El mundo está hoy en medio de las peores crisis de la historia reciente. No me refiero a la económica y financiera del capitalismo, sino a la climática, alimentaría, de salud y ambiental. Venezuela, así como muchos pueblos del mundo indígenas y campesinos que siguen siendo los creadores y guardianes de las bases de la alimentación mundial, tiene la posibilidad de mostrar caminos totalmente diferentes. En lugar de buscar modelos tecnológicos «sustancialmente equivalentes» a los de las transnacionales, podría aprovechar mucho más la riqueza, los conocimientos y las experiencias de su agricultura sustentable, la agroecologia que además de proveer alimentos sanos, nutritivos y variados a su propia población, es un espaldarazo a la lucha de los movimientos campesinos, indígenas y populares en todo el mundo.. Hasta qué punto la apuesta a la trasgénisis como tecnología colocaría en tela de juicio el prestigio que Venezuela se ha ganado entre los movimientos sociales, campesinos, civiles y de izquierda que alzan sus voces en contra del statu quo transnacional, neoliberal y capitalista, que usa los transgénicos como punta de lanza para consolidar su dominio imperial?
El estado Venezolano no ha decidido que va hacer si va a regular la siembra de transgénicos en el país, pero aún no ha dicho la última palabra en cuanto a sí finalmente dará luz verde a la propuesta de liberarlos en los campos, en los canales de comercialización agropecuaria y en la cadena alimentaría nacional.que posiblemente ya lo estemos consumiendo a través de los alimentos de las empresas polar caso harina pan y posiblemente muchos de los laboratorios nacionales que son parte de la infraestructura del estado y de algunas universidades ya estén trabajando en la trasgénisis sin ninguna regulación o control como ocurrió en Mérida en los años .... con el caso de la lechosa trasgénica. Al final, habrá que decidir entre dos opciones: 1) volver a experimentar un enfoque afín con una agricultura tipo Revolución Verde que, por principio, es dependiente de recursos externos, frágil y con una alta incertidumbre, con impacto ambiental social de grandes consecuencias o 2) apoyar y promover una modelo de agricultura ecológica, que ofrece más garantía de conservar los recursos naturales y que ha demostrado tener grandes potencialidades para lograr la seguridad y la soberanía alimentaría. Una agricultura que abre inmensas oportunidades y que prestigia política y moralmente al país entre las fuerzas progresistas del mundo y entre los gobiernos que hoy luchan contra las transnacionales, el neoliberalismo, el capitalismo y las supuestas panaceas biotecnológicas transgénicas que intentan imponer. No-solo en estos aspectos si no en la lucha por un equilibrio planetario donde el cambio climático es una realidad y en un país que está dispuesto a luchar por defender a como dé lugar a un planeta con posibilidades de sobrevivir y con un respeto por la naturaleza Al considerar el asunto de los transgénicos y su introducción en Venezuela, los científicos, la comunidad académica y política, y la ciudadanía deberían tener en cuenta que los procesos de aprobación que han ocurrido en otros países tienen el sesgo de una biotecnología y una ciencia biológica que no es neutral. Es una ciencia influida por el capitalismo, que está sometida a su hegemonía y que, a pesar de la buena voluntad de algunos de sus promotores, no escapa a esa hegemonía. Los procesos de aprobación pudieran ser en algunos casos de dudosa credibilidad, Pensar que las biotecnologías resolverán por sí mismas con su impetuoso desarrollo el problema del hambre es un argumento promovido por las transnacionales y basado en una apreciación incorrecta del problema: pasa por alto que el hambre en el mundo no es un problema tecnológico, sino socioeconómico. Los trasgénicos en los años de existencia no han demostrado mejorar la relación en cuanto a la disponibilidad de alimentos a nivel global, hoy las habrunas de las regiones Africanas donde millones de seres humanos están condenados a morir es ilógico y contradictorio más aún los trasgénicos ni siguiera son más productivos por hectáreas, solo beneficial a las grandes corporaciones biotecnológicas del mundo cuando en estas tecnologías han apostados millones de dólares para un solo objetivo el dominio a nivel global de los alimentos y si las grandes potencias dominan el contesto de las semillas que tienen que ver con los alimentos estamos en su poder En la medida en que las semillas obtenidas por ingeniería genética reemplacen a las antiguas variedades tradicionales y sus parientes silvestres, la erosión genética se acelerará en el Tercer Mundo (Fowler y Mooney 1990). La búsqueda de uniformidad no sólo destruirá la diversidad de los recursos genéticos sino que alterará la complejidad biológica en la cual se basa la sostenibilidad de los sistemas tradicionales de cultivo (Altieri 1996).
Pero el hambre mundial no es un asunto técnico, depende de las relaciones predominantes en el sistema de producción, distribución y comercialización, altamente polarizado en extremos de riqueza y pobreza, abundancia y opulencia de una parte que solo piensa en obtener beneficios riqueza obtener mas capital mientras que el hombre, hambre y naturaleza no importa para nada este mundo globalizado que tiene a punto de que nuestro planeta entre en una fase de no retorno irremediablemente.
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