¿Qué predicó Jesús en India desde los 17 hasta los 27 años?
Los brahmanes, budistas y parsis mantienen la respectiva tradición referente a un joven Maestro extranjero, que aparecido entre ellos enseñaba admirables verdades y levantó acérrima oposición de los sacerdotes de las religiones de India, Persia y el Tíbet, porque predicaba contra el falso sacerdocio y el formalismo y también vituperaba acerbadamente la distinción de castas. El Maestro Jesús durante su estadía en India insistentemente enseñaba la paternidad de Dios y la confraternidad de los hombres.
Procuraba poner las fundamentales verdades ocultas al nivel de la mentalidad de las masas populares (el vulgo), que con la observancia de extensos formulismos y presumidas ceremonias habían perdido el Espíritu de Verdad. Se dice que en la India se concitó la ira de los brahmines mantenedores de la diferencia de castas; maldición de la India. Moraba en las cabañas de los sudras, la casta inferior de aquel país, cuyas clases superiores le miraban desdeñosamente como un paria. Por doquier le tildaban los sacerdotes y gobernantes de incendiario y subvertidor del establecido orden social. Era para ellos un agitador, un rebelde, un hereje, un anarquista, un hombre peligroso y por tanto indeseable. Jesús fue siempre amigo de los pobres y oprimidos y rechazaba a los soberbios y autoritarios.
Jesús sembró las semillas de Verdad en el seno de varias religiones y no de una sola, y estas semillas empiezan a dar sus mejores frutos en estos nuestros tiempos, cuando el verdadero principio de la paternidad de Dios y de la fraternidad de los hombres va penetrando por igual en el ánimo de todas las naciones, y llegará a ser lo bastante firme y robusto para destruir el error que enemistó a los hermanos y separó los credos.
El verdadero cristianismo no es un simple credo religioso, sino una capital verdad humana y divina que se sobrepone a todas las mezquinas distinciones de raza y credo, y que al fin ha de iluminar igualmente a todos los hombres, consagrándolos en un solo abrazo de Fraternidad universal. ¡Ojalá llegue pronto tan fausto día!
Tal día como hoy y desde hace más de dos milenios, nace un hombre dotado de beatitud y divinizados poderes que cual faro de luz y elevada conciencia universal, vino a predicarle a la humanidad la “paternidad de Dios y la confraternidad de los hombres”. Hoy por tanto, se le respeta, se le venera y se le reverencia con especial gratitud, por dejar entre nosotros todo un dechado de virtudes que tuvieron como norte la bondad, la compasión, la verdad, el amor, la rectitud y el buen ejemplo; sin hacer distinciones de raza, credo, lenguas o color de piel.
Poco se sabe sobre Jesús después de haber cumplido los 27 años, lo que parece más seguro a través de los textos que suelen considerarse auténticos es que Jesús poseía una gran personalidad; tenía un gran carisma, dotes de mago, le gustaba provocar al orden constituido y era poco amigo de los poderosos del templo: sacerdotes y fariseos. Un hombre libre que se atrevió a desafiar la sacralidad inviolable del judío, diciendo que había sido creado para servir a los hombres y no al revés.
¡Loas al Maestro Jesús! ¡Felices Pascuas!