Muchos empresarios alegan que irán al paro a protestar por el despilfarro y la incompetencia del Gobierno. Sin negarlo del todo, he aquí algunas cifras que quizás no conozcan: El agua potable es indispensable para reducir la pobreza, disminuir la mortalidad infantil (ya bajó de 21 por mil a 17 por mil), combatir enfermedades e incrementar la expectativa de vida que en el 2000 alcanzó 72.9 años con respecto a 72.6 anteriormente. Desde 1999 más de 1,5 millones de venezolanos tienen acceso al agua potable por primera vez. Hidrocapital sigue instalando plantas en todo el país, 40 nuevas plantas están listas o casi a punto.
La educación es vital, las escuelas bolivarianas han sido reconocidas por el Banco Mundial que otorgó más de 30 millones de dólares para impulsar el proyecto. Los niños reciben desayuno, almuerzo, merienda y atención médica; el deporte es obligatorio. A la fecha el gobierno ha construido 900 nuevas escuelas y habrá reacondicionado 3.100 en tres años.
El presupuesto para la educación creció de un 3% al un 6,8% del PIB, como el de la salud pública que alcanzó un 8% del PIB en el 2002.
Todo es gratuito, anteriormente era costumbre cobrar a los pacientes y a los padres para la matricula escolar. El Proyecto «Simoncito» ofrece orientación a la madre durante el embarazo y después del parto cuida de ambos. Al cumplir cuatro años el niño ingresa en el sistema preescolar.
Desde 1999 hasta finales de septiembre 2002 el gobierno ha construido casi 92.000 viviendas populares con financiamiento a una tasa fija de un 12% durante 20 años.
La salud está mejorando, la red de ambulatorios ha sido remodelada y equipada para prestar mejor atención.
La autopista José Antonio Páez en los llanos fue completada por la FAN luego de 20 años paralizada. El segundo puente sobre el Orinoco está en marcha. Cuatro proyectos de metro se ejecutan en Caracas, Los Teques, Valencia y Maracaibo.
Los resultados no se verán de inmediato. Sin embargo, a largo y mediano plazo, los empresarios dispondrán de la nueva infraestructura del país y la mano de obra capacitada por el gobierno para acometer inversiones productivas.
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