Gaza: la cárcel más grande del mundo

¿Por qué Israel no concentra sus ataques en los blancos militares de Gaza en vez de atacar a la población civil? ¿Por qué Estados Unidos apoya invadir la Franja y no –de una vez por todas- la totalidad del territorio palestino? Sobre todo, ¿por qué Israel insiste en una guerra tan larga y costosa?

Los elementos de análisis que la prensa occidental distribuye para responder a estas y otras interrogantes, están muy lejos de los escenarios de guerra en Gaza, donde sus corresponsales no tienen presencia permanente. Se originan, como es sabido, en laboratorios mediáticos que, obviamente, no reflejan los verdaderos propósitos de Israel, Estados Unidos, la Unión Europea y sus países coaligados contra Palestina.

Esta sistemática oscuridad mediática, también suficientemente conocida, es imprescindible reseñarla por su efectividad: hasta ahora ha logrado saciar la avidez informativa con hipótesis confusas que distraen la atención para ocultar la debilidad de los argumentos de Israel. En esta red de manipulación sigue atrapada buena parte de la opinión pública mundial, incluso norteamericana. Mientras los medios se recrean en promover falsas expectativas de paz y “analizan” contradicciones secundarias, Israel continuará rompiendo todas las treguas hasta lograr, paso a paso, la última fase de ocupación de lo poco que queda de Palestina.

Nada de lo anteriormente descrito tendría tanta importancia en la actualidad, si no fuera porque gracias a ello las miradas del mundo están siendo desviadas de un punto central y urgente, que es la dimensión humanitaria del conflicto en Gaza, sin espacio físico, marítimo y aéreo propio, con millón y medio de habitantes –49 por ciento menores de edad- apiñados en una extensión de apenas 360 kilómetros cuadrados.

La densidad de la Franja, 4.118 personas por km² - llevada a metros- es casi cinco veces mayor que el espacio asignado a cada recluso en la cárcel de Rikers Island, en Nueva York, probablemente en circunstancias peores. En esta gigantesca prisión sin rejas que es Gaza, más del 70% de los ciudadanos son refugiados hace tres generaciones, producto del desplazamiento de cerca de 700 mil palestinos, desde el inicio de la primera guerra árabe-israelí en 1948, cuando se proclamó el estado de Israel.

Al menos 170 mil palestinos ya abandonaron sus casas -según la Organización para la Liberación de Palestina (OLP)-, y miles que no lo han hecho las habitan por breve tiempo ante los constantes bombardeos de Israel, sin contar que en decenas de barrios, hoy reducidos a escombros, los niños mueren aferrados a un trozo de alimento, cuyo acceso, igual que el agua y la electricidad, son criminalmente restringidos por Israel.

¿Cuántos muertos más hacen falta para articular una acción multilateral contundente y solidaria, que ponga fin a este espantoso conflicto militar y humanitario?

raulpineda47@gmail.com
@RalPineda


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