Partamos del hecho que todavía, realmente, no han reconocido nuestra soberanía revolucionaria, con ella la inviolabilidad de nuestras fronteras, tenemos que armarnos para que no lo hagan. UNASUR, fue creada para eso, pero no se han consolidado los resultados más importantes de la integración para una paz firme. De la colaboración comercial no pasamos y el espíritu de buena vecindad, es solo espíritu.
En el plano interno, todavía al proceso se lo mide con vencedores y vencidos. No es una historia de la razón para el socialismo, es evidente, toda la importancia de las iniciativas promovidas por el presidente Chávez, pero, sin tener el respaldo del partido y de muchos de sus colaboradores. El porcentaje revolucionario y el de la oposición nos indican que estamos polarizados y no permiten ver con claridad los desarrollos industriales, las obras públicas, la tecnología, y lamentablemente el achaque a la revolución es mayúsculo por fallas de todos.
El momento que podamos educar y disciplinar a un líder, será una verdadera transición al socialismo, es la tarea que impone las revoluciones pacificas y la ciencia política, acaso la disciplina y el conocimiento ¿no es el verdadero problema de las revoluciones? La certidumbre de que este problema quede resuelto maravilla a quien aprecie toda la intensidad de la fuerza del cambio.
Muchos de nosotros contagian a los líderes porque sus órganos son una verdadera oligarquía, y no cierran de vez en vez las puertas y ventanas de su conciencia para que puedan reflexionar sobre su insensibilidad del ruidoso mundo subterráneo en el que se desenvuelven. Hacer silencio y ocultar sus errores no permite a la conciencia un lugar para las funciones más nobles para gobernar y solo mantienen el orden de etiqueta.
Mano a mano con la centralización que podría funcionar mejor sin burocratismo, esta expropiación de muchos capitalistas poco se desarrolla, el enredo de todas las estructuras y con esto el carácter initencional del proceso revolucionario, afecta la reducción de los magnates del capital que usurpan y monopolizan todas las ventajas del proceso de trasformación, y se mantiene el porcentaje de masa alejada del proceso porque no quiere creer en la reducción de la pobreza.
Crecen también los levantamientos de los obreros y el alejamiento de los campesinos, trabajadores que son mejor organizados que el mismo partido que trata de dividirlos, pero, para todos, el monopolio del capital es un grillete que aprisiona el proceso y que se sostiene con el y bajo el. Los expropiadores son expropiados.
La causa del marxismo en los procesos empeora cada vez más si, ignorando los hechos, yendo contra todo sentido común, elevamos una teoría de la producción conservando la economía de puertos y de las explotaciones hidrocarburiferas mixtas, fundamentales en la política internacional globalizada.
Situaciones económicas-energéticas que, se resuelven en la lucha entre grupos capitalistas, sus monopolios cada uno con su proletariado. Negar esta situación, solo sirve para la literatura del partido o para la asamblea nacional, cuento de niños para entretenerlos, porque la gran empresa local, todavía, ejerce muy poca influencia sobre la política extranjera.
Mientras no se financien proyectos como lo hacen las trasnacionales brasileñas, españolas, y otros, requisitos para pertenecer a la gran industria como tal, por los intereses bancarios como tales, nuestra economía mixta estará al vaivén de los monopolios de terceros, pero, que son parte importante de la misma injerencia corporativa globalizada del capitalismo que rige las alzas y bajas de la economía energética.
Hoy más que nunca, la actitud de los grupos capitalistas, cada uno con algunas naciones del G20 bajo su mandato, en una política de readaptación más que de causación, giran en un grado sorprendente en torno a consideraciones a corto plazo, igualmente alejados de todo proyecto sagazmente evaluado como interés de objetivo social. En este punto, el marxismo degenera en una formula de supersticiones populares.
La característica del socialismo científico que según Marx, ha de diferenciarse del socialismo utópico, radica en su demostración de que el socialismo es inevitable, independientemente de la voluntad humana o de la deseabilidad, esto significa que la evolución capitalista se ha detenido, y no es así, lógica que no tiende a la destrucción de su sistema capitalista. En algunas cosas y efectivamente así ocurre como: en las crisis climáticas o económicas, mayoritariamente producidas en las económicas, por la devaluación inducida del dólar. La dependencia energética y militar, son vivos ejemplos de la destrucción parcial y auto provocado de algunos órdenes capitalistas ¿Para producir un orden socialista? Claro que no. ¿Hasta dónde los hechos han conseguido demostrar esa tendencia?
El capitalismo es, por naturaleza, una forma o método de transformación económica, no social. Y, no solamente que no es estacionario sino que no puede serlo por el carácter evolutivo del capitalismo, no se debe solo, a que su vida económica transcurre en un medio natural que se transforma incesantemente y que, a causa de su transformación, altera los datos de la acción económica a conveniencia, guerras, conflictos, venta de armas y drogas, condicionan a menudo el cambio económico y energético, aun cuando no constituyen su móvil primordial, podría ser, por el crecimiento de la población mundial y el crecimiento automático de los elementos del capital, pero tampoco esto es absoluto.
El factor fundamental que mantiene en movimiento a la maquina capitalista procede de los nuevos bienes que conquistan para explotar, así como los nuevos métodos de producción y transporte que se requieren para los nuevos mercados y de las cuales dependen las nuevas formas de organización industrial que crea la globalizada empresa capitalista.
Lo que sabemos en realidad es que, la economía capitalista no es ni puede ser estacionaria, por lo tanto la fuerza de acumulación es drásticamente coercitiva, en lo que va del año 86 bancos privados han quebrado en los EEUU dando lugar a nuevas corporaciones crediticias que crearan otros bancos, igual ocurre con las absorciones empresariales e industriales, esto no quiere decir que se expanda a un ritmo uniforme, porque esta incesantemente revolucionada desde dentro del sistema por un constante espíritu de empresa privada regido por la competencia del libre mercado, que nunca podrá ser igualitaria.
Nuevos países, nuevas mercaderías, nuevas industrias, nuevas posibilidades de energía requiere su complejo industrial-militar, y toda esta gama es considerada como desarrollo social, así década tras década nos meten el dedo, y cada gobierno, con la nueva administración estadounidense destruye todas las estructuras existentes. Y, todas las condiciones locales de la vida económica tienen que transformarse, son las subastas del G8.
Todo proceso socialista debe ser derribado antes de que pueda desarrollarse plenamente; en la sociedad capitalista el progreso económico derrumbamiento por la competencia, nuevas inversiones que se amoldan a los países socialistas nos hacen creer con las inversiones mixtas que son capitalistas porque el negocio del petróleo esta manejado por terceros y en dólares, con alianzas con el imperio y compromisos bilaterales con nosotros, así entra el capital mixto en las sociedades revolucionarias, las empresas estatales se ven constreñidas, en definitiva, a seguir el mismo camino, esto es, a invertir por su parte, y, a fin de poder hacerlo, reserva parte de sus beneficios, es decir, a acumular, así, pues, todos acumulan, requisito del FMI y de la OMC.
Raúl Crespo.
rcpuma061@yahoo.com