Philip Goldberg es el embajador gringo en Bolivia, conspira contra el gobierno de Evo Morales y pretende el 4 de Mayo la autonomía de Santa Cruz que es lo mismo que pretender que el Zulia se divida de Venezuela. No es casualidad que Goldberg haya sido embajador en Kosovo. El imperio capitalista trata de aplicar el mismo plan de desmembramiento (balcanización) de un país sudamericano geopolíticamente estratégico. Sería la primera alteración del mapa político en más de 100 años en nuestro continente. Fragmentar a Bolivia sería darle un golpe mortal a la política de unidad de naciones del sur emprendida por los líderes de izquierda en la región. Finalmente sería darle luz verde a una guerra en el Pacífico imparable lo cual favorecerá únicamente a los menos, a los pocos, a los privilegiados, a los ricos.
Con más de un millón de kilómetros cuadrados Bolivia tiene dos veces el tamaño de España y limita con 5 países: Argentina, Chile, Brasil, Paraguay y Perú. Tiene reservas de gas natural de 54 billones de pies cúbicos, después de Venezuela, la más grande en Sudamérica. Si sumamos la reserva acuífera del Paraguay, “conquistar” Bolivia será un objetivo fundamental para el capitalismo salvaje emplazado en Washington que quiere la hegemonía mundial y el control de los recursos energéticos para sobrevivir.
Todo conspira contra el corazón de Sudamérica: Bolivia. Simplemente porque los países ricos pretenden seguir saqueando tanto al país como a la región, y se encuentran con que un indio se les opone. Un indio amigo de Fidel y de Chávez. Un indio en contra de la oligarquía boliviana, apátrida, vendida y lacaya, que ambiciona la autonomía de Santa Cruz, región que produce todo el alimento para el país, y que reúne a la población blanca europea contra la región indígena. En verdad es una guerra racial, contra los verdaderos dueños de la tierra boliviana. Ya el Ché lo veía claro cuarenta años atrás. Y lo precedió Bolívar un siglo antes al crear la nación y darle una constitución bolivariana cuyo destino atrae al de todas las naciones sudamericanas: si cae Bolivia cae Sudamérica entera.
Goldberg no se chupa el dedo, trabaja arduamente con la clase dominante boliviana para desmembrar al país y separar a los ricos de los pobres. Al mismo tiempo generará con ello todo un proceso entrópico que hará imposible la unidad latinoamericana. Por eso debemos ayudar a Evo Morales, ayudar al pueblo boliviano e impedir que el próximo 4 de Mayo los ricos vendepatrias se salgan con la suya. ¡No pasarán! ¡No volverán!
El American Enterprise Institute (AIE) es quien crea el guión para la fragmentación boliviana, contiene en su interior la Nueva Iniciativa Atlántica (New Atlantic Initiative-NAI) que dirige la integración euroatlántica y el Proyecto para un Nuevo Siglo Americano (PNAC) que redactó el programa del gobierno de Bush. Es también desde ahí donde se preparó durante mucho tiempo la invasión a Irak. Los planes no quedan en la desintegración de Bolivia sino que se orientan a fomentar una guerra permanente en la región. La CIA trabaja desde hace muchos años en una guerra en el pacífico y ahora fomenta posibles guerras fronterizas, además de guerras raciales, es una receta infalible para el genocidio. El ataque de Uribe al Ecuador no se sale de este plan diabólico.
El cubano gusano Carlos Alberto Montaner no ha hecho otra cosa que avivar la candela de la guerra perpetua en Sudamérica sino apoyan a Bush en contra de Chávez, y recientemente se lo vio en Rosario, Argentina, enarbolando la bandera del neoliberalismo, junto a Plinio Apuleyo, Marcel Granier y Yon Goicochea “venezolanos”. La idea de estos fascistas comprometidos con Bush es desatar una guerra que una vez encendida no pueda apagarse más. El ataque a Bolivia tiene en la mira a Hugo Chávez porque nuestro presidente representa la unidad de las naciones del sur. Es un ataque a Simón Bolívar porque pretende la división de las repúblicas para ser fácilmente sometidas al yugo del imperialismo burgués. En fin es un ataque a la revolución socialista bolivariana y tenemos que contraatacar efectiva y eficazmente.
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