La “honorable” pre majunche “Marie Corrine” is dressing with a fashioned costume: De Indio. Quien no haya visto la typical photo que subió no tiene idea de la ridiculez de la que fue capaz para aparentar lo que no siente ni por error. La confusión de la sin par del Hemiciclo es tal para congraciarse con las comunidades originarias, que se puso una indumentaria con la cual semeja más cherokee o sioux que pemón o wayuu. Peor cosa es que se crea súper piyiyankee pareciéndose a los primeros, pues desconoce la historia bravía y de resistencia que las aguerridas tribus de Norteamérica ejercieron frente a los “cara pálidas”
En su recorrido mediático por tooooodaaa Venezuela, sus reality shows han sido proverbiales. Las multitudes que la acompañan solo están limitadas por su imaginación, como en el mundo de Walt; no el padre del Verso Libre, me refiero al que mantienen congelado. Desde supuestos tiroteos donde el gentío que la acompaña cabe por completo en una van, hasta frases contradictorias remojadas en suma ignorancia. Desde su fantasía hecha realidad en el Salón Oval de la guaijaus, hasta la tierna pendejura de llamar a su mami para avisarle que montaría una “olla” periodística. Acompañamos a su progenitora en lo de “…cómo van a inventar eso…”. Puro doblez.
Estamos en lo profundo de la selva. María se está arreglando para la TV en las orillas de un río. Yo no quisiera mirarla pero no tengo la culpa, pues es toda una sifrina aunque con disfraz se cubra. Ella “inocente” de todo saluda sin percatarse, que repentinamente el camarógrafo puede acercarse y yo solo en la barranca y María sin fijarse… La sin par está dichosa, carga su disfraz y exhibe su contumacia con un collar de símbolos patrios anacrónicos. Solicita a la gente que se ponga a su lado; el camarógrafo le dice que haga un saludo para una toma preliminar. María asiente, inopinadamente saluda estilo nazi y dice: Jao. Se ríe, aplaude y avanza hacia el camarógrafo inquiriendo: ¿Cómo quedé? Todo el mundo la mira atónito…y María sin fijarse.
Se acerca de nuevo al grupo y comienza con su arenga: Hay que cambiarlo todo y para eso tenemos que dar un giro de 360 grados. Ustedes sufren en carne viva el abandono de este reeegimen que los tiene aquí en este monte y en este plaguero. El otro día pude observar cómo un comando de monos secuestró a un niñito y los padres gritaban desesperados porque no podían tuitear pidiendo ayuda. A esos niveles de violencia hemos llegado. Yo quiero una nueva Venezuela, con “nuevas tribus”… Parece que cuando dijo esto último, comenzó una protesta y se tuvo que ir.
Mis padres, Rosa y Rafael, estaban viendo la Hojilla como acostumbran. Rosa dice luego de ver la foto en cuestión: Jum, esa muchachita si es safrisca de verdad. Yo creo que esa es la peor de todos esos pre candidatos ¿Ah, Rafucho? Fíjate: Es una sifrina pretenciosa, dice unos embustes que no los brinca un venao y ahora anda disfrazada de Pocahontas. Dime tú si no es así.
Rafael, un viejo roble de 83 años y el mejor humorista que conozco, le retruca: Peor hubiera sido Diego Arria en guayuco. La cara que puso Rosa fue un poema ¡Guácala!
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