Las fallidas guerras de Obama en el frente del caribe

El Caribe es el flanco débil de Estados Unidos y es extremadamente vulnerable en términos de la seguridad de la superpotencia. Bastaría con mencionar las actividades de los carteles de la droga en la región, que introducen decenas de toneladas de drogas a Estados Unidos, sobrepasando el profundamente escalonado sistema de defensa de la DEA y de otras agencias de inteligencia sin mayores problemas.

La frontera caribeña de Estados Unidos podría tornarse igualmente vulnerable a la penetración por parte de organizaciones terroristas. Las guerras fomentadas por el imperio han fracasado y Estados Unidos tendrá que pasar un larguísimo tiempo lidiando con las negativas consecuencias de estos empeños. Existen más y más organizaciones terroristas actuando bajo la consigna de venganza contra el imperio a como dé lugar.

El gobierno de Obama está llevando a cabo complejas y costosas medidas por la vía de los servicios especiales con el objeto de impedir ataques vengativos en territorio norteamericano. Solo en los países del Caribe, cientos de funcionarios de los servicios de inteligencia están trabajando bajo el alero de las embajadas norteamericanas, empleando todo tipo de especialidades operativas –desde la infiltración de agentes hasta medios de control electrónico. No obstante, no confían en la efectividad de estas medidas. Por ende, el temor celosamente oculto pero subyacente de que la preparación de un ataque terrorista en gran escala, como ser una toma masiva de rehenes o un sabotaje a una planta química o a una planta eléctrica nuclear pudiera ser pasado por alto.

Los resúmenes oficiales diarios sobre estos problemas son constantemente enviados a la estación de la CIA: No pasar por alto; No permitir, Detener a tiempo…. Esta es exactamente la razón de por qué las agencias de inteligencia norteamericanas han comenzado a emplear métodos para inducir a "potenciales criminales" a actuar ilegalmente.

El personal operativo de las agencias de inteligencia norteamericanas que está en primera línea en la protección del país contra la amenaza terrorista, está bajo una gran presión. No todos los funcionarios son capaces de soportar esta presión, la cual termina en despidos, en el mejor de los casos o en suicidios, en el peor de los casos. El caso de George Gaines, funcionarios de 50 años de edad encargado de asuntos de seguridad regional en la embajada norteamericana de Barbados, fue particularmente grave. Se pegó un tiro en la cabeza en la playa Christ Church de la localidad de Dover. Los periodistas locales interpretaron de manera inequívoca la escogencia de un lugar público para semejante acto. Gaines quiso asegurarse que su suicidio alcanzara la mayor resonancia posible entre el público y por parte de los medios. Demás está decir que la embajada norteamericana hizo todo lo que pudo para que eso no ocurriera. El cuerpo del diplomático fue trasladado al edificio de la embajada sin el consentimiento de las autoridades locales ni se realizaron las indagaciones preliminares por parte de los expertos legistas y luego fue enviado a Miami en el siguiente vuelo de una línea aérea norteamericana. A cada pregunta expresada por los medios en Barbados, la embajada replicó que la muerte de Gaines era una "cuestión privada", pidiéndoles además, respetar la privacidad de la familia.

La embajada de Estados Unidos en Barbados, la más grande de las Antillas Menores, también "atiende" a otras naciones isleñas, como Saint Kitts y Nevis, Antigua, Barbuda, Saint Vincent y las Granadinas, Domínica y Santa Lucía.

Dadas las numerosas solicitudes de servicio, los problemas de transporte, limitaciones financieras para viajar y las rígidas normas relacionadas con la seguridad del personal, Gaines no siempre podía dar la talla en las tareas que se le encomendaban y en cierta oportunidad fue criticado por el embajador delante de un colega, cosa que él tomó a mal. Según blogueros de Barbados, al diplomático le preocupaba que cualquier incidente relacionado con la seguridad pudiera acabar con su carrera. Acabó con sus temores recurriendo al suicidio.

Con el objeto de limitar la influencia de Cuba y Venezuela en los países caribeños, las agencias norteamericanas de inteligencia están de manera profusa empleando metodologías de la Guerra Fría. Constantemente se están realizando operativos contra la alianza PetroCaribe, que fue fundada el año 2008 por iniciativa de Hugo Chávez para el suministro de petróleo y derivados del petróleo a los países Centroamericanos y del Caribe a precios reducidos. Uno de los planes actuales de la alianza es el establecimiento de una zona económica. Según el Presidente Nicolás Maduro, "el propósito de la alianza son las inversiones, el comercio y el desarrollo de proyectos productivos conjuntos, incluyendo aquellos relacionados con el turismo. Estamos listos para este tipo de alianza, tanto a nivel de gobierno como a nivel de empresas privadas."

Los esfuerzos de Caracas en la consolidación de los países del Caribe son percibidos por Washington como un "comportamiento antagónico". La posición de Estados Unidos respecto de los planes de PetroCaribe fue aclarada por Alex Sokoloff, funcionario encargado de política y economía en la embajada norteamericana en las Bahamas. Advirtió al gobierno de la isla contra el desarrollo de vínculos económicos con Venezuela ya que no "existe tal cosa como petróleo barato. Lo más probable para los venezolanos es o una carga económica a largo plazo u otras condiciones políticas en cualquier convenio." Sin siquiera pestañear, Sokoloff sugirió a las Bahamas paneles solares como la mejor fuente de energía eléctrica.

Departamentos especializados del gobierno norteamericano intensifican las operaciones para desestabilizar Cuba. Washington de ninguna manera se resigna a reconciliarse con el hecho que después de cincuenta años de fracasados intentos de derrocar al régimen castrista Cuba ha mantenido su independencia y continúa marchando por su propia vía. Su política de reformas sociales y económicas es apoyada por la vasta mayoría de los cubanos. Los intentos de la CIA y de la USAID para organizar agrupaciones para una "revolución de colores" en la isla invariablemente continúan fracasando. Un último intento realizado recientemente alcanzó cierta publicidad. A través de la organización Creative Associates International, controlada por Estados Unidos, estudiantes de Costa Rica, Perú y Venezuela fueron enviados a Cuba para realizar labores de reclutamiento. La contrainteligencia cubana, de manera relativamente rápida, denunció el intento de los "estudiantes" agentes de la CIA para infiltrar la juventud cubana. Las revelaciones fueron publicadas por la Associated Press, la cual creyendo que la participación de gente joven en dudosas operaciones se trataría de un acto delincuencial, llevó a cabo su propia investigación que luego hizo pública.

Las agencias de inteligencia norteamericanas tampoco se inhiben de usar los métodos más radicales. Indudablemente que estuvieron involucradas en el ataque contra el Consulado de Venezuela en Willemstadt, Curaçao. Un miembro activo de la oposición anti bolivariana en contacto con los representantes de Estados Unidos en la isla, emplearon un vehículo para estrellarlo contra la puerta delantera y el interior del edificio. Siguiendo órdenes de Caracas, los diplomáticos venezolanos se retiraron temporalmente del Curaçao, Aruba y Bonaire debido a la amenaza de nuevos ataques. En la ciudad de Basseterre, capital de Saint Kitts y Nevis, la sede de la embajada venezolana fue incendiada. Se consideró esta acción como un acto de advertencia para el Primer Ministro, Denzil Douglas, el cual es admirador de las reformas llevadas a cabo en Venezuela y los logros alcanzados en Cuba en el área social. No hace mucho, Denzil Douglas abrió embajadas de su país en Caracas y La Habana. Y declaró durante la ceremonia de apertura que "continuaremos estando junto a Cuba en la lucha por la integración con América Latina y el Caribe."

En el mes de mayo del 2013, Helmin Wiels, líder del Partido Pueblo Soberano, que ganó las elecciones de octubre del 2012 fue asesinado en la Isla de Curaçao. Wiels postuló para el cargo de Primer Ministro y trató de formar una coalición de centro izquierda. Compartía las ideas políticas de Hugo Chávez y mantenía relaciones cordiales con Nicolás Maduro. Wiels apoyaba una política exterior independiente para la Isla y la expulsión de los militares de Estados Unidos, los cuales bajo el pretexto de la lucha contra el narcotráfico llevaban a cabo (todavía lo hacen) operaciones de inteligencia contra Venezuela. La estación de la CIA que funciona en Willemstadt "bajo el alero" del Consulado General de Estados Unidos, pensaba que Wiels era un político extremadamente peligroso para los intereses norteamericanos. Por lo tanto fue puesto bajo estrecha vigilancia. Sus viajes fueron cuidadosamente monitoreados, especialmente cuando viajaba a Caracas y La Habana. Sus conversaciones telefónicas fueron grabadas y se mantenía un registro de sus contactos en Internet.

Wiels fue asesinado de varios disparos en una aldea costera donde solía ir a descansar. No lo acompañaba un guardaespaldas y sus asesinos se aprovecharon de este hecho. Según informes de prensa, prácticamente todos los que participaron en este acto de terrorismo fueron detenidos luego de la investigación policial. Uno de estos asesinos –se suicidó posteriormente—en su celda de la cárcel. Otro, chófer del vehículo que trasladó a los asesinos al lugar del asesinato, huyó hacia Estados Unidos. Todavía no hay una información exacta sobre quien ordenaría el asesinato. Es improbable que se sepa. Sin embargo, no es posible ignorar el hecho que muy poca atención se le ha brindado a la cobertura del "caso Wiels" como si se tratara de olvidarlo tan pronto como sea posible. Teorías en torno a la participación de la CIA en el asesinato aparecieron originalmente en Internet pero así mismo desaparecieron, evidentemente por el trabajo de especialistas de la NSA.

Como una manera de protegerse, Venezuela, Cuba y sus aliados están tomando enérgicas medidas para denunciar las operaciones secretas de Estados Unidos lanzadas para socavar los procesos integracionistas en el Caribe y comprometer los vínculos comerciales, económicos, energéticos y militares con países como China, Rusia y Brasil. La desconfianza en las metas ulteriores de la política de Estados Unidos en la región ha alcanzado su punto más alto y la imagen de la oposición caribeña contra el diktat imperial es cada vez más nítida.

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Traducción desde el inglés por

Strategic Culture Foundation Sergio R. Anacona

 



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Nil Nikandrov

Periodista y analista político escribiendo frecuentemente en la revista rusa internet Strategic Culture Foundation.

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