Respuesta a las conclusiones de la centésima segunda reunión plenaria de C.E.V

Como bien es sabido, los días 9,10 y 11 del mes en curso, en su sede de Montalbán en la ciudad de Caracas, la Conferencia Episcopal Venezolana realizó la Centésima Segunda (CII) Asamblea Plenaria, donde luego de sus deliberaciones presentaron un documento con sus exhortaciones pastorales.

En esta oportunidad, no abordaré en su totalidad los seis puntos tratados y desarrollados en veinte (20) aspectos reflexivos o exhortaciones; me centraré en el análisis hermenéutico y crítico del punto cuarto titulado “Panorama social” que contiene a su vez cinco de las veinte exhortaciones señaladas.

En la exhortación once los señores obispos anuncian: “No pocas veces la naturaleza y acción de la iglesia han sido tergiversados, en medio de la diatriba política e ideológica que ha caracterizado los últimos años de la historia venezolana.” (Nº11) La historia de la iglesia como institución humana ha transitado por caminos poco claros y poco oscuros, algunos momentos de su trayectoria en el tiempo estuvieron caracterizados por estar en las catacumbas y perseguida, otras por estar en la superficie y persiguiendo. Cuando Jesús nuestro señor la fundó, no la colocó sobre cimientos de intereses que tergiversaran su mensaje, por el contrario la asentó sobre roca firme para sostenerse y no sucumbir ante el interés de instrumentalizarla como ideología de dominación.

Por tanto, no es en los últimos doce años que muchos hemos tergiversado el “mensaje salvífico de la iglesia”, ella misma, mejor dicho, algunos de los miembros que conforman su estructura jerárquica se han inclinado “levemente” hacia la derecha, mostrando su verdadero rostro, el ejemplo más patético de esta inclinación fue ver al Cardenal Ignacio Velasco firmando el decreto de Carmona el breve.

Siguiendo en el mismo párrafo, señalan: “Cuando los obispos fijamos posición sobre temas diversos que atañen al acontecer nacional, lo hacemos como exigencia ética y moral de justicia, equidad y paz entre todos los venezolanos.” (Nº11) retomando el ejemplo anterior, podríamos decir, que fue una exigencia ético moral ser cómplice del secuestro de un presidente y solicitarle su renuncia, y firmar el decreto que abolió todos los poderes y la constitución vigente, y ver luego la concepción de justicia de los golpistas (persecución y violación de los derechos humanos), su equidad hacia unos y negación de otros y la paz en el sepulcro para algunos.

Al final de este párrafo escriben: “Quienes nos acusan de actuar como actores políticos lo que hacen es desvirtuar el derecho que nos compete como ciudadanos y pastores a cumplir nuestro deber.” (Nº11) Con todo respeto, nosotros no necesitamos “acusarlos de actuar como actores políticos” ustedes mismos se delatan, se muestran como actores políticos y miembros de un partido político que se ha olvidado de la salud espiritual y material del pueblo. Según el documento oficial que estamos estudiando, lo que hacen los señores obispos es un “servicio que prestan al pueblo venezolano” (Nº11) Luego para seguir justificando su posición citan al Papa Francisco en su Encíclica Evangelii Gaudium (La alegría del evangelio), Capítulo cuarto, donde aborda la dimensión social de la evangelización. Citan los obispos el siguiente texto: “Los pastores… tienen derecho a emitir opiniones sobre todo aquello que afecta a la vida de las personas, ya que la tarea evangelizadora implica y exige una promoción integral de cada ser humano.”

En este mismo documento de exhortación apostólica y en el mismo capítulo citado anteriormente el Santo Padre sostiene: que la función de la iglesia no debe limitarse a la preocupación por la salvación de las almas, sino por la vida en esta tierra con los otros seres humanos, con la “salida de sí hacia el hermano” (179, esta numeración corresponde a la utilizada en el documento original para destacar los contenidos). Por eso, “Los pastores, acogiendo los aportes de las distintas ciencias tienen derecho a emitir opiniones sobre todo aquello que afecta a la vida de las personas” (182). Lo que el Papa nos quiere decir y sobre todo a los miembros con mayor responsabilidad dentro de la iglesia es que las opiniones que emitan deben estar fundamentadas teórica y científicamente, no se trata de lanzar opiniones a la ligera, solo por congraciarse con un sector de la vida política del país; y finaliza el santo padre escribiendo: “…ni el Papa ni la iglesia tienen el monopolio en la interpretación de la realidad social o en la propuesta de soluciones para los problemas contemporáneos” (184). Luego cita al Papa Pablo VI en su Carta ap. Octogésima adveniens (1.971): “Frente a situaciones tan diversas, nos es difícil pronunciar unas palabras únicas, como también proponer una solución con valor universal” (184). Inmediatamente escribe el Papa Francisco: “No es este nuestro propósito ni tampoco nuestra misión. Incumbe a las comunidades cristianas analizar con objetividad la situación propia de su país” (184).

Volviendo al documento de exhortación de la C.E.V. Nº 12. Cierran con esta perla, como diría José Vicente Rangel en sus escritos: “Los pobres y en general los que sufren vienen a ser así simplemente una excusa o una pantalla ideológica para lograr otros fines.” En otras palabras, hagamos un ejercicio especulativo para interpretar lo dicho por los obispos en el texto citado anteriormente: ustedes los del gobierno socialista, utilizan a los pobres y a los que sufren como argumento ideológico para sus fines, sigo especulando, los pobres y los que sufren son una mentira, falsa conciencia, ocultamiento, porque eso es lo que significa ideología, falsa conciencia.

Por el contrario, los pobres y los que sufren han despertado de la falsa conciencia que los llevó a la negación de sí mismos y mismas y a la resignación, pudiendo como sostiene Freire “ser más de lo que son.” Este gobierno, en quince años le ha dado de comer al hambriento, de beber al sediento, techo para que la vida de los seres humanos sea más digna de vivir, salud, educación en todos sus niveles y modalidades, y no como mera pantalla, sino para dignificarlos en su dimensión humana, social, política y ética.

Exhortación de la C.E.V. Nº 13: Comienzan con la siguiente opinión que se confunde con la opinión política de la extinta m.u.d., (en minúscula por su estado actual de minimización) “La pretensión de imponer un modelo político totalitario y un sistema educativo fuertemente ideologizado y centralizado, que amenaza su propia viabilidad y calidad; la criminalización de las protestas y la politización del poder judicial, que se manifiesta, entre otras cosas, en la existencia de presos políticos y en la situación de tantos jóvenes privados de libertad por haber participado en manifestaciones.” Esta reflexión pastoral no tiene desperdicio, de dónde sacan los obispos que éste gobierno es totalitario; según el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, por este término se entiende o se aplica a “los regímenes políticos que ejercen intervención en todos los órdenes de la vida nacional, concentrando la totalidad de los poderes estadales en manos de un grupo.” En otras palabras, los obispos están acusando a los miembros de los poderes: judicial, moral y electoral de ser sumisos y subordinados al poder ejecutivo, esto me parece grave y propio de acusaciones politiqueras a las que están acostumbrados los partidos políticos de la oposición. Quiero recordarles señores obispos, que en nuestro país antes de la llegada del Presidente Chávez al poder, solo existían tres poderes, el legislativo, ejecutivo y judicial; la constituyente amplio los poderes y creo el Poder Moral Republicano y el Poder Electoral, con esto nos deslindamos de la concepción liberal republicana de los tres poderes.

Ahora bien, de los cinco poderes dos son elegidos por el pueblo en voto universal, directo y secreto tal como lo demanda la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela y la ley del Consejo Nacional Electoral. Los diputados electos por el pueblo tienen entre sus funciones y según el reglamento de interior y debates de la Honorable Asamblea Nacional, elegir y nombrar a los miembros de los tres poderes restantes; si la mayoría de los diputados electos representan al proyecto político del ejecutivo, tienen derecho por ley a elegir a las y los más idóneos para tales cargos de responsabilidad nacional. Siendo la oposición minoría no puede elegir a los miembros de los poderes públicos restantes, sería absurdo y antidemocrático, en democracia manda la mayoría, los que ganan; ahora bien si fuesen cincuenta/cincuenta, se generaría un debate político para llegar a acuerdos y elegirlos, y todo esto sería válido y democrático, no totalitarismo. No pueden elegir al diablo para que cuide al santísimo en la iglesia, eligen a hombres y mujeres comprometidos con Dios.

El segundo aspecto de la exhortación Nº 13, expresan los obispos: “…un sistema educativo fuertemente ideologizado y centralizado, que amenaza su propia viabilidad y calidad”. Históricamente la educación ha sido utilizada como instrumento de dominación y legitimización del sistema dominante, Freire en la Pedagogía de la Esperanza sostiene que la educación no es neutra, ella responde a intereses particulares del poder; mientras que Luis Beltrán Prieto Figueroa afirma que la educación es el resultado del sistema de poder imperante. La educación puede estar orientada hacia la dominación y enajenación del ser humano o a la liberación del mismo, este gobierno ha optado por la liberación crítica del hombre y la mujer, creo que los obispos están anclados en el otro modelo. Lo insólito de esta afirmación de los miembros de la C.E.V es que hay una contradicción de suyo en la misma, la religión católica y todas las otras religiones y las instituciones que regentan son edeologizadoras y adoctrinadoras por naturaleza. Algunos y algunas aún no se han dado cuenta, tal vez por el grado de ideologización en que se encuentran o en el grado de adoctrinamiento en que están.

Al final de esta exhortación y coincidiendo con las exhortaciones 14 y 15, cierran con el siguiente comentario: “…el generalizado militarismo y una desproporcionada represión de cualquier disidencia. Una vez más solicitamos la libertad de los estudiantes y medidas de gracias para los presos políticos y para quienes han emigrado por razones políticas.” Desde la llegada Hugo Chávez a la presidencia, la disidencia se ha manifestado siempre al margen de la ley, nunca dentro de ella, y cuando el gobierno “reprime” no está limitando el derecho constitucional a la protesta pacífica, les pregunto, ¿acaso la muerte de más de cuarenta venezolanos y venezolanas, la quema de instituciones educativas, salud, educación y alimentación, así como bienes materiales son pacíficas.?, ¿cómo no aplicar la justicia o dejarse en libertad a los autores materiales e intelectuales de tan abominables hechos.? En nuestro país no hay presos políticos señores obispo, hay políticos que han cometido delitos contra es Estado y el Gobierno y la sociedad, algunos de ellos ante la real evidencia han optado por huir del país y no asumir sus responsabilidades. Hasta cuando señores obispos, no caigan en el pecado de la complicidad y de la omisión.

Finalmente, Es legítima la protesta, la disidencia, la defensa de los derechos humanos, la defensa de los valores democráticos, lo que no es legítimo es la banalización de la violencia, la solidaridad con los violentos, la mentira y la manipulación.

jgiralico@gmail.com


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