En el Congreso de la Juventud del Partido Socialista Unido de Venezuela (JPSUV), el Presidente Maduro hizo una proposición, aprobada, por supuesto, con aclamación: que los candidatos de su partido para las próximas elecciones parlamentarias el 50 % de los candidatos fueran menores de 30 años y la mitad de éstos que fueran mujeres.
Para un país con una población relativamente joven la proposición no es descabellada, puesto que según el Censo de 2012, los venezolanos de entre 15 y 64 años, representaba el 64 % de la población. En Sucre, de nuestros más de 500 mil habitantes, quienes cabalgan los 30 y poco más de años de edad, creo que andan por los 80.000. Sería bueno conocer cuánta es realmente la militancia psuvista de esta entidad, para saber a cuántos les correspondería aspirar.
Claro, este es un asunto chavista; pero, como de alguna manera esto involucra a toda la población electoral revolucionaria…incluyendo, por supuesto a los chavistas que no están inscritos en esa organización y que, por supuesto, no están sometidos a la disciplina partidista a la hora de votar, lo cual puede incidir a la hora de hacerlo por muchachos o muchachas escogidos a dedoscopia.
El problema está en que hay muchos “viejitos” mayores de 30, de probada trayectoria política, con capacidad ideológica, con testimonio de fidelidad a la Revolución venezolana antes de llamarse chavista o bolivariana. Ojalá esta proposición del Presidente Maduro no sea digerida mecánicamente y se empecinen en escoger “muchachos” sin poner en la balanza los verdaderos méritos de los candidatos (hembras o varones), porque un pelón de esta naturaleza tiene varios riesgos: el dedoscopio y el grupismo fraccional ligado, al clientelismo burocrático.
Cualquier desviación en la interpretación de la propuesta Maduro -la cual, personalmente, considero inapropiada e inoportuna- puede ser fatal para los resultados electorales de la próximas elecciones parlamentarias. Hay que ser realistas. No es suficiente llenarse la boca gritando que el PSUV y su Juventud es lo más grande númericamente de Venezuela y Latinnoamérica…hay que terrenalizarse y darse cuenta que hay descontento en la población…mucho más que cuando se eligió a Maduro. De allí que la calidad de los futuros candidatos y candidatas tienen que tener el peso político suficiente para entusiasmar a los votantes…y no olvidar que hay en el ejército de la Revolución ( no sólo del PSUV y la JPSUV) potenciales candidatos que aunque pasen de los 30 (y yo me excluyo porque porque voy rumbo a los 90 y no estoy dentro de esas tribus), garantizan lo que aspiramos para el futuro Parlamento: consecuencia revolucionaria, capacidad y honestidad a toda prueba; además, suponemos que los seleccionadores no van echar al pipote de la basura a todos los “viejitos” y “viejitas” que pasan de 40, los cuales tienen credenciales (y acumulación de juventud) suficientes que los siguen incluyendo dentro de los destacamentos jóvenes de la Revolución.
