Un Fiasco ¡Revolucionario!

Hubo una empresa en Anzoátegui que conocimos con el nombre de Molorca. Era una empresa que pertenecía a un grupo familiar, con abolengo en Anzoátegui. Este grupo “empresarial”, como muchos de los connotados empresarios nacionales, hicieron su “platica” con los dólares baratos que obtenían a través del Estado para importar y vender. Este grupo “empresarial” tenía el perfil de nuestra “pujante” Fedecamaras. Tal cual

Este grupo -entre otros negocios- crearon “Los Marinos de Oriente” y la gobernación del estado Anzoátegui le acomodaba la llamada “caldera del diablo”. Así cualquier recoge lata se hace empresario prospero. Su trabajo era cobrar las entradas haciendo uso de un bien público. Nadie cuestionaba y ni podía cuestionar nada, porque el grupo también tenía su periódico y TV.

Una empresas muy “pujante” que prosperó a la sombra del Estado Venezolano. Ironía de la vida; la empresa Molorca prosperó y el barrio “Molorca” que está justo detrás de esa empresas, seguro que no recibió durante toda su existencia de la IV y parte de la V, ni el 10% de la “rentica” que recibió la empresa molorca.

Hace ya varios años; Chávez decidió  comprar esta “empresa”, pero la pagó muy bien. Chávez que se equivocó o lo hicieron equivocarse más de una vez, tomó la decisión, bajo la asesoría de un negociador de comprar esta empresa que ya para ese momento era prácticamente una chatarra. La compró y el grupo “empresarial” familiar dueño de esa empresa, fue doblemente beneficiado por este negocio.

Por una parte, la familia empresarial fue sentida como “pobrecita” porque Chávez, por sugerencia de alguien, se empeñó en comprar esa chatarra. Rápidamente se corrió la voz, que a esta familia se le había quitado un activo muy bueno. En Anzoátegui, muchos sintieron que a esta familia se le estaban causando un daño patrimonial.

Pero este grupo familiar dueño de esta empresa conocida como Molorca, realizaron el negocio de su vida. Después de haber realizado muy buenos negocios a la sombra del Estado, coronaron su vida como grupo “empresarial” con este ventajoso negocio que ya con varios años en manos del Estado, no ha sido posible recuperarla definitivamente.

En estos momentos, sumando lo que pagaron por ella y lo que ha costado su proceso para hacerla productiva, cosa que  hoy es muy incierta, puede concluirse que fue una oportunidad de oro que la revolución le brindó a una familia que importaba trigo y vendía cosas.

El negocio fue tan lucrativo para esta familia de “empresarios”, que la revolución que decretó el bolívar fuerte, compró esta chatarra de empresas en dólares. El grupo familiar no quería bolívares porque creía que el bolívar no era tan fuerte como lo había decretado la revolución y esta “revolución” pagó esta chatarra en dólares.

Del momento en que se compró esta “empresa” hasta hoy, han transcurrido varios años y si esa ley que se llama “ley Orgánica de Contraloría Social” no fuera uno de los embustes de esta revolución, los venezolanos y venezolanas que vivimos en Anzoátegui supiéramos un poquito de este “paquete chileno” que compramos y en dólares.

Doy un tiempo de espera para los que están al frente de esta empresa que ahora se llama “Cereales la Cruz”, nos digan cuánto es su capacidad instalada, cuánto están produciendo desde que la compraron y cuántos bolívares han arrimado al “mapire” del Estado Venezolano.

Quisiera oír que soy un mentiroso y que “Cereales la Cruz” fue y es hoy un gran negocio que produce al tope de su capacidad. Me siento a esperar por los datos y el resultado de este negocio. No es el único fiasco en oriente; Conferry es otro fiasco. Compramos una primera vez buques chatarras y luego se volvieron a comprar otros buqueues. El último comprador anda por miami dándose la buena vida.

Hay muachos que no se han ido, pero hacen el mismo trabajo de los que ya se fueron con sus sacos de dólares. Viven de la revolución y no para la revolución.



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Claudio Dominguez


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