“El que tenga ojos que vea y el que tenga oídos que oiga”
Hugo Chávez
Frías.
Es indudable que a medida que se va profundizando la revolución queda al descubierto la incapacidad de muchos compatriotas, independientemente del campo donde se libre la lucha contra la exclusión, el burocratismo y la ineficiencia, para trabajar en función de la gente, de dar respuestas a las demandas del pueblo, orientadas a sumar logros a la tan compleja felicidad, al tan publicitado buen vivir.
Me preocupa que muchos de los ciudadanos que en algún momento desempeñaran alguna función de gobierno, terminan asumiendo por lo menos alguna de las siguientes posturas negativas o lo que considero que son los 7 pecados capitales de algunos dirigentes que luego pasan a la gerencia en el alto gobierno:
1.- Altos funcionarios que no renuncian - ¡ni por error! - a ninguno de sus privilegios a favor de nada ni de nadie; más bien buscan aumentarse los sueldos, las primas, los gastos de representación, la asignación de celulares, carros, viajes, guardias de seguridad y pare usted de contar.
2.- Servidores públicos de cualquier nivel que si llegan a dar, ceder o renunciar a alguno de sus beneficios, no lo hacen por desprendimiento o solidaridad sincera, sino como una inversión para escalar a nuevas alturas del poder.
3.- Funcionarios de moral revolucionaria dudosa, que dicen demasiado y hacen muy poco (si es que hacen algo), son charlatanes expertos en echarle la culpa a otros y tapar sus propias fallas y faltas sin rectificar nada.
4.- Supuestos revolucionarios que no saben tratar a todos los ciudadanos con igualdad y respeto, sino que son desconsiderados, prepotentes y atropellan en cuanto pueden a las personas que consideran que están “por debajo de ellos”, pero son serviles y “jalamecate” con sus jefes.
5.- Los Intocables – y no nos referimos a los de la película –, que se cubren con una imagen de inviolabilidad como revolucionarios, se escudan en sus relaciones y amistades – muchas veces engañando a verdaderos partícipes del proceso para que les cubran sus sinvergüenzuras. Este tipo de farsantes es especialmente de cuidado, porque terminan haciéndose las “víctimas” cuando se les acusa y se pide que se investiguen algunas de sus fallas, errores o – directamente – actos de corrupción.
6.- Aquellos diestros en escalar posiciones de la noche a la mañana. Estos son versados en deportes como: alpinismo, escalada y salto de altura. Tienen una habilidad para que los pongan en donde hay; se acercan a los posibles cuadros y empiezan a asesorar, son aquellos que todo lo saben y tienen la varita mágica para solucionar los problemas.
7.-Y por último, pero no por ello deja de ser menos importante son aquellos “gerentes” que luego de poner la torta en un cargo de alta responsabilidad, lamentablemente se les premia con otro cargo de mayor responsabilidad.
En este punto quisiera hacer unas reflexiones que estoy seguro que mucho de los que comulgamos con este proceso compartimos, pues el pueblo ve con desagrado e impotencia como se premia la impericia de este tipo de gerentes.
Cuando alguien pasa a desempañar un alto cargo público, pueden suceder tres cosas:
1. Que lo haga bien: en este caso no hay problema.
2. Que lo haga regular: generalmente pasará inadvertido.
3. Que lo haga mal: aquí la cosa se agrava, pudo haberle pegado a su mamá, quitado los caramelos al carajito y hasta salir diciendo “la cual aceptó”. Pero ojo, no hay necesidad de preocuparse, únicamente debe esperar un poco, dejarse crecer la barba, aislarse, se permite un momento de encerramiento y luego dar tiempo para que las aguas se calmen. Total, en Venezuela y en la nueva República Bolivariana, mantenemos la mala memoria colectiva de la Cuarta. Paciencia, estimado e ineficiente funcionario, tranquilo mi corrupto amigo, entereza mi nepótico camarada. Hágase el pendejo, que ya lo mandaremos a una embajada. Casos como estos lo vemos muy a menudo y su máxima expresión esta dibujado claramente en algunos ministros cuando cesan en sus funciones.
Una vez más elevamos nuestra voz de alerta sobre lo que está ocurriendo a lo interno de nuestra revolución. Vamos a dejarnos de vainas ¡O ponemos al descubierto a los que sufren metamorfosis en el poder o se acaba el proceso! Para finalizar estas reflexiones queremos cerrar las mismas con una cita de Frei Beto“…Cuando el amor se enfría el entusiasmo se apaga y la dedicación se retrae. La causa como pasión desaparece, como el romance entre una pareja que ya no se ama. Lo que era nuestro resuena como mío y las seducciones del capitalismo reblandecen los principios, cambian los valores y si todavía proseguimos en la lucha es porque la estética del poder ejerce mayor fascinación que la ética del servicio…”
Dr.
Docente/Investigador titular- UCV
Ex-Rector de la Universidad del Deporte
pedrogarciaa@yahoo.es