.  

  1. COROLARIO

        Por lo anterior resulta fácil entrever que las conductas de hacer cola y las conductas de compras compulsivas ya habían sido predichas. Por tanto podemos romper con esos esquemas y para ello vemos que los conceptos derivados de la Economía Conductual parecen explicar algunos comportamientos que aparecen como consecuencia de la Guerra Económica. No pretendemos explicar todas las conductas con este abordaje pero podemos dar cuenta de algunas de ellas y ofrecer a la población algunas alternativas psicológicas para sobrellevar y entender la guerra Económica.  

     Al mismo tiempo recordamos que la tendencia general de la mente es a aferrase a las cosas (apego), es a partir de apego que nos incomoda el desabastecimiento. Tenemos que aprender a vivir sin apego, debemos desarrollar el desapego para que no nos manipulen por esa vía. Remito al lector al primer artículo de esta serie “Alternativas psicológicas para sobrellevar la Guerra económica” http://www.aporrea.org/actualidad/a200735.html, en el que se ofrecen herramientas para no caer en la manipulación conductual que aparece a consecuencia de la Guerra Económica tales como las colas y las compras compulsivas.

      El sustrato de todo esto es que tenemos una mente que trata de apegarse a todo.  Aprender a vivir con desapego es determinante en estos tiempos difíciles. Debemos desarrollar entonces una especie de “Indiferencia Ignaciana”. San Ignacio de Loyola propugnaba no caer en las redes de las cosas mundanas sino dirigir todas nuestras energías al desarrollo espiritual, y para ello la Indiferencia ignaciana (no caer en el apego) es determinante.

     Tenemos herramientas que nos facultan para salir con éxito de esta nueva arremetida de la derecha, el desapego es una de ellas, aprendamos a vivir en desapego.

*Psicólogo

enelrespiramos@gmail.com



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