Declarar a un país libre de analfabetismo es un logro político más que un avance social porque oculta el gravísimo problema en la educación y en el conocimiento para ayudar en la convicción de lo que se busca con el socialismo.
Seguir pensando que se elimino el analfabetismo solo alfabetizando es rayar en la ignorancia política del pueblo que aplaude todos los ofrecimientos del gobierno, es un error para el proceso si el conocimiento está estancado al carecer de una educación investigativa de calidad y, sumado a que los errores políticos-económicos del gobierno no se los soluciona con el pueblo, entonces, hay una permanente contradicción entre lo que declara el gobierno con la realidad del país.
Más allá de saber leer y escribir, sumar y restar, esta las condiciones de las personas que no pueden entender lo que leen o que no pueden expresar como les afecta la inflación y la especulación mas allá del mercado cada vez que el gobierno incrementa el sueldo básico, o tarda en llegar a comprender que la verdadera revolución con una autentica participación política fuera de la demagogia que los tiene aletargados por años es la igualdad material y económica, situación sensible del socialismo moderno, pero, que se dilata una y otra vez aun en los ofrecimientos desde el gobierno. Pueblo que no sabe expresar el más elemental convencimiento revolucionario en la práctica social.
Alfabetización e ignorancia que no le permite al pueblo conocer que el incremento en los precios del petróleo nos llevo a una bonanza efímera, ficción de auge revolucionario temporal que nos permitió una diplomacia petrolera en la región, pero, que la crisis internacional nos devolvió a la realidad de continuar comprando la mayoría de lo que consumimos, ignorancia que no nos permite colaborar para salir de la economía de puertos exigiendo la industrialización del país y la construcción de la soberanía alimentaria en el sur de Venezuela.
Ignorancia que no entiende como pasamos del bolívar al bolívar fuerte y porque este tuvo que ser devaluado sosteniendo las clásicas olas especulativas e inflacionarias disimuladas con las confiscaciones, inflación que no podrá ser superada solo con leyes bancarias o el tabú del control del dólar cuando la comercialización del dólar paralelo hace de las suyas en la economía interna, los apagones tampoco se solucionan acortando el tiempo de baño, sequia que vendrá después de las inundaciones porque los cambios climáticos desnudan nuestra pobreza gubernamental proyectada solo a solucionar los problemas del momento.
Reducir la pobreza en un 25% es importante, pero, la magnitud de esa reducción considerando el precio del petróleo por sobre los 80 dólares promedio por casi 4 años, y considerando el porcentaje de viviendas construidas sobre 2 millones de necesidades habitacionales con las construidas por el gobierno algo menos de las 500000, el subempleo cada vez en aumento sobre el 50% en comparación con la reducción de la tasa de desempleo situada entre el 8 al 12% aun con maquillaje oficial podríamos decir que seguimos en tablas, así que ese porcentaje de reducción de la pobreza no es nada extraordinario revolucionariamente hablando, es una tendencia que sostienen algunos gobiernos capitalistas en la región. No es nada del otro mundo.
Alfabetización que nos dice que somos inmensamente ricos por nuestro petróleo, ignorancia que no nos permite sopesar que los controles de precios no nos benefician por la especulación, la inflación, la inseguridad jurídica, el aumento de los alimentos a escala mundial y el conformismo que da la poca educación del pueblo sosteniendo la ignorancia que ciega un análisis de la desarticulación del sistema económico en lo invertido con lo producido, situación que afecta la economía y congela la producción interna que sumado al ineficiente manejo económico bloquea el crecimiento real de la población.
Como pueblo lo que esperamos es una declaración de patria soberana cuya práctica se la realice en la misma magnitud que las declaraciones políticas. Este proceso requiere determinantes socialistas ejecutadas desde el gobierno hasta el pueblo, la práctica es la máxima expresión de veracidad revolucionaria puesto que con esta se combate la desigualdad buscando oportunidades materiales y económicas industrializando la nación y mejorando la agricultura para tener seguridad alimenticia.
La autonomía económica posee lamentables deficiencias para ofrecer una transición al socialismo, es ella la que puede contribuir a promover un mejor estilo de vida para la población distribuyendo de mejor manera los recursos del país en forma equitativa ante la sostenida especulación del precio del petróleo. Hablar de autonomía económica solo por no solicitamos créditos del FMI es otra ignorancia que la alfabetización oculta, es lo mismo cuando decimos patria soberana y compramos a otros países la mayoría de producto que alimentan a nuestro pueblo.
Poco nos sirve desear que el precio del barril del petróleo se situé en 100 dólares sosteniendo los actuales subsidios a los combustibles, subsidio que para nada es equitativo, se lo sostiene por interés político, si no fuera así, habríamos bajado la cantidad de vehículos vendidos que inundan las calles de las ciudades y mejorado el transporte público colaborando en la práctica con la ecología, con la sociedad y con la economía del país.
En revolución no existe el mínimo solo hay el máximo esfuerzo de la población con un mejor conocimiento que da una educación de calidad para lograr el bienestar de la sociedad que los gobiernos capitalistas no pueden ofrecer. Reducir el analfabetismo no significa sostener la ignorancia, reducir la pobreza significa incluir en la vida nacional oportunidades perennes de mejoras a sociedades históricamente excluidas para que se sostengan apoyadas por la sociedad civil, la empresa privada autosustentable, gobierno central, seccionales, incluso con los medios de comunicación y la Iglesia.
La revolución es un esfuerzo social que mucho tiene que ver con el desafío humano para un desarrollo sostenible auto sustentado en su mayor porcentaje vinculado a un tema clave, la corresponsabilidad. Este proceso tiene un enorme compromiso con el país, el presidente Chávez, hizo un anuncio categórico que no se ha cumplido con el socialismo de esta época, en el tiempo que le queda y en sus nuevas promesas de campaña deberá hacer uso de todos los instrumentos técnicos así como del apoyo social para multiplicar ese 50% con el que sobrevivimos, pues, con ese porcentaje jamás en la práctica podremos lograr una revolución nacional.
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