Los condicionamientos a los que estamos sometidos los pueblos latinoamericanos, subdesarrollados y dependientes, producen configuraciones y dinámicas económicas particularmente negativas, que responden a una condición histórica, en la que la realidad socio política se presenta de una manera lamentable, por el estructuralismo con una fuerte visión economicista y por la fuerte influencia de la CEPAL, inclinada hacia la derecha, sin reconocer los movimientos sociales y sindicales en su acción política como influencia social para exigir la redistribución mundial y la redefinición del concepto subdesarrollo, frenando premeditadamente las mediciones y retrasando el avance político de la sociedad como acreedores por el daño ambiental causado por los países del norte explotando los recursos del sur.
En consecuencia explotadores y explotados, alcanzan dimensiones estructurales deterioradas con una extrema dependencia económica militar. Los estudios de la CEPAL, en algún momento definieron la división política con estudios como: el estado y los modelos culturales, la conciencia de clases y “la conciencia popular” o las diferencias entre tipos de movimientos sociales, referidos a las clases, a la nación o al desarrollo, menoscabando el desarrollo político de los movimientos, haciéndolos ver como puramente económico. La sociología sistemática de la CEPAL en la macro estructura, en términos de una problemática de cambios, anotando que su aporte seria mínimo para consolidar un proceso revolucionario, el estudio de la macro estructura exige puntos muy amplios, en donde consumieron el tiempo y la desesperanza de los pueblos, considerando tan solo la dimensión teórica de la sociología sistemática, puntualizando la teoría de las clases con los movimientos sociales, ocultando su lucha como esencial para superar la pobreza y lograr la integración, la estabilidad, la transformación equilibrada entre la sociedad y el medio ambiente, inherentes a la construcción de un nuevo y mejor sistema en una sociedad socialista.
En el surgimiento de los pueblos revolucionarios, la mayoría de estos, no pueden absorber y orientar sus fuerzas de transformación; nacen prácticamente condenadas a la crisis permanente y a la lucha por la sobre vivencia, como humanos en la tierra, esta es la reflexión fundamental del esfuerzo de la mayoría de los habitantes del planeta que conforman el tercer mundo, justificando la existencia con igualdad de oportunidades de manera libre y digna. Este contenido social, sostiene la incompatibilidad, entre un orden social competitivo de libre mercado del capitalismo, explotando la materia prima de los países del tercer mundo, perjudicando su economía, sumiéndolos en un permanente subdesarrollo y dependencia económica de por vida, origen de la pobreza, por la explotación del hombre por el hombre.
Un orden social competitivo, solo es posible en las sociedades capitalistas autónomas y estas no existen, ya que los países industrializados son dependientes de los recursos del tercer mundo, en estos países subdesarrollados, el cambio es incompatible sosteniendo las estructuras publicas actuales por la interdependencia con el capitalismo existentes y sin que exista una revolución de por medio para alcanzar la independencia y autonomía económica, excepto Venezuela en Suramérica nadie mas lo puede hacer, incluyendo a México y Brasil, por la alta dependencia económica, tecnológica, militar, científica nuclear, bancaria, con los EEUU especialmente, mucho mas, por una falta de convicción y voluntad política, en la búsqueda de la equidad social.
En América Latina los estancamientos revolucionarios se hacen presentes, por el hecho de que los pueblos, aparecen como pueblos en convulsión, si y no, cuando buscan la libertad y la construcción de su propio socialismo, siempre en tiempo histórico. Algunas cosas están dadas en Sudamérica para la constitución revolucionaria, la rebeldía que acarrea la pobreza, desde tiempo atrás, basada en el anhelo de las masas por una vida mejor y digna, pero sin el convencimiento masivo que un nuevo sistema revolucionario, mejorara las oportunidades de existencia, suprimiendo la condición de explotados.
El socialismo puede llegar a ser eficiente, siempre y cuando supere la coexistencia con los sectores industriales, comerciales, capitalistas deteriorados que limitan las revoluciones en el proceso socio económico, ancladas por las jerarquías piramidales derivadas exclusivamente de la participación capitalista aun vigente, por el individualismo colectivo de las sociedades latinas, y esto es determinante en los pueblos del tercer mundo, a la hora de alcanzar una autonomía plena, no solo basada en la supervivencia de su gente, sino por las incongruencias de los sistemas débiles heredados y por la poca experiencia revolucionaria de los gobernantes, sumado a esto el poco o ningún convencimiento ideológico de izquierda de quienes fungen como revolucionarios en cargos diligénciales, mas el carácter pacifico de estas revoluciones, entonces no sabemos la cantidad de energía y tiempo que se requiere para consolidar la revolución, porque sin la determinación para usar la fuerza en ocasiones puntuales, esta se dilata en el tiempo.
La voluntad política, la determinación política, la radicalización política revolucionaria, es necesaria para superar el adormecimiento de las masas, mediante la creación de un patrón asimétrico auto sustentable en la persistencia y en el agravamiento sostenido, para suprimir la influencia de la oligarquía actual, cuya desestabilización propuesta, sea gradualmente pero firmemente superadas. En realidad, con las oligarquías, no hay otra opción que la radicalización revolucionaria, para mejorar la moral del pueblo, con la coexistencia capitalista.
Así los pueblos del tercer mundo, con las revoluciones superaran la pobreza, no hay otro camino, mientras perdure el capitalismo militar, con sus sistemas de expropiación multinacional, apoyadas por los gobiernos y estas a su vez por los militares comprados por el imperio. Por lo tanto el tercer mundo se gano el derecho a ser oído, utilizando medios institucionales de protesta y de conflicto, manipulando controles sociales con la reacción subversiva, masificando así la participación social en la revolución, para suprimir los sistemas neoliberales de poder.
Los pueblos fallan o se tardan en consolidar los procesos revolucionarios, porque operan unilateralmente, en el sentido de suprimir los privilegios económicos de pocos, o por aceptar los nuevos privilegios de la nueva clase social en formación, excluyendo a los demás. Hay que radicalizar las actitudes revolucionarias, mejorando la ética participativa, cumpliendo las promesas, dando cabida a la industrialización del agro con la ciudad, en una interdependencia necesaria, otorgando créditos para proyectos macro económicos con retorno social comunitario, elementos revolucionarios hasta hoy estáticos en los países con gobiernos de izquierda.
La educación, la productividad, la salud, la vivienda, el trabajo, son promesas revolucionarias que tienen que cumplirse, de no hacerlo así, para que revolución, seria mas de lo mismo demagogia capitalista y pueblos dormidos esperando los ofrecimientos y la oportunidad de despertar para luchar y morir, en acciones radicales de fuerza y derecho socialista perdidos en la historia, de no concretarse el socialismo, para engendrar masivamente la superación, desterrando el individualismo para erradicar el privilegio capitalista perpetuo, como sistema único sobre la tierra
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