Los 86 del camarada Fidel

El camarada Fidel es –también- otra víctima de los profesionales graduados en análisis y conclusiones de cumpleaños de los que desean la muerte sea el regalo más feliz en su festejo o celebración. El camarada Fidel pasó la raya de los 86 y va hacia el 87 aniversario de su existencia. Sus enemigos, enfurecidos por dentro y llenos de ira y de cinismo por fuera, dieron rienda suelta a la especulación que es su especialidad “periodística” o “analítica” sobre el cumpleaños 86 del camarada Fidel.

 Una persona, con 86 años encima, que escriba reflexiones con la facilidad y calidad de contenido con que lo hace el camarada Fidel, es para considerarlo un fuera de serie. Fidel, es el fuego que ha tallado un sol. Que sus enemigos no lo reconozcan así, no es problema de competencia o de incumbencia de quienes lo admiramos, lo respetamos, lo queremos y creemos en sus ideas.

 Tal vez, aunque no lo reconozcan, los especialistas en tratar de pescar en río revuelto haciendo análisis y sacando conclusiones a través de lentes astrológicos no se dan cuenta que el camarada Fidel, durante más de cuatro décadas, sólo dormía cuatro horas al día y cumplía, con extremada rigurosidad de respeto al tiempo de los demás, con todas sus actividades políticas, con todas su tareas de Estado y de Gobierno, con todas sus labores diplomáticas y con todos sus deberes para con la Revolución y su pueblo. Si aplicamos la matemática o, mejor dicho, la regla de la suma de las horas dormidas por el camarada Fidel, por ejemplo durante cuarenta años, tendríamos el siguiente resultado: durmió sólo 635.680 (seiscientas treinta y cinco mil seiscientas ochenta) horas mientras, como mínimo, los demás políticos gobernantes en el mundo duermen, en esos mismos cuarenta años, 1.271.360 (un millón doscientas setenta y un mil trescientas sesenta) horas. Se supone, desde el punto de vista de los especialistas en materia médica, los órganos del camarada Fidel deberían de deteriorarse más rápido que los de los demás gobernantes que han dormido el doble de horas que él. Lo que está demostrado es que el órgano del cerebro del camarada Fidel, mientras menos ha dormido, más se ha desarrollado y más conocimientos ha adquirido en bien y no en mal de la humanidad.

 Como el cumpleaños 86 del camarada Fidel no fue celebrado con bombos y platillos, sus enemigos, a través de la voz del cubano-gringo Arturo López-Levy, sacó la siguiente conclusión: "… parece conforme con su nuevo rol de patriarca de la izquierda radical; su vida y salud le han exigido un perfil más bajo incluso del que trató al regresar del periodo más crítico de convalecencia". Carajo: aspiran que la salud de una persona de 86 años de edad y muy bien invertidos en la causa revolucionaria de redención del mundo se encuentre en mejor nivel que esos jóvenes provenientes de familias inmensamente ricas que ni siquiera saben lo que es lavar un plato o pasarle un coleto a un piso.

 Luego, el insigne profesor sabelotodo, incrementó su especulación para hacer creer que ya en Cuba no quieren a Fidel. Se aprovechó de las palabras de la campeona olímpica en judo, Idalys Ortiz, para decirnos: “…que dedicó su presea a su familia, sus amigos, entrenadores y sólo al final mencionó a su presidente Raúl Castro y su hermano Fidel”. ¿Acaso eso no es un agradecimiento de pluralismo revolucionario? El especulador, incisivo y casquillero,  se fundamenta en que antes todos los deportistas le dedicaban a su comandante en jefe las medallas que ganaban. Tratando de demostrar que ya los jóvenes cubanos no sienten simpatía por el camarada Fidel, el insigne profesor de una universidad estadounidense, señala que la costumbre juvenil de celebrar el cumpleaños de nuestro más querido comandante revolucionario internacionalista americano de toda la historia del siglo XX ahora no se hace y, en cambio, se realiza en honor del camarada injustamente condenado en Estados Unidos, René González. Maravilloso que los jóvenes cubanos hagan eso, lo cual nada tiene que ver como gesto de antipatía contra el camarada Fidel.

 Otro gran especulador que se hace pasar por analista astrológico de cumpleaños, Oscar Espinoza Chepe, dice que la personalidad de Fidel ha perdido mucho peso en la realidad cubana. Bueno, si se refiere, cosa que  no es su intención, al peso físico del camarada Fidel, tiene razón, pero no al peso de sus consejos y sus enseñanzas como el gran conductor victorioso de la Revolución Cubana. Todos sus enemigos, como un solo coro, tratan de hacernos creer que entre los camaradas Fidel y Raúl existen contradicciones insalvables y antagónicas. Sus enemigos desconocen que los admiradores del camarada Fidel, no creemos en pajaritos preñados.

¡Viva Fidel! ¡Viva la Revolución Cubana! Que la naturaleza y la salud le den larguísima vida para que por muchos años más podamos seguir leyendo y aprendiendo de sus reflexiones.



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Freddy Yépez


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