Panamá, julio 31 - Tres décadas después que la nave en la cual viajaba el líder
nacionalista, general Omar Torrijos, explotara en pleno vuelo sobre Olé,
Cerro Marta, en Coclesito, nunca se han sabido sus causas.
Su prematura muerte hace ahora 30 años, el 31 de julio de 1981
-considerada por la mayoría de panameños magnicidio a manos de la
Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos-, no impidió que los
acuerdos para la devolución del Canal de Panamá a sus legítimos dueños,
firmados con el presidente James Carter, se concretaran.
Torrijos nació el 13 de febrero de 1929 en Santiago de Veracruz,
Veragua, en una familia de maestros. Fue activista de la Federación de
Estudiantes de Panamá, y en 1952 comenzó sus servicios en la Policía
Nacional, que pronto se llamaría Guardia Nacional (GN).
Su
formación político-ideológica estuvo marcada por los sangrientos sucesos
de 1964, cuando soldados estadounidenses balearon a estudiantes
panameños que intentaron izar la bandera nacional en una escuela en
territorio de la zona del Canal, lo cual desató una gran masacre.
Pocos años más tarde, el 11 de octubre de 1968, la GN encabezada por
Torrijos, apoyándose en amplias masas del pueblo, puso fin al gobierno
entreguista de turno, pero Estados Unidos rechazó la posición del nuevo
gobernante panameño.
Menos de un año después, en 1969, agentes
estadounidenses trataron de apartarlo del poder alentando al ala derecha
de la oficialidad de la GN a perpetrar un golpe de Estado. Pero
Torrijos lo hizo fracasar.
Bajo su conducción y por su
iniciativa, fue aprobada una nueva Constitución que refrendó el
establecimiento de una Asamblea Nacional compuesta por representantes de
las comunidades, y logró que el Consejo de Seguridad de la ONU se
reuniera en su país en marzo de 1973, para discutir lo relativo al
Canal.
El Consejo, en su mayoría, se pronunció en favor de las
exigencias panameñas y exhortó a Washington, entonces con Richard Nixon
como presidente, a revisar su tratado con Panamá, pero el acuerdo fue
vetado por Estados Unidos que rechazó la resolución.
Pero
Torrijos insistió en su batalla por la recuperación de la vía
interoceánica y en septiembre de 1977 logró firmar en Washington los
históricos acuerdos Carter-Torrijos según los cuales, a partir del 31 de
diciembre de 1999, el Canal sería devuelto en propiedad plena e
incondicionalmente a Panamá.
Restaba sólo la ratificación de
dichos tratados por el Senado de Estados Unidos, lo que se logró, con
cláusulas y enmiendas, el 18 de abril de 1978, con apenas dos votos de
ventaja.
Lamentablemente Panamá no pudo impedir la inclusión de
dos enmiendas en las negociaciones que afectaban su soberanía. Una
otorgaba a los barcos de guerra estadounidenses el derecho al tránsito
extraordinario por el Canal en caso de emergencia.
La otra le
permitía la intervención militar bajo el pretexto de defender el Canal,
incluso después de que éste pasara al control nacional. El 20 de
diciembre de 1989, tropas de Estados Unidos invadieron el país con el
pretexto de apresar al general Manuel Antonio Noriega.
Con la
movilización de 26 mil efectivos, fue entonces la mayor operación
militar norteamericana desde la guerra de Vietnam. Los bombardeos
indiscriminados dañaron barrios populosos de la ciudad y provocaron la
muerte de cientos de civiles. La resistencia panameña fue heroica.
El derramamiento de sangre no les sirvió de mucho, pues al mediodía del
31 de diciembre de 1999 la vía interoceánica pasó a la administración
del Estado panameño y desde entonces una sola bandera flamea soberana en
la zona, como lo había soñado el general Omar Torrijos.