Sigue oscura la trama que en Caracas resulto con el secuestro de Ricardo-Rodrigo-González-Granda, destacado militante revolucionario colombiano, quien participaba en dos multitudinarios eventos programados para expresar la solidaridad del movimiento popular internacional con la revolución bolivariana que lidera el Presidente Hugo Chávez. Solidaridad sin limites y generosa que por lo que ahora estamos viendo no tiene la correspondiente reciprocidad ni las simetrías que se construyen en el mundo de la ética revolucionaria. ¿Se considera acaso el fervoroso apoyo popular mundial al proceso bolivariano un mundo idiota de cretinos desocupados del cual se puede disponer caprichosamente (secuestrándola) sin ningún respeto y con el mayor menosprecio por los principios y los valores socialistas?. Nos preguntamos sumidos en la perplejidad y la sorpresa, al observar la ambigüedad y negligencia de la reacción gubernamental, que adquiere ya síntomas de complicidad con el aberrante crimen.
Es que entre mas se escarba en todo este laberinto de imposturas y juegos politiqueros (basta con leer las reveladoras declaraciones del Embajador de Venezuela en Colombia), propios del puntofijismo que creíamos superado, mas son las dudas que nos carcomen el alma.
Resulta imposible, por ejemplo, no preguntarle al Ministro de la Defensa, Jorge García Carneiro, si el secuestro de un militante comunista, como Rodrigo Granda, tan bolivariano como el mas fervoroso defensor de la revolución que conduce el Presidente, no hace parte de los ACUERDOS firmados en su reunión de diciembre con el Ministro de la Defensa de Colombia, un señor Jorge Alberto Uribe, empresario bastante ligado a los grupos paramilitares antioqueños, de donde es oriundo, quien, además, estuvo acompañado de Carlos Alberto Ospina y Reinaldo Castellanos, dos oficiales señalados por ser autores de masacres de campesinos y asesinatos de sindicalistas, conjuntamente con grupos de autodefensa; acuerdos que dan continuidad a los compromisos suscritos entre Hugo Chávez y Uribe Vélez, en Cartagena de Indias, el 9 de noviembre.
De dicha reunión, el Ministro García Carneiro dijo que "no ha habido desacuerdo" sino por el contrario "la unión, la fortaleza, la necesidad de cómo vecinos de fortalecernos y sobre todo el intercambio de información de alto nivel" de los organismos de inteligencia de ambos países. Acordamos reanudar e intensificar el intercambio de oficiales en las escuelas de preparación en cada uno de los países en las distintas armas y trabajar con más intensidad en los temas de inteligencia......”
Por su lado, el señor Jorge Uribe califico como muy positiva la reunión con los funcionarios del gobierno bolivariano. Después de los encuentros, el titular neogranadino aseguró haber alcanzado importantes acuerdos con su homólogo venezolano, Jorge Luis García Carneiro.
(Lo cito para que no se diga que estoy exagerando): "Poco bla, bla, bla y muchas cositas buenas, todas conducentes a seguir trabajando de cerca entre las fuerzas militares venezolanas, las fuerzas militares colombianas, la Guardia Nacional y la Policía Nacional de Colombia", enfatizó.
¿Esta entre tales “cositas buenas” el secuestro de Rodrigo Granda? ¿Hace parte el criminal rapto de Ricardo, del trabajo de cerca con la Policía Nacional Colombiana, para entregarlo en Cúcuta, al Comandante de la Policía de Santander, pagado por los grupos paramilitares de dicha región? ¿Hizo parte de tales acuerdos la complicidad de todas las alcabalas con el traslado de secuestrado desde Caracas hasta Cúcuta, en un montero azul, que no vieron los miembros de la Guardia Nacional y las policías regionales? ¿Pudo pasearse el piquete encargado del secuestro con total impunidad por Caracas gracias a la complicidad de la DISIP y de otros cuerpos de seguridad, y segun los Acuerdos firmados por los dos Ministros de Defensa?
Por lo visto esta “pequeña cumbre” entre los dos Ministros de Defensa, pasara a la historia como una evidencia incuestionable de la articulación de la Republica Bolivariana de Venezuela a las estrategias de guerra del Plan Colombia y de su mas reciente versión, el Plan Patriota, que tiene entre sus objetivos explícitos la captura y el asesinato de los mas destacados lideres de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia- Ejercito del Pueblo, en el marco de la guerra imperialista contra el pueblo colombiano, que conduce un fanático fascista como Uribe Vélez, quien bajo ninguna circunstancia puede ser punto de referencia de quienes dicen impulsar proceso de transformación de naciones dominadas por voraces oligarquías pro yanquis.
Quedan notificados muchos de aquellos que con ingenuidad se acercan a Caracas a constatar los supuestos cambios revolucionarios. Bien pueden terminar en manos de grupos paramilitares y de asesinos de la ultraderecha, gracias a la muy acuciosa y diligente colaboración de los servicios de militares venezolanos, ahora dizque “antiimperialistas”, por virtud de una muy promocionada nueva Doctrina Militar Latinoamericana. Que ironía. Son las vueltas que da la vida. Ensayen y verán como les va con el paseo por “Bellas Artes”.
Maracaibo, 4 de enero de 2005
