La reseña noticiosa que publicó el domingo 10 de octubre El Nazional en su primera página constituye, en mi opinión, una expresión palpable de cómo algunos analistas y politiqueros juegan impunemente a la entrega de nuestra soberanía económica, no importándoles para nada la suerte de nosotros, los venezolanos.
En efecto, en su titulo se afirma que “Rezago en precio de la gasolina forzó salida de inversionistas”, y en el cuerpo de la misma se lee “La situación (que no se aumentara la gasolina NR) impidió que las multinacionales llevaran adelante un plan para aumentar el número de estaciones de servicio de 1.700 a 5.000 y que tampoco se crearan 100.000 empleos previstas para atenderlas.” Más adelante se expresa lo siguiente: “En los estudios elaborados por el Gobierno y Pdvsa se preveía que el flujo de inversiones para el país podría alcanzar los 500 millones de dólares, se generarían cerca de 100.000 empleos directos y se observaría una mejora en el servicio,...”
Es decir, en opinión de las fuentes consultadas por el periodista Andrés Rojas es necesario que los venezolanos paguemos más por la gasolina, con toda lo que significa ese incremento en el costo de la vida, para que las grandes transnacionales del petróleo se apropien del mercadeo interno del combustible, y para que las ganancias que obtengan sean remitidas al exterior.
Para mí, lo que opinan esas fuentes, pudiese ser catalogado de traición a la patria. Es lo mismo que los que utilizan el dinero público, (algunos con buena intención) que es de todos nosotros, para construir infraestructuras orientadas a que el capital transnacional, encubierto con la figura de la “inversión extranjera” se apropie de nuestro aparato económico. Inversión que por supuesto, nunca llega al tejido industrial, sino es para los sectores de la minería, financiero o de servicios, porque ya ni siquiera va al turismo, ya que descubrieron que con los cruceros se eliminan los riesgos políticos y naturales. Además, en muchos casos ni siquiera es inversión como tal.
Por ejemplo, Televisión Española reseñó recientemente que las inversiones extranjeras en América Latina habían crecido significativamente este año. ¿Y cómo fue eso? Que un banco español gastó miles de millones de dólares en comprar un banco mexicano. En realidad, eso no es inversión para la región. Lo es para el banco español y es desinversión para los accionistas mexicanos, para México es cero. Por eso es que la “inversión extranjera” hay que medirla en puestos de trabajo creados. Así se vería realmente el impacto de la fulana “inversión”
Si las transnacionales quieren hacer negocios en Venezuela, que hagan ellos las inversiones que necesiten y que nos dejen utilizar ese dinero para financiar nuestro desarrollo.
En este caso estamos hablando de una inversión de 500 millones de dólares (que equivale a un 1% del ingreso bruto de PDVSA en este año) necesaria para construir 3.000 estaciones de servicios y generar 100.000 puesto de trabajo.
Si esto es así, ¿Por qué el Gobierno nacional no le presta a inversionistas venezolanos esa cantidad para que sean ellos los que las operen, y así las ganancias que produzcan se queden en el país? Y cuando hablo de inversionistas, no sólo estoy pensando en el pequeño inversionista privado, sino que también incluyo, por que no, a las cooperativas. Es un tipo de negocio que perfectamente puede ser operado exitosamente por cooperativas.
¿Por qué no se ha hecho? ¿Qué intereses extranjeros tan poderosos incrustados en el gobierno juegan contra nuestra soberanía? ¿Para qué sirven Bandes, el BIV y Banfoandes?
Lo interesante de la reseña es que se afirma que con 500 millones de dólares se pueden crear 100.000 puestos de trabajo. Si aplicáramos una sencilla regla de tres, con solamente invertir 25.000 millones de dólares se pudieran crear 5 millones de puestos de trabajo, eliminando el problema del desempleo y de la economía informal.
Claro que no es totalmente así, cada actividad económica tiene un nivel diferente de utilización de la mano de obra, pero tampoco esa cifra está muy alejada de la realidad. Lo importante es que hay que tomar conciencia que una política gubernamental que use inteligentemente los grandes recursos que nos da actualmente el petróleo, combinando el ahorro, el gasto, el financiamiento a la inversión privada, los recursos naturales que la naturaleza generosamente nos proporcionó y el uso del valioso recurso humano (más de un millón de profesionales y técnicos universitarios) con una adecuada democratización del capital, es LA ÚNICA VÍA PARA SALIR DE LA POBREZA. No hay otra.
SOBRE LA OEA
La reciente renuncia del presidente de la OEA por presuntos hechos de corrupción confirman ha permitido apreciar el profundo grado de descomposición en que ha caído ese organismo, y que demuestran lo profundamente perjudicial que resulta para la integración latinoamericana.
Porque claro que la CIA sabía u orquestó ese episodio, después de haber perdido a uno de sus títeres al frente del organismo. No en balde impuso al representante de Estados Unidos como Secretario General Adjunto, para encargarse del corito apenas reventara lo de Rodríguez.
Ahora la CIA se propuso como meta colocar a otro centroamericano en la presidencia de la OEA (que no sea Pérez Esquive, por cierto) ¿Por qué ese interés?
Por tres razones básicas.
a) Más de la mitad de los habitantes de esos países viven en el campo, y poseen una primitiva estructura social y económica, en la cual las grandes oligarquías del campo y la ciudad mantienen el dominio del poder político y económico. Es decir, “Un Señor Presidente” remozado. En ese aspecto son muy distintos a Venezuela.
b) En Estados Unidos viven millones de centroamericanos, la mayoría ilegal.
c) Esos centroamericanos remiten a sus familiares miles de millones de dólares al año, lo que tiene una tremenda importancia en la economía de esos países, por lo que cualquier represalia que tome Estados Unidos en contra de ellos sería funesto. Es decir, Estados Unidos los tiene en el puño de su mano, o agarrado por los testículos, como el lector prefiera.
Una organización que se caracterice por esa politiquería de golpes tobilleros, parecida a la vivida en los partidos de la cuarta república en su decadencia, con araguatos, perros, etc., no puede, ni podrá nunca, servir para que la integración latinoamericana sea una realidad.
SOBRE LA ESTATUA DE COLÓN
Sobre la reciente destrucción de la estatua centenaria de Colón en Caracas, no hay que ser muy perspicaz para darse cuenta que detrás de estos actos está la mano de la CIA, que manipula de todas las maneras posibles para fomentar divisiones étnicas y de clases en nuestra sociedad (Y en eso el papel de los medios es vital para ellos)
Un día es escuálidos versus chavistas, otro día es jurásicos contra neoliberales, u oligarcas contra el pueblo, y ahora es indígenas contra blancos. Aplican el lema muy viejo de divide y vencerás. Solamente los ignorantes caen en esas e provocaciones infantiles.
Antes estos intentos desesperados del imperio por dividirnos hay que tener siempre presente el pensamiento de nuestro libertador Simón Bolívar: que en su misiva “Contestación de un Americano Meridional a un Caballero de esta isla”, de fecha 6 de Septiembre de 1915 en Kingston, Jamaica, cuando expresaba:
“Es una idea grandiosa pretender formar de todo el Mundo Nuevo una sola nación con un sólo vínculo que ligue sus partes entre sí y con el todo. Ya que tiene un origen, una lengua, unas costumbres y una religión,...”
Y en su discurso magistral ante el Congreso de Angostura cuando expresó:
“...Echando una ojeada sobre lo pasado, veremos cual es la base de la República de Venezuela...Nosotros ni aún conservamos los vestigios de lo que fue en otro tiempo, no somos europeos, no somos indios, sino una especie media entre los aborígenes y los españoles”
Definitivamente, hay que rescatar el pensamiento de nuestro Libertador Simón Bolívar de las manos de los agentes de la CIA, y de sus cajas de resonancias locales.