Es que ellos, (me refiero a los médicos formados en el punto fijismo adeco-copeyano, no quieren comprender, que el privilegio que tienen ellos, de ser médicos y poder curar las enfermedades de su pueblo, en especial del más necesitado. No es una patente de corsario para enriquecerse en un dos por tres, como les enseñaron a estos galenos muchos de sus tutores en el pasado de formación docente capitalista. Recuerdo, que casi todos querían estudiar medicina, como la carrera que se podría uno enriquecer con más rapidez y en más corto tiempo. Bien fuese haciéndose accionista de una clínica, o abriendo su consultorio privado en uno de las clínicas para la clase media alta, única minoritaria y privilegiada que podía asistir a estas costosísimas clínicas privadas y consultorios de estos galenos. A los cuales el juramente hipocrático les resbala como el agua.
Conservaré a mis maestros el respeto y el reconocimiento a que son acreedores
Desempeñaré mi arte con conciencia y dignidad. La salud y la vida del enfermo serán de mis primeras preocupaciones.
Respetaré el secreto de quien haya confiado en mi.
Mantendré, en todas las medidas de mi medio, el honor y las nobles tradiciones de la profesión médica. Mis colegas serán mis hermanos.
No permitiere que entre mi deber y mi enfermo, vengan a interponerse consideraciones de religión, de nacionalidad, de raza, partido o clase.
Tendré a absoluto respecto por la vida humana, desde su concepción.
Aún bajo amenazas, no admitiré utilizar mis conocimientos médicos contra las leyes de la humanidad.
Hago estas promesas solemnemente, libremente, por mi honor.
Hacerse rico en corto tiempo es lo importante para ellos, es la manera de triunfar en un mundo capitalista, cueste lo que cueste. Claro siempre atendiendo de preferencia a la clase más rica, y poderosa monetariamente. Hay es donde ellos los galenos punto fijistas, pueden sacar buenos dividendos. Cosa esta que no pueden hacer si atienden a los pobres y menesterosos, como hacía nuestro señor Jesús y sus apóstoles.
Hubo quienes sin ningún pudor cabalgaron horarios, siempre en hospitales del gobierno, para cobrar el doble en perjuicio de los pacientes más necesitados y pobres, que tenían que esperar horas hasta que el doctor aparecía o no, y entonces les daba un mateo rápido y que se curara con unas pastillitas o un majurge de la botica. ¿No se acuerdan de esto?, ahora los señores galenos huelguistas.
Ni cuando se choreaban, aparatos médicos y medicinas de los hospitales del gobierno y se los llevaban a sus consultorios. .-Esto era voz populi- ¿Que flaca memoria tienen, para lo que les conviene?
Se están preparando cerca de 28.000 nuevos médicos venezolanos, en la Escuela de las Américas, en Cuba y en Venezuela. Esto con ayuda y aporte de los hermanos médicos cubanos. Y de algunos venezolanos que sí son médicos en el sentido completo de la palabra.
Termino con estas tres anécdotas que me sucedieron en mis encuentros con el gremio médico formado con la filosofía de hacerse rico para subir en la escala asocial. Y otra de una médico cubana a quien mi aprecio y amistad es eterno.
Cuando le pregunte a mi médico venezolano, gran traumatólogo, cuyo nombre me reservo, no quiero que lo perjudiquen sus colegas hoy en huelga.
¿Cuál era la diferencia entre un médico cubano y otro venezolano?
Me contestó: Que el cubano va dónde sea a cualquier parte dónde tenga que ver al paciente y el venezolano no. – No me digas más le contesté, ya me respondiste todo-
La vez que llevé a mi padre de 84 años con un infarto a las dos de la mañana a la Clínica Atías, y no lo atendieron pues el seguro de la Universidad Central de Venezuela, no estaba al día, por tanto no lo cubría en ese momento –por culpa de la burocracia y negocios redondos en la UCV-
Orden de la administración me dijeron-
A pesar de mis ruegos, nada valió-
Si no tiene para su ingreso llévelo a otra parta
Pasó un tiempo valioso.
Quizá se hubiera salvado si lo atienden
Pero..............
Murió días después en el Hospital Universitario
Ah, y me cobraron los gastos médicos.
Ese era el famoso servicio médico de entonces, como mi padre fueron miles los que morían si no tenían dinero para pagarle a estos galenos sus abultados emolumentos.
Claro, como toda regla había sus acepciones, sus
José Gregorios, -aunque fuesen los menos-
La Dra. Clarivel, medica cubana, en un Barrio adentro. Nacida en Camagüey, Cuba. Un día me preguntó extrañada, que por qué los médicos venezolanos anteponían el peculio –dinero y el interés en el mismo. Antes que la salud de sus pacientes.
Son los principios, le respondí, las enseñanzas, lo que han aprendido en este capitalismo salvaje que los formó.
Esperemos que los nuevos médicos venezolanos de estas nuevas promociones pongan por delante la salud del paciente, y cumplan el hermoso juramento de Hipócrates, a su pueblo por ahora bolivariano.
¡Hasta la Victoria Siempre!
requenave1@gmail.com