¡A nadie le importa de donde viene la comida!

Algunas ciudades de naciones en vías de desarrollo superan los 20 millones de habitantes y seguirán creciendo, Bombay, Sao Paulo, Delhi, ciudad de México, casi todo el crecimiento de la población mundial en los próximos 30 años se concentrara en las urbes de los países en vías de desarrollo, y ya pasaron 5 años de esos 30. Se calcula que la población urbana se incrementara a un ritmo de un 1.8% anual lo que significa que se duplicara en 38 años.

La crisis alimentaría tiene su raíz en la crisis del campo y ya no es cuestión de distribuir mejor los alimentos. Una ciudad de 10 millones de habitantes necesita de 6000 toneladas de alimento diarios sin considerar las bebidas. En la interdependiente sociedad actual los problemas rurales enseguida se convierten en problemas urbanos y viceversa. Ninguno de estos dos sectores puede crecer si el otro languidece, además en este mundo globalizado capitalista en el que vivimos un revés económico como el que sufre los Estados Unidos afecta drásticamente la venta de cosechas y los costos de producción en otros países. ¿Cómo hablar de soberanía alimentaría? Si los agricultores y ganaderos dependen de los mercados internacionales en crisis. La misma naturaleza del trabajo agrícola, el estado del tiempo, los precios del mercado, las tazas de interés, las averías mecánicas, no están bajo su control, así como la escasez de lluvia o las inundaciones, las plagas, la fiebre aftosa, el mal de las vacas locas que asolo algunos países europeos a inicios de siglo, repercutió en Argentina y Brasil, la fiebre porcina dificulta enormemente producir alimento para los ganaderos. France Press informo: "Hombres de campos fuertes y robustos que no se conmueven con facilidad lloraban mientras los veterinarios quemaban el ganado reunido en toda una vida".

Desde 1940 hasta la actualidad dice la contraportada del libro, Una tierra desolada, los gastos de producción para la agricultura hay que multiplicarlos por 50, la compra de maquinaria y otros insumos por 100, los pagos de interés por 1000. El número de agricultores se redujo dos terceras partes y disminuyo la producción agrícola, la estabilidad económica y la población de casi todas las regiones agrícolas. Los gastos han aumentado mas no los beneficios, los productores agrícolas y ganaderos tienen que competir con productores de alimentos que se encuentran a miles de kilómetros. Es cierto que el comercio exterior ha permitido hallar nuevos mercados, pero la inestabilidad del mercado mundial es muy peligrosa como lo demuestra la actual crisis, además de la desproporción en los subsidios otorgados a los agricultores de los países desarrollados que es de 1000 a 1. Es un absurdo competir globalmente en esas circunstancias a no ser que lo que se persiga es controlar la alimentación mundial afectando y controlando la seguridad alimentaría afectando la soberanía alimenticia de los pueblos.

La revista Newsweek indica que el 20% de la población rural en los Estados Unidos actualmente, a duras penas tiene lo necesario para vivir. Geoffrey Laurence en su libro, la crisis rural en Australia, escribe: los índices de desempleo, subempleo y pobreza son mucho mas elevado en el campo que en las ciudades y esto ocurre en todo el mundo, cientos de miles de familias, jóvenes sobre todo emigran a las ciudades, ya no hay gente que quiera cultivar la tierra se preguntaba una mujer en Sudamérica. Muchas poblaciones rurales han envejecido debido al éxodo de los jóvenes a las ciudades, estas comunidades no solo han perdido el vigor de la juventud sino el miedo que tienen de cuidar de sus mayores a menudo cuando mas lo necesitan.

La crisis agropecuaria es demoledora y sus efectos son mundiales, nos perjudica a todos, sus efectos son progresivos, será una lección difícil de aprender, pues no hay como hacerlo cuando millones mueren de hambre por la pobreza generalizada y las naciones del G8 quieren colonizar Marte en una carrera desenfrenada. Hasta hoy los supermercados, abastos y tiendas tienen víveres pero esto poco importa a los pobres, 900 a 1400 millones de ellos ya que los precios no están a su alcance. La cifra oscila dependiendo de quien la utilice, para reflejar personas en pobreza extrema en riesgo de inanición, según la OMS, FAO, UNICEF, esta ultima dice: 10.4 millones de niños mueren cada año, la mitad de ellos por desnutrición. La FAO en 1996 se trazo la meta hasta el 2015 de reducir a 400 millones la desnutrición en el mundo. Objetivo inalcanzable hasta el momento transcurrido.

La FAO en su informe, “alimentar a las ciudades2 dice: el crecimiento urbano presentara enormes retos, se calculaba que para el año 2007, mas de la mitad de los habitantes de la tierra vivirán en las ciudades. Proporcionar a estos habitantes alimentos inocuos y asequibles ejercerá sobre la cadena de suministro y distribución una presión extrema. En el mundo en desarrollo la producción de alimentos se complica muchísimo cuando hay diferentes crisis y aunque sus efectos puedan ser localizados o temporales es la población pobre la que mas sufre, dice el mismo documento.


“Arar la tierra es fácil cuando tu arado es un lápiz y los sembríos se encuentran a cientos de kilómetros” Dijo alguien por ahí.



Raúl Crespo.


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Raúl Crespo


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