Educación y las Tecnologías de la Información y la Comunicación

La comunicación es para los seres humanos imprescindible, Vivimos inmersos en una sociedad donde la interacción comunicativa es esencial para la convivencia, la participación y la consecución de colectivos de trabajo en función del desarrollo de acciones que llevan a transformar la realidad. Desde el establecimiento de los lazos naturales con la familia hasta la organización sistemática del conocimiento a través de la educación, el comunicarse es fundamental. El diálogo se torna entonces necesario para la vida, para las interacciones sociales dadas en la casa, en el aula, en el ambiente, en el grupo y la comunidad; relación que va a contribuir en la formación de ciudadanos y ciudadanas respondiendo al encargo social.

En este sentido, nuestro desarrollo intelectual nos ha permitido avanzar y disfrutar de una tecnología de la comunicación que facilita y fortalece el aprendizaje. El avance tecnológico de la información y la comunicación nos abre al mundo, nos pone en contacto con lo más novedoso en materia científica, social, económico, cultural y más aún, permite la construcción, socialización y resguardo de saberes que van a constituir la historia de la humanidad y en consecuencia, contribuyen a la formación integral del ser humano, reconociéndose así una estrecha relación entre la educación y las tecnologías de la comunicación.

Sin embargo, esta relación entre la tecnología de la comunicación y la educación no queda sólo en los aportes que la primera pueda hacer a la segunda; esta relación debe reflejarse en cómo en la praxis pedagógica se asumen los recursos que nos ofrece las tecnologías de la comunicación como elementos necesarios para el despertar de la creatividad, la innovación y de procesos de investigación que tienen que ver con el fortalecimiento del aprendizaje a partir de la pertinencia social de los contenidos y de las relaciones que se establecen entre los actores educativos.

De lo anterior nacen interrogantes que es necesario responder, especialmente para nosotros los educadores. ¿Los ciudadanos y ciudadanas estamos preparados para asumir críticamente los avances tecnológicos de la comunicación? ¿Cómo asumimos los contenidos que se comunican? En el marco de la educación bolivariana, ¿Se asume críticamente las tecnologías de la información y la comunicación? Nos permiten estas proposiciones reflexionar sobre la relación de la educación y el uso de las tecnologías en el proceso de enseñanza de nuestros niños, niñas, adolescentes, jóvenes, adultas y adultos inmersos en el sistema educativo para, desde ese análisis, asumir decisiones que nos permitan la toma de conciencia como mediadores del aprendizaje y replantearnos estrategias metodológicas que enriquezcan la formación de ciudadanos participativos y críticos frente a los contenidos que se comunican a través de las tecnologías de la información y la comunicación.


El derecho a la comunicación



Desde la Constitución de la República de Venezuela, “los medios de comunicación social, públicos y privados”, están en el deber de “contribuir a la formación ciudadana”, reconociéndose la necesaria orientación que en determinados espacios debe dársele. Su uso debe ser coherente con el encargo social, contribuir con la formación integral de los ciudadanos. Para ello el Estado Docente, partiendo del principio universal de que todos tienen el derecho de acceder al conocimiento, debe garantizar “servicios públicos de radio, televisión y redes de biblioteca e informática”, quedando en la gestión escolar la incorporación de las nuevas tecnologías para la crítica, la creatividad y la innovación, de forma que las ciudadanas y los ciudadanos reconozcan el valor de las tecnologías de la comunicación en función de la refundación de una República humanista, de justicia social, independiente y no para la instrumentalización y cosificación de los aprendizajes.

Se reconoce que la comunicación es un proceso de intercambio e interacción de ideas cuya reflexión crítica nos lleva al cuestionamiento, a la construcción de nuevos conceptos o reafirmación de los saberes. Es por ello que la historia, las revoluciones, las transformaciones de la humanidad han estado signadas por las potencialidades comunicativas del hombre. De allí que las innovaciones en la educación están marcadas por el desarrollo de las tecnologías de la información y la comunicación, lo que ha favorecido significativamente la socialización y el diálogo de saberes mejorando en gran medida las posibilidades de comunicación humana.

En este sentido, el marco jurídico venezolano, además de reconocer los medios de comunicación como servicios públicos, resalta su valor para el desarrollo de la educación, cuya función va más allá de lo informativo, estos deben tener un carácter formativo, recreativo y contribuir con el desarrollo del pensamiento crítico y el fortalecimiento de la convivencia.

¿Pero cuál debe ser la actitud del docente frente a la avasallante revolución de las tecnologías de la información y la comunicación?

La escuela ha sostenido una relación casi perversa con el uso que se le ha dado a las tecnologías de la información y de la comunicación; una relación que se ha movido cerca de la desconfianza y la condena que de la aceptación, el reconocimiento y el valor de estas tecnologías para el desarrollo de los ciudadanos y ciudadanas. Pero tampoco es menos cierto que el uso dado a estas las tecnologías no ha contribuido al fortalecimiento de una cultura para la paz, la convivencia, la participación en el marco de los valores y principios del buen vivir y de la identidad nacional; por el contrario, han promocionado una cultura extraña, la difusión del consumismo, la desvalorización de la mujer y formas de conductas no adecuadas a la realidad venezolana.

En este contexto, debemos reconocer que en las tecnologías de la información y la comunicación el docente tiene un aliado a través del cual se modifica la manera de participar, de hacer la clase, de la construcción del saber; del modo de aprender, de la forma de conocer, de mirar la realidad y a partir de allí, de concebir esta interacción como una estrategia para la emancipación. Los recursos aportados por las innovaciones tecnológicas a la escuela, significan abrir espacios para la creación de estrategias que permitan integrar y revalorizar la cultura de los y las estudiantes, en la que el cine, la televisión, la telefonía, la informática y la internet, tienen un rol importante en la comunicación alternativa, en las interacciones sociales y en la construcción crítica de los saberes desde cada contexto y realidad.

Es necesario que las potencialidades estratégicas de las tecnologías de la información y la comunicación, sean desarrolladas en los espacios de aprendizaje e incluso, que quien produce el mensaje y el mensaje mismo, se conviertan en temas de reflexión. Más aún, el recurso y las estrategias didácticas hay que evaluarlas en colectivo, permitiendo a los actores del proceso enseñanza aprendizaje la socialización, construcción y valoración de la realidad y de los saberes que se construyen.

La práctica docente debe incorporar las tecnologías de la Información y la comunicación al proceso de enseñanza aprendizaje, no sólo como recursos sino también como herramientas para el desarrollo humano. Es decir, el uso de estas tecnologías en la educación debe incidir en la praxis pedagógica, en el quehacer diario, en los procesos de formación de los estudiantes y demás actores educativos; debe impulsar el pensamiento crítico y la autodeterminación, quebrar la desmotivación y la inercia del pensamiento; procurar el desarrollo de la creatividad, la innovación e impulsar la transformación no sólo de la escuela sino de la comunidad, la familia y en consecuencia, contribuir en la formación del ser social.


pabloneftali@hotmail.com

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS



Aguirre, Jesús M. y Bisbal. (1990). La Ideología como Mensaje y Masaje. 2ª Edición. Caracas: Monte Ávila Editores.



Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (1999). Gaceta Oficial de la República de Venezuela, Nº 5453 (extraordinaria) marzo, 24, 2000.



Ley Orgánica de Educación (2009). Gaceta Oficial Ministerio de la Asamblea Nacional de la República Bolivariana de Venezuela Nº 5.929 (Extraordinario), Agosto.



Van Dijk, Teun A. Compilador. (2000). El Discurso como Interacción Social. Barcelona: Editorial Gedisa


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