Los dos contrincantes que se verán las caras ese día serán, por un lado Henry Ramos Allup, con la única maquinaria electoral existente en la oposición, y por el otro, los cinco candidatos que decidieron formar parte de un montaje que quedará muy lejos de parecerse al de la toma de la Plaza Verde de Trípoli. Se trata de Acción Democrática, como única organización con presencia real en todo el ámbito nacional y los lechuguinos, la capitalista populera y el botox-candidato, junto a esa mala y triste copia de Kilpatrick, personaje que Borges describe en su libro Ficciones cuando habla del Tema del Traidor y del héroe, quien termina firmando su propia ejecución reconociéndose traidor de su propia causa.
Amanecerá entonces el 13 de febrero de 2012, bastante parecido al 13 de abril de 10 años atrás: con una oposición desnudada, desarticulada y “autosuicidada” -para decirlo con palabras de uno de sus últimos iconos, por varios meses literalmente insepulto. Ese lunes 13 parecerá más un Martes 13, quedará por enésima vez demostrado que ya la gente no come cuento con montajes mediáticos y resurgirá entonces, con muchísima menos fuerza que antes, la alicaída maquinaria electoral de AD como única estructura real para enfrentar a Chávez.
Y mientras tanto, los cinco candidatos-actores de reparto con sonrisas desencajadas, quedarán representando a Vladimir y Estragon en una versión criolla de la obra teatral de Samuel Beckett: ¡Esperando a Godot!