Colectivos de Catia al servicio del pueblo

Credito: CiudadCCS

21/04/14.- Al oeste de la capital se encuentra la parroquia Sucre, localidad que por décadas se ha caracterizado por ser combativa y rebelde. Quienes habitan en el lugar han visto florecer diferentes colectivos que trabajan por su comunidad. Hoy suman 14 organizaciones sociales.

Por ser Catia un sector sumamente grande, estos movimientos decidieron unificarse y crear una Sala Situacional que funciona a escasos pasos de la estación del Metro de Pérez Bonalde. Su misión es una sola: trabajar incansablemente por la Revolución.

Frente Miliciano de Sucre, Chirinos, Cementerio, Frente Revolucionario Antimperialista Bolivariano Socialista Sucre, Emilio Vázquez, Waraira Repano, Sucre 4-F, Boina Roja, Guaicaipuro, Paz y Vida, Frente Defensa Simón Bolívar, Andrés Eloy Blanco y Patriota Vive, son los nombres de los colectivos que hacen vida en la parroquia.

David Delgado, pertenece al colectivo Frente Miliciano de Sucre, organización social fundada hace seis años. El primer logro de su movimiento social se puede visualizar en el sector Casalta I, pues gracias a los trabajos comunitarios que se ejecutaron en la zona se logró recuperar un terreno que era dominado por la delincuencia y lo convirtieron en un espacio socioproductivo para la producción de semillas.

“Liberamos esa zona de la droga y la delincuencia, hasta las personas adversas a la Revolución que habitan en Casalta I nos aceptan porque somos un colectivo de paz que trabajamos por nuestra comunidad”, precisó Delgado.

La puesta en marcha de una Empresa de Producción Social para elaborar colchones también es otro de los logros tangibles del colectivo Frente Miliciano de Sucre.

Comentó que la unión de todos los colectivos se debió al mensaje claro que dejó el Comandante Supremo, Hugo Chávez, aquel 8 de diciembre: “Unidad, unidad y unidad”.

Delgado junto a sus otros compañeros dominan su territorio. Cuando las aguas están turbias, saben moverse entre ellas. Denunció que sectores de la derecha han intentado “embochinchar” la parroquia, sin embargo, el Poder Popular organizado le ha salido al paso a estas acciones.

Con un radio, Delgado se comunica con los demás colectivos, quienes recorren constantemente la zona, no solamente para neutralizar a los guarimberos, sino también para monitorear si los comercios que hacen vida en el lugar están especulando o acaparando.

“Nuestro sentir revolucionario, ni lo vendemos ni lo negociamos. Aquí cualquier compañero que se preste a recibir dinero de un comerciante debe ser expulsado. Nuestros colaboradores son los consejos comunales y el pueblo que nos han prestado su apoyo”, manifestó.

El militante revolucionario salió al paso a la campaña emprendida por sectores de la derecha, quienes han pretendido satanizar a los colectivos.

“A nosotros nos tildan de delincuentes. Nosotros hemos demostrado disciplina como nos lo pidió el Comandante Chávez. Nosotros vamos a preservar la paz en nuestra parroquia. Nuestra única arma es el trabajo que realizamos en nuestras comunidades. Donde nos monten guarimbas, nosotros llevamos actividades de sano esparcimiento a nuestro pueblo”, añadió Delgado.

Mujeres al poder

Damaris Mujica, pertenece al colectivo Waraira Repano. La creación de este movimiento surgió hace 12 años, y está conformado por 100 personas, donde la mayoría son mujeres.

Mujica es ama de casa. Tiene 42 años de edad. Sus dos hijos mayores también trabajan en esta organización social.

Desde que se unió a este movimiento, Mujica se ha dedicado a rescatar a las personas en situación de calle y llevarlos a los albergues o a la Misión Negra Hipólita.

“Yo no conocía ni siquiera la poligonal donde viví. A mí me sacó de mi casa la Misión Barrio Adentro y es donde comienzo a conocer a mi parroquia”, añadió.

Waraira Repano también se dedica a la recuperación de espacios inutilizados para entregárselos a las comunidades.

“Nosotros somos los que defendemos la Revolución junto a otras personas. Protegemos a nuestra gente. No podemos permitir que la anarquía que se vive en el municipio Chacao se instaure en nuestra parroquia, pues nosotros somos colectivos de paz. Quienes nos conocen saben que trabajamos por nuestra Revolución y nuestras comunidades”, precisó Mujica.

jóvenes presentes

Frank Gavidea y Jhonael Verdú son dos jóvenes que forman parte del colectivo Sucre 4-F. Este grupo nació hace un año y tres meses.

La mayoría de los que integran este grupo social son muchachos que tienen entre 22 y 30 años de edad. El colectivo abarca no solamente la parroquia Sucre, sino que además se han expandidos en otros sectores como La Vega y el urbanismo Ciudad Caribia.

Verdú tiene 22 años de edad. Aclaró que muchas personas se forman un concepto errado de los colectivos y el papel que desempeñan en la sociedad.

“Somos un grupo de personas que nos reunimos por una misma finalidad. Ellos (la oposición) quieren darle el término colectivo a una banda organizada que tiene otra finalidad que no es la de nosotros. Nuestro propósito es ayudar a las personas a organizarse y apoyar a nuestra comunidad en las actividades deportivas y culturales. De esta manera, nosotros estamos también ayudando a los jóvenes a que no sean blanco de la delincuencia, sino más bien una pieza útil para el proceso revolucionario”, expresó Verdú.

Por su parte, Gavidea agregó que para formar parte de este colectivo es necesario amar y apoyar todas las políticas sociales que impulsa el Gobierno Nacional para ayudar a los más pobres.

“Tampoco debe existir individualidades ni egoísmo. Algo importante es que también esté resteado con este proceso revolucionario”, indicó Gavidea.

El Grupo de Trabajo de Indios Waikas es otro de los colectivos que hacen vida en la parroquia Sucre. Su fundación se dio el 13 de septiembre de 1982.

Desde su creación este colectivo se ha dedicado a efectuar jornadas culturales y recreativas dirigidas a las niñas y niños de Propatria.

“También realizamos trabajos ecológicos y además llevamos a nuestros niños para la playa y el campo. Es una manera de alejarlos del ocio y de la delincuencia”, relató Johan Arangueren.

Los 14 colectivos sembrados al oeste de la ciudad capital convergen en un edificio ubicado cerca de la estación de Metro Pérez Bonalde, donde funcionaron por muchos años las oficinas administrativas de la extinta Policía Metropolitana. Después el lugar fue empleado como depósito y las organizaciones sociales tomaron el espacio.

Este ambiente, aparte de estar la Sala Situacional de los grupos sociales, también funciona como casa cultural y aula para el encuentro de los consejos comunales que hacen vida en la parroquia.



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