No pensaba insistir sobre el tema, pero un reciente artículo de Francisco Natera en “Aporrea” me enardeció de nuevo y no precisamente contra él.
Estamos siendo sujeto de una paliza comunicacional, nacional e internacional, y la revolución luce acorralada. Nuestra prensa escrita es la que se muestra más deslucida, pero las televisoras que nos siguen son un monumento al aburrimiento y a la tristeza mediática. No hay planteamiento, personalidad, garra ni ganas en esos canales, con pocos destellos de talento. Yo me atrevo a decir que si algún descalabro sufriera el proceso bolivariano, la opinión pública internacional lo daría por bienvenido; a tanto ha llegado y tan fuerte es la matriz negativa creada por nuestros adversarios. Y nacionalmente creo que un buen grueso de la población sentiría igual. Pero es que comunicacionalmente parece que la revolución no existiera, o si existe fuese para mal. Y nadie parece darse cuenta de la deficiencia, o si se dan cuenta lo callan.
¿Y Chávez qué? Desgastado en su figura mediática; omnipresente y repetitivo. Esos pases sin imaginación en “Aló Presidente” y la sobreexposición en cadena los días de semana, han erosionado su imagen televisiva. No puedo creer que el Presidente no sepa que existe la saciación, o que alguien no se lo haya comentado. Entiendo que de nuestros comunicadores es el mejor, pero precisamente por eso debió preservarse. No lo ha hecho y se va haciendo tarde. Una enorme cantidad de gente, incluyendo muchos de sus partidarios, está atosigada con sus excesivas apariciones.
Yo se que éste no es un escrito simpático, pero alguien debe decir que “el Rey está desnudo”. En “Aporrea” y “Abrebrecha” han aparecido algunos escritos planteando lo mismo, palabras más, palabras menos. Eva Golinger se ha referido a la golpiza sin respuesta que nos propina a diario la mediática internacional. ¿Y los Embajadores? ¿Y los organismos de Servicio Exterior? En cuanto a Venezuela, bueno, amoratados amanecemos y amoratados nos acostamos.
Yo pido, para concluir, que se haga un examen integral de nuestra política comunicacional y se haga con seriedad y PROFESIONALISMO. El flanco que dejamos al adversario cubre mucho terreno. ¿Y saben qué? También la Historia se escribirá con lo que se escriba hoy, lo que me aterra.
coguevara@yahoo.com
22 de Junio de 2010
