Esta Centésima septuagésima primera reunión del Consejo Ejecutivo de la UNESCO, es un escenario relevante para reflexionar y actuar frente a la pluralidad de amenazas contra la humanidad. La educación, la ciencia y la cultura son instrumentos óptimos para complementar los esfuerzos de la comunidad internacional debe hacer en procura de la justicia social, condición, sine qua non para ganar la paz permanente y confiable.

Progresos artificiales o reales, pero incompletos, son factores de distracción en la búsqueda de la solución de los problemas y ocasionan un divorcio entre el mundo como queremos que sea, como creemos que es, y, como realmente es. La pobreza, las enfermedades, las desigualdades sociales y económicas, el analfabetismo, la exclusión, la discriminación por raza o género, el terrorismo y la guerra, la desinformación y el neoliberalismo que arruina y excluye, son fotografías de los caminos errados emprendidos.

Dijo Juan Pablo II, “Cuando los demás son presentados en términos hostiles, se siembran semillas de conflicto que pueden fácilmente convertirse en violencia, guerra e incluso genocidio. En vez de construir la unidad y entendimiento, los medios pueden ser usados para denigrar a los otros grupos sociales, étnicos y religiosos, fomentando el terror y el odio. Los responsables del estilo y del contenido de lo que se comunica tienen el grave deber de asegurar que esto no suceda. Realmente los medios tienen un potencial enorme para promover la paz y construir puentes entre los pueblos, rompiendo el circulo fatal de la violencia, la venganza y las agresiones sin fin, tan extendidas en nuestro tiempo”.

Hay sofisticadas o rudas formas de invadir el alma de la persona humana. Encandilan con paraísos artificiales y nos hacen creer que somos libres, que podemos disentir, que nadie intenta abrumarnos o callarnos con la exhibición o uso de su musculatura: son la droga y la propaganda.

No se solucionan los problemas con respuestas gerenciales libres de compromisos y de obligaciones éticas con los excluidos. Ni el terrorismo, ni la violencia bélica son soluciones. Tampoco el fundamentalismo religioso en oriente o en occidente.

La ley de la selva, pretende imponernos un pensamiento único y llevarnos a un choque de civilizaciones. Frente a esta amenaza a la dignidad de la persona humana, la UNESCO tiene que ser el foro proactivo donde se encuentren e imbriquen sentimientos y pensamientos.

No debemos conformarnos con la tolerancia que llamamos pasiva; es decir aceptar al diferente porque no hay más remedio, porque la ley o las costumbres lo imponen, porque es políticamente correcto. La respuesta esta en la tolerancia activa que por curiosidad gozosa o amor nos mueve a aprender del diferente, a enriquecernos espiritualmente con esas diferencias y a enriquecer a los otros con nuestros propios valores, creencias, costumbres, actitudes y patrimonios. El pensamiento único y la idea del choque de civilizaciones, por su raíz neototalitaria niega estas posibilidades. La reciente presencia de los presidentes Bouteflika y Khatami en la Unesco para promover la alianza de civilizaciones merece nuestro aplauso y solidaridad.

No hay mayor intolerancia que pensar, que quien no esta conmigo, esta contra mí. Cuan gratificante es aprender, enseñar y compartir. Disposición que nos guía hacia la justicia social, la democracia participativa y la paz.



Señor Director General, sabemos de su sensibilidad y sus preocupaciones:“Un mundo mas seguro es nuestra responsabilidad compartida”.

El compromiso mayor se dirige hacia la educación como el eje central de la estrategia para, cito: “Contribuir al mantenimiento de la paz y la seguridad del mundo”, fin de la cita. Sin embargo, los cambios de mentalidad y de reforma del pensamiento mundial, como usted lo ha expresado, deben abrir caminos hacia un nuevo multilateralismo como producto de las reformas iniciadas hace mas de 20 años justamente en la entonces Oficina Regional de Caracas.

En Venezuela bajo el programa “Educación Para Todos”, hemos realizado grandes esfuerzos comprobados en la educación inicial, especial, secundaria y superior mediante políticas educativas, adecuadas técnicas y sistemas que aseguran la participación democrática a una población estudiosa que se beneficia del 8.5 % del presupuesto nacional y que llega al 10% con los grandes programas paralelos.

Desarrollemos los temas que nos ayudarán a ser mas libres: Una Convención sobre la protección de la Diversidad Cultural y las Expresiones Artísticas debe apoyarse sobre la formulación de políticas culturales en cada país (en Venezuela tiene rango constitucional); una Declaración Universal de bioética debe garantizar el desarrollo científico y tecnológico y las transformaciones sociales. Una Convención anti dopaje será un instrumento de lucha por futuras generaciones vinculadas al deporte escolar y a la ética ciudadana desde temprana edad.

En materia de medio ambiente y del programa hidrológico mundial, apoyamos la utilización racional de los recursos a escasear en los siglos venideros. Hace varios años, por cierto, escuche decir a una alta autoridad de un país europeo que las guerras del futuro serán por el agua y la energía. En América del Sur, tenemos mucha agua y mucha energía.

Señor Director General, como usted lo ha expresado, la ciencia es un factor de desarrollo y le otorgamos la mayor importancia. Así, hemos propuesto un nuevo tema sobre los Centros de Excelencia, que han prestado un servicio a la región desde 1973 y apoyamos las iniciativas de Brasil y de la India en los campos de la matemática y la Biotecnología como ejemplos de cooperación sur-sur; tanto como el aporte del fondo OPEP al desarrollo de la Cuenca del Níger, en la dura lucha contra la desertificación.

Para Venezuela el uso masivo de las Tecnologías de la comunicación y la información es un instrumento de la lucha por cerrar la brecha digital es de primordial importancia y dentro de las TIC el uso del sofware libre. En el tema de la descentralización, advertimos que la eliminación de la Oficina de Comunicación de Quito y la desaparición de la Oficina Regional de Lima, disminuirán la presencia bienvenida de la UNESCO en la región.

En este mundo cambiante cada país tiene la obligación de encarar sus responsabilidades y adoptar formulas propias sin detrimento de la solidaridad internacional. En Venezuela, en paz y en democracia, hemos encontrado lugar para todos; pero en especial para quienes fueron excluidos de la educación y la salud, del trabajo y la recreación, de la cultura y la ciencia, del progreso y el bienestar, debido a la aplicación inmisericorde de la violencia neoliberal que nos condujo a la descomposición ética y al retroceso social y económico. Hoy, en tiempos de cambios democráticos y progreso, somos mas libres y mas justos. Hoy, nos sentimos más cerca del espíritu de las Naciones Unidas.