Porque otra forma de legislar es posible

El sexo es parte del poder,

y la normalización de las identidades sexuales, un agente de control de la vida.

Beatriz Preciado.

Se es hombre en la vida, no en la cama.

José Cibrián a Pepe Cibrián Campoy.

En la gélida madrugada del 15 de julio del presente año el Senado argentino, entre discursos fuertes y polémicos, aprobó el matrimonio igualitario en todo el país sureño.

En la tarde del 22 de septiembre, en Caracas, se realizó en el Centro Internacional Miranda el foro: Diversidad sexual y matrimonio igualitario: la experiencia Argentina, a cargo del asesor Martín Poliak, colaborador y uno de los tantos testigos de esa noche en la que se vio reivindicada la lucha sexo género diversa por los derechos civiles.

El taller contó con la participación de organizaciones y colectivos que en Venezuela intentan obtener el mismo resultado, al menos en los derechos de familia, que consiguió la comunidad TLGBI en la tierra donde reside el artista Pepe Cibrián Campoy.

La ponencia de Poliak estuvo enfocada en relatar cómo sucedieron los hechos antes y durante la sentencia del órgano territorial colegislador; y entre las preguntas y respuestas generadas en el transcurso del día, entendimos que la estrategia fundamental que en Argentina predominó fue la movilización de los movimientos sociales y personas sensibilizadas con la lucha que, en la primera acción contó con apenas doscientas personas y fue aumentando al punto que la iglesia conservadora instó a la suspensión de clases en las escuelas católicas para asistir a las contra marchas que llegaron a congregar a más de veinte mil personas, evidenciando que el primer enemigo de las personas sexo género diversas (SGD) es la Iglesia Católica.

La continuidad de las movilizaciones hizo que de doscientas personas que participaron en la primera convocatoria se convirtieran en miles en las principales provincias del país. El hecho de descentralizar las marchas fomentó el debate y discusión en todo el país, sumando aliados y aliadas para el matrimonio igualitario.

En la Actualidad y probablemente con influencia de la experiencia Argentina, en Nuestramerica estamos viviendo procesos de cambio en la conciencia de nuestra comunidad SGD. En Chile más de veinticinco mil personas marcharon el pasado sábado 25 de septiembre por las calles de Santiago para reclamar el respeto a los derechos de las “minorías sexuales”, organizado por el Movimiento Unificado de Minorías Sexuales (MUMS) y Acción Gay. En Paraguay, la Coalición LGTBI del Paraguay convocó para el próximo sábado 2 de octubre una marcha que denominaron Escalinata antequera por los derechos humanos de LGBTI por la diversidad y la no discriminación.

De igual forma, el 9,10 y 11 se llevará a cabo el XXV Encuentro Nacional de Mujeres, en Paraná. Este es un espacio específico que las asociaciones organizadoras vienen construyendo desde 1986 y este año se estima la participación de unas quince mil mujeres a nivel internacional donde uno de los temas a debatir en los talleres será la sexualidad y la diversidad que en ella existe. En Venezuela, el Movimiento de Pobladoras y Pobladores, junto a otros colectivos, también realizará en el mes de noviembre el II Encuentro Nacional de Mujeres de Base en Aragua, esta actividad convoca a unas trescientas mujeres venezolanas y entre los temas a debatir está la SGD con conciencia de clase.

Y lo que en mi opinión es más importante por el espacio de articulación que representa es el Consejo de Movimiento Sociales del ALBA TCP. Desde el año pasado este espacio viene funcionando en varios estados del país con organizaciones sociales que, entre sus diferentes reivindicaciones, se relacionan entre sí. Allí funciona la mesa de Feminismo y sexo género diversidad, que congrega a varios colectivos e individualidades que trabajan por la igualdad en derechos y oportunidades de las mujeres y las personas TLGBI en las comunidades.

Todos estos espacios y movilizaciones son importantes, y retomando el consejo del compañero Martín Poliak, son un ejemplo de que las organizaciones sociales y específicamente los movimientos SGD debemos trabajar en conjunto porque tenemos un atributo en común, ser un sector discriminado tanto legal como culturalmente dentro de la sociedad. Es necesario comprender que si seguimos trabajando de forma individual pasarán muchos años para asegurar que los objetivos políticos como el derecho al matrimonio igualitario y el derecho a la identidad de las personas Trans se cumplan.

Las y los que estuvimos en el foro consideramos necesario discutir este tema en todos los espacios posibles y lo más importante, que la comunidad sexo género diversa que aún no se ha incorporado a esta lucha, que también es suya, tome conciencia y asuma que si no nos unimos políticamente (no partidista) será muy difícil que otros movimientos sociales nos apoyen y podamos ser la verdadera comunidad “orgullosa” de nuestra orientación sexual y de los logros obtenidos una vez unificados y unificadas.


Alianza Sexo Género Diversa Revolucionaria.
gabyruchax@gmail.com


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