Estudiantes y universidades domesticadas

Empiezo este articulo con dos preguntas fundamentales para el proceso revolucionario; ¿Qué hace el estudiante en la revolución? Y ¿que aporte tiene la universidad como institución en la revolución? La primera nos dirige a racionalizar la acción social del joven con su realidad, desde su encuentro con la historia y su formación de hoy, para un mañana más humano, que tiene que ver con un sistema educativo orientado hacia metas sociales.Por supuesto, cuando observamos la cotidianidad de nuestros muchachos, confirmamos que a pesar del pensamiento de Allende "ser joven y no ser revolucionario es una contradicción…" hoy los estudiantes en términos generales responden a una lógica de sumisión e inoperatividad en cuanto a la construcción de un pensamiento crítico, que estimule una idea e inclusive un ejercicio en proponernos una visión de la humanidad, que permita su supervivencia en el planeta tierra, pues sucede todo lo contrario. El bajo estímulo a la creación nos lleva a conformar que nuestros imaginarios colectivos se incapaciten ante la transformación que la sociedad demanda;recordando unas líneas del el artículo de Einstein "porque el socialismo" aclara la intervención de la educación en el hombre en promover sus propias capacidades naturales, en procurarlas desarrollar en un sentido de responsabilidad para sus compañeros, en vez de asumirlas para la glorificación del poder como es utilizada en la sociedad actual.

Un gran compañero definía el amor, como aquel individuo que tenía la capacidad de dar si esperar recibir, Einstein nos conduce para definirlo de una forma simple,el amor como indispensable en la escala de valor para una revolución y más en el tema de la educación, que es un espacio para la generación del conocimiento con principio fundamental en la vocación de servicio y el planteamiento del hombre como primer plato en las discusiones. De manera que recojo esto para responder la segunda interrogante. Las instituciones universitarias siguen disciplinadas a generar la individualidad del hombre para fines conservadores y de servicios a una elite que dispone de maquinarias suficientes para la opresión y la manipulación, las universidades en Venezuela conservan las máximas competencias para dirigir al hombre a una ofuscación de su realidad con intenciones de desaparecer la emancipación y la rebeldía del espíritu de los jóvenes y para ello utiliza toda su maquinaria burocrática, para que desde el poder originados en algunos espacios desde la dedocracia y en otras bajo procesos electorales nada democráticos, coaccionar el pensamiento científico y la diversidad del conocimiento; es decir, hoy nuestras universidades no están contribuyendo a una visión de sociedad que generen las condiciones para una transformación revolucionaria; el aparato del poder de esas instituciones siguen en función a la preservación del modelo capitalista donde el mercado es el tránsito de los próximos profesionales, bajo una orientación tecnocrática del pensamiento y así limitar la pluralidad y la diversificación en la práctica del trabajo.

Hoy las universidades reclaman un debate profundo y sincero que contribuya y permítanme esta frase tan manida pero tan poco aplicada; al bienestar de la sociedad desde lo social, desde lo político y desde lo económico.



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