Colonialismos anacronicos del siglo 21

Durante la reciente cumbre iberoamericana realizada en Chile, el presidente venezolano Hugo Chávez,
realizó un recorrido histórico donde recordó la invasión europea a nuestro Continente y sus nefastos
resultados, representados en el genocidio y la expoliación imperial practicada durante casi cinco siglos
por Europa.

El primer mandatario venezolano finalizó su exposición con un capitulo aparte dedicado al exgobernante
español Aznar. Cabe recordar que Aznar (personaje rebuznador o "aznador" de acuerdo al sabio decir popular),
se ha encargado de lanzar una "santa cruzada" al mejor estilo de la inquisision, contra el resurgimiento de
la izquierda y del movimiento popular en Latinoamérica. En el broche de oro de su carrera política Aznar incluyó
en uno de sus más negros capítulos, el apoyo absoluto al golpe de estado fascista contra el gobierno legítimo
y popular de Hugo Chávez.

Pro estas razones, en un tono sereno y firme, el líder bolivariano denunció la serie de campañas
de desprestigio y desestabilizacion protagonizadas por Aznar contra Cuba y Venezuela, y lo calificó
como lo que realmente demuestra ser, un ejemplo anacrónico del peor fascismo,
de carácter profundamente antidemocrático y antipopular.

Frente a estos certeros señalamientos de Chávez, salió en defensa de Aznar el mismisimo Rey de España,
heredero de Borbón y otras pretendidas realezas. El monarca español (aunque italiano de nacimiento)
respondió de manera furibunda y arrogante, aunque careciendo de argumentación alguna e intentando
vanamente ordenar al líder latinoamericano acallar su voz.

Resulta mas que contradictorio que en medio de un enclave de mandatarios elegidos democráticamente
por sus pueblos, por alguna extraña razón, el menos elegido de todos, es decir el rey Borbón tenga un
lugar en el mismo y en su intervención mas oscura, trate impunemente de silenciar despóticamente
al mas democrático de los mandatarios latinoamericanos.

Pareciera ser que Don Juan Carlos de Borbón ha perdido el calendario y no termina de enterarse que
Latinoamérica ya NO es colonia, que la era de las órdenes y decretos reales se acabó, que el dictador
fascista Francisco Franco (el mismo que reimplantó la monarquía convirtiéndolo en rey), lleva por
fortuna mas de tres décadas muerto y enterrado, y que aunque aun quedan tristes vestigios del
nazionalismo español, para la desgracia real, la historia demuestra que no tiene marcha atrás.
Por eso sorprende e indigna la prepotencia de este "rey" de cartón frente a la dignidadde Hugo Chávez,
quien le cantó las cuarenta y alguna mas, reclamando que el estado español ponga coto a las fechorías
conspirativas y golpistas del mediocre Aznar.

Con la usual incapacidad real, Don Juan Carlos no supo confrontar el debate claro y
honesto que Chávez proponía y no tuvo mejor respuesta que entre insultos abandonar
la sala y el debate.

Pero aun con la cobarde partida del rey, Chávez no calló su voz, y Chávez respondio por
toda Latinoamérica, Chávez respondió por nuestra dignidad, por nuestra historia imborrable,
Chávez respondió por este presente de esperanza, Chávez respondió por el futuro solidario y
soberano que soñamos.

Lo que el soberano español no sabe, no entiende, es que cuando Chávez alza su voz,
resuenan en ella las voces de millones de latinoamericanos que han decidido ahora si,
ser dueños legítimos de su verdad y de su historia.

Y simplemente por esta razón Chávez no calla ni callará, ni aun frente al silencio cómplice
de unos pocos mandatarios que todavía siguen viendo en los "modelos europeos" la única
alternativa viable de desarrollo. Parecieran olvidar estos cipayos que el gran desarrollo europeo
se realizó a costa del robo y el genocidio de nuestros pueblos.

Triste malinchismo el de aquellos que frente a la arrogancia de este monarca de papel,
que solo atinan a bajar la cabeza cómplice y callar. Pero sin duda alguna el gran derrotado es
el rey Juan Carlos, nada menos que el heredero directo de los bárbaros que hace cinco siglos
llegaron a conquistar, a robar y a imponer a sangre y fuego su cultura y creencias.

Bolívar, el libertador que desenvainó su espada contra el imperio español, volvió a confrontar ayer
al imperio español, y acompañado de Artigas, de Tupac Amaru, de Lautaro y de tanto otros,
y se manifestó por la vida, en la voz profunda y sabia de Chávez, rescatando la esperanza,
la soberanía y la libertad.

El carro de la historia pasa solo una vez, los dignos y valientes se subirán a el,
y sin duda alguna los cobardes, los traidores y los oportunistas encontraran su lugar,
seguramente allí en el rincón más oscuro del desprecio y el olvido popular.
Que así sea.




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